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Cuando el arte y la naturaleza se unen para concienciar sobre el futuro del planeta

Arte naturaleza
El martín pescador es una de las aves protagonistas de la iniciativa virtual que combinan arte y naturaleza de la mano de SEO/BirdLife y el Museo del Prado.
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El arte y la naturaleza han ido siempre de la mano y la prueba está en que los campos, los paisajes y las especies de todo tipo han servido de fuente de inspiración de los creadores y artistas desde el inicio de la humanidad.

Si los entornos y su biodiversidad se transforman y los hábitats pierden especies de todo tipo y si los paisajes cambian por la acción del cambio climático, desaparecería una de las mayores fuentes de creación artística.

El arte como herramienta de educación ambiental y concienciación social está siendo utilizado por distintas entidades y marcas para llamar la atención, para mandar un mensaje y advertir que, si no preservamos el entorno, no tendremos futuro.

Arte, naturaleza y tecnología

Con el uso de las nuevas tecnologías, o con modernas técnicas de recreación monitorizadas por expertos, se posicionan en la retina los efectos del cambio climático utilizando cuadros relevantes de la historia del arte o paisajes que van a sufrir un cambio profundo por el efecto de la crisis climática.

Bajo el lema Disminuyen las aves, aumentamos la realidad, proteger las aves está en tu mano, SEO/BirdLife junto con el Museo del Prado presentaron un filtro de realidad aumentada para concienciar a la sociedad sobre la crisis ecológica en el que algunas aves del cuadro de el Bosco El Jardín de las Delicias «cobran vida».

Con la tecnología SparkAR de META el martín pescador, la espátula y el vencejo, tres especies en declive según el Libro Rojo de las Aves de España, protagonizan esta acción que se complementa con el dossier Tres especies centinelas de salud, en el que se expone cómo las aves alertan del delicado estado de salud de los ecosistemas afectando directamente al bienestar humano.

Filtros de Facebook e Instagram

Con el uso de un filtro de realidad aumentada de Facebook o de Instagram, creado por SEO/BirdLife y el Museo del Prado, desde el teléfono móvil puedes ver las aves del Jardín de las delicias en movimiento e interactuar con ellas.

 

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De esta curiosa manera vemos el martín pescador revolotear desde el cuadro hasta tu mano, visualizando un ave que necesita agua y unos hábitats en buen estado. Se trata de una especie que se encuentra catalogada en la categoría de En Peligro, con un declive de más del 50% en sus poblaciones.

Otras dos protagonistas son la espátula común y el vencejo común, ambas consideradas como Vulnerables que ven también reducidas sus poblaciones drásticamente por cambios en los hábitats o en sus zonas de anidamiento.

Sin naturaleza no hay arte

Los impulsores de esta iniciativa concluyen que «la pérdida de biodiversidad no solo afecta a los ecosistemas y a la calidad de vida de las personas». Advierten que «si la naturaleza desaparece, la fuente de inspiración de los artistas también», argumentando que «hace miles de años las aves y la naturaleza han motivado la creación de obras de arte de todas las disciplinas».

La entidad conservacionista recuerda que las expresiones artísticas han plasmado desde siempre todo tipo de especies como las aves, «que han sido fuente de inspiración artística de los seres humanos desde que el cerebro adquirió la capacidad simbólica. Los artistas paleolíticos representaron en las paredes de las cuevas la fauna que les rodeada y obsesionaba».

Con esta iniciativa se pone de relieve que «el ritmo de declive actual puede propiciar que los artistas dispongan de menos recursos naturales para inspirarse, como ya ha ocurrido con las pinturas que dejó John James Audubon: sus obras están rodeadas de un aura de misterio porque algunas de las especies que representó ya están extintas».

Concienciación social

Desde SEO/BirdLife se explica que «muchas de las especies que pintaron artistas como El Bosco, Frans Snyders o Rubens presentan hoy un fuerte grado de amenaza y esta premisa puede servir como arma de concienciación social frente a la pérdida de biodiversidad».

Esta actividad se encuadra dentro del Día de las Aves en más de 100 puntos de toda España con más de 200 actividades de pajareo como rutas guiadas, conferencias o puntos de observación de aves.

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza tampoco es ajeno a esta unión del arte con la concienciación ambiental con distintas acciones y muestras en colaboración con marcas comerciales para llamar la atención sobre la contaminación o la degradación de los campos de cultivo.

Micro mecenazgo

De este modo este mes de septiembre se lanzó una campaña de micro mecenazgo denominada La contaminación #NiEnPintura para restaurar y llevar a cabo un estudio técnico de una obra de su colección, en esta ocasión, el cuadro de André Derain El Puente de Waterloo (1906).

ndré Derain, El Puente de Waterloo, 1906. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

El lienzo muestra la atmósfera de un Londres atravesado por un río lleno de color que en la web aparece ahora oscurecido e irá «iluminándose» a medida que se logran aportaciones.

Desde el museo cuentan que «al igual que la contaminación y el deterioro medioambiental han hecho mella a lo largo del siglo XX en la ciudad, el paso del tiempo ha dejado su huella en los colores del cuadro, que requiere una limpieza y restauración para las que el museo pide la colaboración de los micro mecenas».

Tanto en la web del museo como en la sala del museo donde se exhibe el cuadro, a través de un dispositivo digital allí instalado, todos los amantes del arte pueden empezar a colaborar en una acción en la que participa Mastercard.

Todo ello mediante aportaciones de 25 euros, para lograr, en el plazo de un par de meses, 40.000 euros, una parte del presupuesto necesario para que el londinense puente de Waterloo recupere sus colores originales.

Van Gogh en 2074

El Thyssen también ha puesto en marcha con la marca de alimentación Heinz otra iniciativa, Imagina un mundo sin campos, en la que se toma prestado el pincel de Vincent van Gogh para crear conciencia sobre la degradación de los suelos.

En la instalación se reinterpreta la obra Les Vessenots en Auvers (1890) del artista neerlandés, expuesta en la pinacoteca, realizando un viaje en el tiempo para captar cómo el paisaje se va degradando en tres tiempos hasta el año 2074 si no ponemos remedio a la degradación del suelo realizando malas prácticas agrícolas.

Los visitantes son guiados desde un triste paisaje en 2074 en el que comprobarán la «cruda realidad de un mundo sin campos saludables, representada por un suelo agrietado y seco, carente de fertilidad, un gran contrate con la pintura original, que destaca por su amplia extensión de cultivos fértiles».

La recreación muestra un terreno empobrecido, ausente de vegetación y una notoria falta de setos, «reflejando la tasa global de degradación de la salud del suelo, que actualmente se sitúa en un 40% a nivel mundial».

La exposición también muestra una foto fija de cómo este paisaje inmortalizado por van Gogh estaría en la actualidad, todo ello acompañado de explicaciones sobre la necesidad de cultivar cuidando los campos y aplicando procesos sostenibles en la producción de tomates.

Inteligencia líquida en los océanos

También los océanos son motivo de preocupación y el objetivo de concienciación de los artistas tal y como se recoge en el espacio del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la Fundación TBA21 donde presentan Inteligencia líquida, una muestra colectiva sobre la crítica situación de la vida en el océano.

La muestra, que reúne a ocho artistas internacionales, propone hasta el 28 de enero un extenso programa de actividades que reunirá a comisarios, artistas, músicos, performers, científicos, filósofos e investigadores del ámbito internacional.

La exposición y el programa de actividades que conforman Inteligencia líquida despliegan diversos lenguajes artísticos que crean experiencias inmersivas sobre el océano y los ecosistemas acuáticos.

Con esta exposición se pone en valor más de una década de dedicación de la Fundación al desarrollo de proyectos interdisciplinares de investigación en el ámbito de la ecología, en los que las prácticas artísticas tienen un papel fundamental.

La plaza de España anegada

También se utiliza el retoque fotográfico para otro viaje en el tiempo, recreando cómo estarían distintos lugares del planeta dentro de 27 años. Se realizó un llamativo y arduo trabajo de ficción a cargo de la web DiscoverCars, en colaboración con una especialista medioambiental, que  «revela cambios potenciales en los destinos y las condiciones de las carreteras para el 2050».

Dentro de 27 años podríamos ser testigos de carreteras desaparecidas bajo las aguas, paisajes calcinados o desérticos, ciudades irreconocibles y lugares emblemáticos del planeta anegados o calcinados.

Los creadores del informe alertan a los viajeros que utilizan su automóvil en un viaje por carretera porque esta crisis ambiental «podría significar que los lugares que esperan ver, podrían pronto verse muy diferentes».

Plaza de España de Sevilla inundada
Recreación de cómo quedaría la plaza de España de Sevilla en 2050

La recreación de la plaza de España pone en la retina un espacio irreconocible y sin el encanto de esta emblemática atracción turística. De este modo, si no ponemos remedio, podríamos ver la plaza sevillana convertida en un lago de color marrón, el puente de Londres devorado por el Támesis o carreteras en Hawái o en el Tirol impracticables.

El interesante informe contiene imágenes interactivas con diapositivas que le permiten a los lectores explorar cómo se vería Sevilla en el 2050, así como otros puntos del planeta.

Las unión de obras pictóricas, tecnología, instalaciones artísitcas e imágenes impresionan, pero son una buena manera de agitar conciencias y ser más sostenibles, porque el cambio climático es uno de los problemas más graves que enfrentamos actualmente.