La misteriosa (y discreta) vida de Rafa Medina y Laura Vecino en Barcelona
Hace cuatro años que los duques de Feria cambiaron Madrid por Barcelona
La vida de Rafa Medina y Laura Vecino dio un giro radical en 2014 cuando ambos tuvieron que hacer las maletas y marcharse a vivir a Barcelona por motivos laborales. El guapísimo hijo de Naty Abascal firmó un jugoso contrato con Inditex para desarrollar en Massimo Dutti, una de las firmas más exclusivas de la compañía de Amancio Ortega. Una de las parejas más conocidas de la aristocracia española daba un giro de timón para emprender una vida muy diferente a la que tenían en la capital. Hoy, 16 de octubre, cumplen ocho años casados con un saco de experiencias a cuestas.
Los comienzos en la ciudad condal no fueron fáciles. El duque de Feria vivía en un hotel y pasaba los fines de semana en Madrid. Una situación que tan solo duró unos meses, hasta que adquirió una lujosa propiedad en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Ahí pusieron los cimientos de lo que hoy en día es su día a día, basado en la más absoluta discreción y en el anonimato. Rafa Medina y Laura Vecino viven centrados en sus dos mellizos, del mismo nombre que sus padres, y en compañía de sus dos perras: Wilma y Rumba.
Sus apariciones públicas en estos años se pueden contar con los dedos de una mano. La más comentada fue en la boda de Casilda Medina, prima de un Rafa que ese día ejerció de padrino. Es en eventos de altos vuelos donde el creador de ‘Scalpers’ y su mujer sacan sus mejores galas y se dejan fotografiar. El último photocall al que acudieron fue hace unos días en un acto organizado por la revista ‘Telva’ y donde posó junto a su hermano -Luis- y su madre. Poco o nada se sabe de ellos, más allá de que trabajan muchísimo y de que el poco tiempo libre que tiene Rafa Medina lo emplea en hacer rutas con la bicicleta. Tampoco pierden de vista la agenda cultura -en especial de conciertos- que ofrece la capital catalana.
Cabe recordar que Laura Vecino y Rafael Medina contrajeron matrimonio en la Capilla de San Juan Bautista del Palacio de Tavera (Toledo) en 2010, en un acto en el que ella deslumbró con un vestido firmado por Giambattista Vali, de línea princesa y escote bañera. Lució además dos joyas muy especiales: la gran corona ducal de la duquesa de Medinaceli, de perlas y diamantes, y una pulsera de su abuela Laura Satrústegui Figueroa.