Para que nadie se quede atrás
Leo en varios medios que España será el único país de Europa que subirá impuestos, que, con la que está cayendo, han subido la cuota de autónomos, y que seremos el país con menos ayudas frente a la pandemia por PIB.
Qué desastre, nos vamos al precipicio, pienso; pero enseguida oigo a Sánchez decir eso de que este Gobierno no va a dejar a nadie atrás y ya me tranquilizo. Yo ya me lo creo, y si ustedes no, lean, lean.
De momento, para que sus amigos no se queden atrás les ha buscado trabajos cienmileuristas y a su mujer una cátedra ni más ni menos. Y como el gobierno es muy grande han contratado a dedo a 1.200 asesores. Nunca ha habido tantos y doblan el presupuesto, pero lo importante es que los amigos de los amigos no se queden atrás. Ni siquiera por carretera, que para eso gastarán 100 millones en coches oficiales.
Tampoco se quedará atrás el vice, que para eso ha cambiado las normas de retribuciones del partido; que el jardín, la depuradora y los niños son mucho gasto y eso no lo sabía. Se entiende. Y si la de Sánchez dirige una cátedra, la del vice es ministra. Eso sí que es no quedarse atrás.
Tampoco Sánchez deja atrás a los golpistas. Para eso los acercó a Lledoners, pero como eso sigue muy atrás, ya anda el indulto por la mesa del ministro.
Y menos aún se van a quedar atrás los amigos de quienes dejaron un rastro de huérfanos y viudas. Sánchez los ha integrado “en la dirección del Estado”; normalidad democrática, nos dice Adriana Lastra.
Y hablando de Lastra, ya no se van a quedar sin título escolar los que suspendan, ha dicho Celaá. Ni tampoco van a dejar atrás a tantos niños cuyos padres podían elegir colegio. Ahora, los nuevos inspectores nombrados a dedo (otra vez lo del dedo, ¡cuánto les gusta!) elegirán por esos padres, no vayan a equivocarse.
Solo se quedarán atrás los hijos de los ricos, pobrecillos, ellos podrán seguir eligiendo y los inspectores no podrán salvarles de su error. Gracias Celaá, menos mal.
Y para no quedarse atrás, tampoco debemos mirar atrás, no vaya a ser que alguno cuestione cómo ha hecho las cosas este gobierno que tanto nos cuida. Por eso es mejor ocultar al Parlamento los protocolos e informes habidos antes de la pandemia y tantas otras cosas. La Ley de transparencia sí que se ha quedado atrás.
Además, si miramos atrás, que sea a lo grande, 80 años por lo menos. que para refrescarnos la Memoria Carmen Calvo tendrá 11 millones de euros. Ni Franco se va a quedar atrás.
Ya lo ven, ni Franco, ni esposas, amiguetes, golpistas o filoetarras se van a quedar atrás. Quizá miles de autónomos cierren la persiana para siempre, los inversores huyan y se llenen las oficinas del paro, pero lo importante es que usted se crea que nadie se queda atrás.
Y por si alguien aún no se lo cree ahí están, para convencernos de nadie se queda atrás, RTVE y el CIS, donde tampoco veremos al PSOE quedarse atrás en las encuestas, eso jamás.
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