Cómo y cuándo se debe castigar a los niños en tiempos de confinamiento

En tiempos de confinamiento puede que los niños se rebelen ante algunas de las normas o rutinas que les hayamos impuesto. Están cansados y tal vez ni tan siquiera hacen caso a los castigos. Entonces, ¿cómo y cuándo se debe castigar a los niños?.

El castigo a los hijos es algo que parece «natural» en todas las familias. Está claro que cuando nuestro hijo o nuestra hija se portal mal,es más fácil recurrir a un castigo que al hecho de explicarle el porqué está mal por ejemplo su actitud o que se pelee con su hermano o hermana, pero ¿existen castigos más adecuados que otros? ¿y cuándo va a ser realmente efectivo el castigo?, ¿son efectivos los castigos en estos días de confinamiento?.

Cómo y cuando se debe castigar a los niños en tiempo de confinamiento

Está claro que el castigo físico hacia los niños no está justificado en ninguno de los casos, ni tan siquiera en estos tiempos en los que pasamos tantas horas en casa con nuestros hijos y por mucho que nos hagan perder los nervios. Es mejor utilizar siempre el diálogo e incluso pensárnoslo dos veces antes de comenzar a chillar y amenazar al niño o niña.

La clave está en dar un castigo que sea adecuado para los niños, de modo que si se saltan repetidamente una regla o si por ejemplo, se comportan incorrectamente durante el paseo diario que podemos disfrutar, podremos lograr que sea efectivo y que además, tenga un valor educativo fundamental. Evitar que un niño haga lo que quiera le ayuda a conocer, poco a poco, la frustración, a confrontar los límites, porque es inevitable que los va a encontrar cuando crezca. Si se entera de que hay límites que no deben cruzarse, estará mejor equipado para la vida y sabrá enfrentar esa situación con más serenidad.

Es evidente entonces que el castigo puede ser efectivo, pero debemos elegir entonces aquel que sea más adecuado y tal vez no siempre va a ser el mismo, porque evidentemente quizás con una simple advertencia el niño/a hace caso a la primera, pero en otras ocasiones o cuando el mal comportamiento es repetitivo, deberemos castigar de modo que nuestro hijo/a comprenda las consecuencias.

¿Cuándo es correcto castigar?

Siempre es necesario entonces dar con un castigo cuando el niño o niña no puede limitarse: si no escucha nuestra advertencia repetida, entonces debemos intervenir.

¿Y en tiempos de confinamiento? No debemos ceder aunque tampoco debemos abusar. Tantas horas encerrados pasan factura, por lo que tal vez tendremos que ser mucho más comprensivos que de costumbre.

Cómo saber cuál es el castigo adecuado

Y como decimos, el castigo debe ser acorde al comportamiento del niño. Si por ejemplo rompe algo por accidente no nos podemos enfurecer y castigar al niño/a porqué sí. Pero si nos desobedece podemos entonces limitarle en aquellas cosas que disfruta o le gustan, por ejemplo dejarle sin el móvil o sin los videojuegos durante una hora o también porqué no, ponerle tareas en casa para que ayuden a limpiar.

Nunca será efectivo sin embargo, aquellos castigos de antaño que afectaban mucho a la psicología del niño y podían provocar el efecto contrario, como por ejemplo pegarles, dejarles encerrados a oscuras o mandarlos a la cama sin cenar. Hoy en día, todos esos castigos están superados. El diálogo es más que suficiente y si castigamos con firmeza pero siendo acordes a la acción del niño, seguro que podremos enseñarle lo que está bien o mal sin provocar que el pequeño/a tenga un trauma.