Opinión

La imprevisión del Gobierno alienta el caos en el sector del transporte

A menos de 72 horas del comienzo de anunciado paro patronal de los empresarios del transporte, el Gobierno sigue sin trasladar una propuesta detallada a las demandas de los transportistas, que alertan del caos que puede generarse a partir del próximo lunes si no se alcanza un acuerdo. Y es que, aunque al final se acercaran posturas y los transportistas desconvocaran el paro previsto para los días 20, 21 y 22 de diciembre, lo cierto es que la inacción del Ejecutivo socialcomunista ya está teniendo consecuencias, porque las empresas han disparado la demanda un 100% ante el riesgo de quedarse sin género, lo que ha desbordado la capacidad del sector del transporte.

Objetivamente, los transportistas tienen razón en sus reivindicaciones, porque la fuerte subida de los costes del combustible, los interminables tiempos de espera y las labores de carga y descarga, amén de la imposición de posibles peajes, han puesto en pie de guerra al sector, harto de que el Ejecutivo les ningunee de manera sistemática. Ni siquiera con la amenaza de un paro que amenaza con colapsar España el Ejecutivo mueve ficha. Como siempre, habrá que esperar al límite del tiempo para ver si los transportistas cumplen su amenaza, pero el daño -por la irresponsabilidad del Gobierno- ya está causado. Desde el pasado martes, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) sigue esperando una propuesta de un Ejecutivo que no parece ser consciente del caos que se avecina.

No es sólo el sector del transporte, sino miles de empresas las que viven estos días pendientes de un hilo. No es normal que el Gobierno siga en el limbo y que a estas alturas no haya una respuesta. Si la estrategia del Ejecutivo es apurar hasta el final, la irresponsabilidad es todavía mayor, porque ante situaciones como esta hay que poner en marcha una estrategia logística que necesita un plan minuciosamente dispuesto para evitar el desabastecimiento . Y es que además de ser caóticos a la hora de gestionar los problemas de España, este Gobierno se comporta como una pandilla de irresponsables.