Una investigación alerta que fumar es aún más perjudicial para el corazón de lo que se pensaba
Las enfermedades más comunes causadas por fumar
El tabaco es el principal factor de riesgo evitable para el desarrollo de tumores y muertes por cáncer
Los fumadores tienen un corazón más débil que los no fumadores, según una investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2022. El estudio ha descubierto que cuanto más fumaban las personas, peor era su función cardíaca, si bien algunas funciones se restablecían cuando las personas dejaban el hábito.
«Es bien sabido que el tabaquismo provoca la obstrucción de las arterias, lo que conduce a la enfermedad coronaria y al ictus -afirma la autora del estudio, la doctora Eva Holt, del Hospital Herlev y Gentofte de Copenhague (Dinamarca)-. Nuestro estudio demuestra que el tabaquismo también da lugar a corazones más gruesos y débiles.
«Esto significa que los fumadores tienen un menor volumen de sangre en la cámara izquierda del corazón y menos potencia para bombearla al resto del cuerpo -explica-. Cuanto más se fuma, peor es el funcionamiento del corazón. El corazón puede recuperarse hasta cierto punto si se deja de fumar, así que nunca es demasiado tarde para dejarlo».
Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata a más de ocho millones de personas cada año. El tabaquismo es responsable del 50% de todas las muertes evitables de los fumadores, y la mitad de ellas se deben a enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas como el infarto de miocardio y el ictus. Los efectos perjudiciales del tabaquismo sobre las arterias y las enfermedades arteriales como el infarto de miocardio y el ictus están bien establecidos.
Los estudios también han demostrado que el tabaquismo se asocia a un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca, en la que el músculo cardíaco no bombea la sangre por el cuerpo tan bien como debería, normalmente porque es demasiado débil o rígido. Esto significa que el cuerpo no recibe el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar normalmente.
La relación entre el tabaquismo y la estructura y el funcionamiento del corazón no se ha examinado a fondo. Por ello, este estudio exploró si el tabaquismo estaba relacionado con los cambios en la estructura y la función del corazón en personas sin enfermedades cardiovasculares, y el efecto de cambiar los hábitos de fumar.
El estudio utilizó datos del 5º Estudio del Corazón de la Ciudad de Copenhague, que investigó los factores de riesgo y las enfermedades cardiovasculares en la población general. Se inscribió a un total de 3.874 participantes de entre 20 y 99 años de edad, sin enfermedades cardíacas. Se utilizó un cuestionario autoadministrado para obtener información sobre el historial de tabaquismo y estimar los paquetes-año, que es el número de cigarrillos fumados a lo largo de la vida. Un paquete-año se define como 20 cigarrillos fumados cada día durante un año.
Los participantes se sometieron a una ecografía del corazón, llamada ecocardiografía, que proporciona información sobre su estructura y su funcionamiento. Los investigadores compararon las medidas de la ecocardiografía de los fumadores actuales con las de los que nunca han fumado, tras ajustarlas por edad, sexo, índice de masa corporal, hipertensión, colesterol alto, diabetes y función pulmonar.
La edad media de los participantes era de 56 años y el 43% eran mujeres. Casi uno de cada cinco participantes era fumador actual (18,6%), mientras que el 40,9% era exfumador y el 40,5% no había fumado nunca. En comparación con los no fumadores, los fumadores actuales tenían un corazón más grueso, débil y pesado.
El aumento de los años de consumo de tabaco se asoció a un menor bombeo de sangre. «Descubrimos que el tabaquismo actual y la acumulación de paquetes de años se asociaban a un empeoramiento de la estructura y la función de la cavidad cardíaca izquierda, la parte más importante del corazón -explica Holt-. Además, descubrimos que, en un periodo de 10 años, los que seguían fumando desarrollaban corazones más gruesos, pesados y débiles, que eran menos capaces de bombear sangre en comparación con los que nunca habían fumado y los que habían dejado de fumar durante ese tiempo».
«Nuestro estudio indica que el tabaquismo no sólo daña los vasos sanguíneos, sino que también perjudica directamente al corazón -concluye-. La buena noticia es que algunos de los daños son reversibles al dejar de fumar».
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