Muerte a golpes y condiciones insalubres: así crían a los patos que llegan a los súper asiáticos españoles
La mayor granja de patos de Europa, denunciada por maltrato animal y métodos de sacrificio ilegales
La asociación ARDE documenta cómo operarios golpean aves contra paredes y las mantienen entre cadáveres en descomposición


¿Te comerías la carne de patos que han sido golpeados contra paredes hasta matarlos, criados entre cadáveres en descomposición y mantenidos en condiciones insalubres?
Es posible que ya lo hayas hecho sin saberlo, pues la carne procedente de la mayor granja de patos de Europa llega a los restaurantes españoles a través de supermercados y distribuidores asiáticos que operan en nuestro país.
La asociación española de protección animal ARDE ha destapado lo que ocurre en Quinta da Marinha, una macroexplotación avícola en Benavente, Portugal, a sólo 40 kilómetros de Lisboa.
Métodos de sacrificio ilegales y crueldad sistematizada
Las imágenes obtenidas con cámara oculta en julio de 2025 documentan prácticas de maltrato animal que sobrecogen por su brutalidad sistemática. En esta granja, compuesta por 38 naves que albergan 270.000 patos, los operarios propinan patadas a las aves, las agarran del cuello y las lanzan por los aires como si fueran objetos desechables.
Las grabaciones muestran cómo un trabajador lanza a los patos a lo alto de un camión, donde otro empleado los introduce bruscamente en cajas aplastando sus alas.
Los animales que quedan en el suelo sufren un destino aún peor: los operarios los cogen uno a uno y les golpean repetidamente contra una pared hasta dejarlos inconscientes o matarlos. Varios patos quedan convulsionando en el suelo mientras los trabajadores continúan con su rutina de violencia.
Maltrato animal intencionado
Silvia Gimeno, veterinaria colegiada consultada por ARDE, no deja lugar a dudas: «Son prácticas de maltrato animal intencionado por parte del personal y métodos de sacrificio ilegales e inhumanos».
La crueldad humana hacia los patos alcanza cotas especialmente perturbadoras cuando la investigación revela que centenares de patitos de apenas horas de vida son depositados unos sobre otros en bidones, donde pían desesperadamente atrapados entre cáscaras de huevo y cadáveres de otros animales.
Julia Elizalde, portavoz de ARDE, describe una situación dantesca: «La violencia hacia los animales es brutal. Hemos documentado cómo tratan a los animales como basura. Se han encontrado patos con traumatismos aún vivos en los contenedores de la granja, junto a cadáveres en avanzado estado de descomposición, moscas y larvas».
Estos actos contra el bienestar animal no son casos aislados, sino parte de una rutina diaria en la mayor granja de patos del continente europeo, aseguran.
Condiciones insalubres y riesgo sanitario
El ambiente en las instalaciones es insalubre hasta extremos alarmantes. Los excrementos se acumulan en el suelo formando capas espesas de materia fecal donde los patos viven permanentemente.
La mayoría de las aves presentan el plumaje sucio por el barro fecal y conviven con cadáveres de otros animales muertos. Las cámaras han captado patos agonizando sin recibir atención veterinaria, otros incapaces de moverse por heridas graves o deformidades como el síndrome de las patas abiertas.
Esta situación no sólo constituye maltrato animal, sino que representa un grave riesgo sanitario. Los animales criados en estas condiciones insalubres, rodeados de cadáveres en descomposición y excrementos, están destinados al consumo humano.
Carne en los súper españoles
La carne de estos patos llega a España a través de supermercados y distribuidores asiáticos que abastecen a restaurantes en todo el territorio nacional. Las empresas comercializan cabezas, patas y patos enteros procedentes de esta granja, además de vender plumas para la industria textil.
Se da la circunstancia, según ARDE, que la granja ha recibido 1,8 millones de euros en ayudas de la Política Agraria Común (PAC) entre 2016 y 2022, fondos europeos que supuestamente deberían garantizar el cumplimiento de estándares mínimos de bienestar animal.
ARDE ha presentado denuncia ante la policía portuguesa por presuntos delitos de maltrato y abandono animal, tipificados en los artículos 387 y 388 del Código Penal portugués, así como infracciones a múltiples directivas europeas sobre manejo, sacrificio y transporte de animales.
Un patrón de crueldad en la industria ganadera
Elizalde insiste en que estos actos contra el bienestar animal no son un caso aislado: «La violencia en la industria ganadera es sistemática, porque se trata a los animales como máquinas en una fábrica, no como los seres sintientes que son».
«Demandamos al Gobierno y los supermercados acciones urgentes para poner fin a las granjas de los horrores», añade Elizalde. La organización exige el cierre inmediato de las instalaciones y la exclusión de esta empresa para optar a futuras ayudas europeas.
Seguridad alimentaria
Este caso se suma a una serie de denuncias sobre maltrato animal y seguridad alimentaria en granjas que han salido a la luz meses atrás. OKGREEN ha publicado investigaciones sobre Lidl comercializando pollo contaminado, con bacterias resistentes a antibióticos, y de granjas donde los cerdos son golpeados con martillos y presentan deformaciones y hernias, y marcas de embutidos procedentes de explotaciones denunciadas por maltrato.
En Baleares, OKDIARIO documentó la pesadilla de los vecinos de Llucmajor con una macrogranja de gallinas llena de ratas, cadáveres y suciedad.
Crueldad y alimentación
La crueldad humana hacia los patos documentada en Portugal es solo la punta del iceberg de un sistema de producción intensiva que prioriza el beneficio económico sobre el bienestar animal y la seguridad alimentaria.
Mientras los consumidores españoles desconocen el origen y las condiciones de producción de la carne que consumen, estos productos continúan llegando a sus mesas a través de cadenas de distribución que operan sin transparencia ni control efectivo sobre sus proveedores.