Consumo

Señalan a Lidl por comercializar pollo contaminado con bacterias resistentes a los antibióticos

Según el Observatorio de Bienestar Animal, más del 71% del pollo de Lidl comercializado en España está contaminado con bacterias resistentes a los antibióticos

Un análisis microbiológico examina 142 bandejas de pollo del mayor supermercado europeo provenientes de España, Alemania, Italia, Gran Bretaña y Polonia

La resistencia a los antibióticos es una de las 10 causas de mortalidad más frecuentes, con 3.000 muertes en España cada año

Lidl pollo contaminado
Muestras de pollo en bandejas en uno de los supermercados de Lidl en España (Foto: Observatorio de Bienestar Animal)
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El Observatorio de Bienestar Animal (OBA) vuelve a poner en el punto de mira a la misma cadena de supermercados, esta vez alertando que «más del 70% del pollo de Lidl está contaminado con bacterias resistentes a los antibióticos».

El observatorio alerta que «los productos españoles destacan con un 71% de productos contaminados. El 38% de las muestras contienen listeria y el 83% patógenos diarreicos como E.coli y Campylobacter».

Desde la organización desvelan que «un análisis microbiológico a escala europea ha revelado una alarmante frecuencia de patógenos resistentes a los antibióticos en la carne de pollo de Lidl, el mayor supermercado del continente».

Por su parte Lidl ha respondido negando estas informaciones de OBA apelando a los «exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados».

Así mismo, la cadena de supermercados ha respondido a OKGREEN que «nos reservamos el derecho de emprender acciones legales contra esta asociación para defender nuestro honor y nuestra reputación».

Nuevo problema para Lidl

Esta información llega tras la denuncia de OBA sobre otra «granja del terror» en la que se veían vídeos de cerdos golpeados con martillos con púas que presentan deformaciones y hernias en una explotación de Burgos, cuya carne en formato de embutidos, según afirmaba el observatorio, llegaba a los supermercados Lidl.

El vídeo difundido por OBA el pasado mes de mayo era tremendamente duro y en él se podía observar cómo los animales presentaban deformaciones, hernias y heridas infectadas en los animales, así como el uso habitual de picanas eléctricas y presencia de ratas, gusanos e insectos en los comederos.

142 productos afectados

La información sobre esta contaminación de bacterias en el pollo que comercializa Lidl ha sido puesta en conocimiento de los Ministerios de Consumo y Agricultura, según los autores de este informe elaborado por la organización que añaden que los resultados han sido proporcionados por un laboratorio alemán independiente, avalado por el organismo alemán de acreditación -DAkkS por sus siglas en alemán- y ubicado en Colonia.

Este laboratorio analizó «las bacterias más importantes asociadas con las infecciones transmitidas por los alimentos en 142 productos de la marca propia de 22 tiendas Lidl en España, Alemania, Italia, Gran Bretaña y Polonia».

En concreto, las referencias españolas son «alitas de pollo partidas sin punta», «jamoncitos de pollo», «cuarto trasero de pollo», «canal de pollo» y «pechuga de pollo».

Gérmenes resistentes

Las muestras fueron adquiridas en Madrid, Valencia y Barcelona, de las cuales «17 de las 24 muestras españolas, un 71%, estaban contaminadas, frente a un tercio de los productos en Alemania o un 58% en Reino Unido».

El Observatorio de Bienestar Animal indica que «estos gérmenes resistentes pueden causar infecciones del tracto urinario, neumonía o septicemia».

Con estos datos y estos resultados advierten que «la resistencia a los antibióticos es una de las diez causas de muerte más comunes en todo el mundo. Alrededor de 35.000 personas mueren cada año solo en Europa por infecciones con patógenos resistentes a los antibióticos. Es decir, unas 100 personas mueren cada día porque los antibióticos ya no son eficaces».

Añaden que, «según el Ministerio de Sanidad, en España se contabilizan alrededor de 3.000 muertes anuales. La Organización Mundial de la Salud ha advertido de que si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales».

Resistencia de los antibióticos

Además, hacen referencia a la Organización Mundial de la Salud, que «explica que la resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos».

La resistencia a los antibióticos, según apunta OBA, «pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales más difíciles de tratar que las no resistentes. Por ello, la resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costes sanitarios, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. En una población envejecida como la española, esta problemática afecta especialmente a los ancianos como grupo vulnerable, así como a embarazadas o niños».

Muestra pollo Alemania
Muestras de pollo recogidas en Alemania. (Foto: Obsservatorio de Bienestar Animal)

Genes de resistencia

La organización hace referencia a Eduardo Costas, Catedrático de Genética y experto en mecanismos de adaptación de microorganismos a contaminantes antropogénicos en la Universidad Complutense de Madrid, para dar más información acerca de la resistencia de los antibióticos.

«Al principio la resistencia a los antibióticos aparece por mutaciones que ocurren al azar, a menudo antes de la exposición al antibiótico. Cuando tratamos con antibióticos, seleccionamos a favor de las bacterias resistentes que son las que sobreviven», según Costas.

«Mediante diversos mecanismos moleculares las bacterias pueden transmitir los genes de resistencia a otras bacterias. Así nuestra guerra con las bacterias no tiene fin: desarrollamos nuevos antibióticos a los que las bacterias terminan siendo resistentes. Pero el abuso en la utilización de los antibióticos, hace que estos dejen de ser eficaces muy rápidamente», según Costas.

Además, este experto señala que «las bacterias resistentes pueden llegar hasta nosotros de muy diversas formas, por ejemplo por consumo directo de productos contaminados o a través del agua de embalses de abastecimiento a los que acaban llegando los efluentes ganaderos», relata la organización en palabras del catedrático.

Consecuencias para el entorno

El catedrático de la Universidad Complutense de Madrid alerta así de que los patógenos resistentes a los antibióticos también se filtran de las granjas hacia el medioambiente, por ejemplo, hacia masas de agua, el suelo o las verduras.

Esta exposición ambiental «supone que el conjunto de la sociedad está expuesto a las bacterias resistentes», subraya OBA. Prosigue la organización afirmando en cuanto a la presencia de estos gérmenes en la cocina, «las reglas de higiene rara vez pueden cumplirse meticulosamente, siendo comunes descuidos a la hora de limpiar los utensilios de cocina o no cocinar completamente la carne, por lo que la presencia de estas bacterias en la carne supone un evidente riesgo para consumidores y consumidoras».

Costas alerta sobre el retorno de la mortalidad por enfermedades infecciosas, aclarando que «a lo largo de la historia la mayoría de los seres humanos murieron debido a enfermedades infecciosas cuando no teníamos antibióticos ni vacunas. Lo normal era que los padres enterrasen a varios de sus hijos. Si no tomamos medidas podríamos volver a esa situación».

Análisis pollo contaminado Lidl
Tabla de los análisis de pollo contaminado encontrado en los supermercados Lidl (Microbiological examination of Lidl chicken meat – Observatorio de Bienestar Animal)

Patógenos diarreicos

El análisis realizado por el observatorio también revela la presencia de patógenos diarreicos, destacando que «un 83% de la carne de pollo en España presenta Campylobacter, cuyo contagio puede causar desde una infección asintomática, pasando por una diarrea grave con fiebre y síntomas generales de enfermedad, hasta enfermedades secundarias como inflamación de las articulaciones y signos generalizados de parálisis o síndrome de Guillain-Barrée».

Además, subraya la organización que «un 83% de las muestras españolas presentan Escherichia coli y un 38% Enterococci. El E. coli puede provocar diarrea o infecciones urinarias, pero con la posibilidad de intoxicación sanguínea u otras enfermedades orgánicas»

Entre los peligros de los Enterococci están que pueden causar infecciones crónicas de las vías urinarias. «Si estos gérmenes son multirresistentes, los antibióticos estándar no sirven para tratar estas patologías. El laboratorio también detectó Listeria monocytogenes en un 38% de los productos en España».

Desaconsejan el pollo de Lidl

«Una infección con Listeria monocytogenes puede causar daños graves en bebés no nacidos, incluyendo abortos espontáneos; y en personas con defensas inmunológicas debilitadas, puede llevar a enfermedades graves, muchas de las cuales son fatales», señala el observatorio.

«No aconsejaría a mis pacientes comprar estos productos de pollo de Lidl», señala la Dra. Imke Lührs, especialista en medicina interna y ex-asesora en el Bundestag (parlamento federal alemán).

«El estudio muestra que la carne está contaminada con numerosos patógenos potenciales. Aunque estos no suelen causar enfermedad inmediata, todavía existe el riesgo de que los gérmenes puedan transmitirse a los humanos si la carne no se prepara adecuadamente. En caso de circunstancias desafortunadas –enfermedades preexistentes, administración de antibióticos por otras razones, una lesión o una operación– pueden convertirse en una amenaza seria para la salud», apunta la doctora.

Seguridad alimentaria

Según Julia Elizalde, manager de campañas del Observatorio de Bienestar Animal (OBA), el «garantizar la seguridad alimentaria de la carne que vende es responsabilidad de Lidl. Criar pollos hacinados entre excrementos es un paraíso para la propagación de patógenos. Atiborrar a los animales con antibióticos es un problema de primer nivel para la salud pública. Hacemos un llamamiento urgente a que reduzcan la densidad de aves».

«No debemos olvidar que los antibióticos se han utilizado de manera abusiva en la agricultura durante décadas. A animales completamente sanos se les administran antibióticos que en realidad no necesitan. Y esto se hace con el único propósito de poder mantener de manera rentable a animales sobrealimentados en naves superpobladas», explica el Dr. Rupert Ebner, veterinario y ex vicepresidente de la Asociación Estatal de Veterinarios de Baviera, Alemania.

El Observatorio de Bienestar Animal ha trasladado estos hallazgos a los Ministerios de Consumo, Asuntos Sociales y Agenda 2030 y al de Agricultura, Pesca y Alimentación, comunicando los resultados del estudio y solicitando que se investigue la presencia microbiológica de gérmenes resistentes a los antibióticos y otros patógenos con potencial afectación a la salud pública de la carne de pollo de supermercados Lidl y que se emita un informe público al respecto.

Respuesta de Lidl

La compañía Lidl ha respondido a estas acusaciones dejnado constancia «que garantizar la calidad de nuestros productos es una prioridad para Lidl, extendiéndola a los propios procesos para garantizar que los productos conservan las mejores condiciones desde el proveedor hasta el cliente final».

Lidl se defiende argumentando que «realizamos exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados. De hecho, tal es nuestra prioridad, que nuestra política de compras (incluida la de productos cárnicos) establece límites más estrictos que los propios requisitos legales».

Proveedores

Lidl afirma que «todos nuestros proveedores cuentan además con avales de certificación internacionalmente reconocidos como International Food Standard (IFS) o el British Retail Consortium (BRC) que certifican los más altos estándares de calidad, y en especial la seguridad alimentaria».

«Además de estas revisiones minuciosas por parte de Lidl, tanto autoridades como servicios sanitarios también realizan controles de todos nuestros proveedores y de la carne de ave que comercializamos en nuestras tiendas, asegurando así que cumplen con todos los requisitos de la legislación vigente» puntualiza la cadena de supermercados.

Denuncias falsas

Desde Lidl se lamentan que, «por desgracia, no es la primera vez que esta organización lanza una acusación contra Lidl a través de los medios de comunicación y sin contrastar su información previamente con nosotros. De hecho, sus dos últimas denuncias resultaron ser falsas y en esta ocasión, contamos con certificados de análisis -realizados por Lidl y por nuestros proveedores a través de laboratorios acreditados- que contradicen categóricamente la información de su estudio».

En la respuesta, Lidl acusa a OBA de que estas informaciones pretenden «desprestigiar la imagen de nuestra empresa con información falsa y/o no contrastada. Y más teniendo en cuenta que, los artículos supuestamente analizados en este estudio son producidos por proveedores que suministran carne de pollo a una gran mayoría de las cadenas de distribución españolas».

Cocinar bien el pollo

La compañía recalca que «respecto a esta última acusación, nos gustaría recalcar que las bacterias que una carne fresca de pollo pueda contener no son consecuencia del método de cría de nuestros proveedores en particular, sino que representan un reto general para toda la industria de la carne avícola».

Por último, Lidl aclara que, «en todos nuestros envases siempre especificamos de forma transparente que el producto debe ser cocinado completamente antes de su consumo y que es necesario cumplir con las normas de higiene durante el proceso. De este modo, si se manipula de forma correcta no existe ningún riesgo sanitario para el consumidor».