¿Por qué Julio Iglesias no canta en España?

Sus fans le echan de menos y confían en que se acuerde de ellos. Julio Iglesias cumple 50 años en los escenarios y celebra una gira que comenzó a finales de 2018 en Europa del Este y Rusia, Estados Unidos, América Latina para continuar por los Emiratos Árabes, y ahora Europa. En junio pasado llenó The SSE Arena en Wembley (Londres) y este lunes actuaba en el mítico Royal Albert Hall londinense donde deleitó a las 5.500 personas que abarrotaron el auditorio y corearon sus canciones de toda la vida. Agotó entradas meses antes y lo aclamaron como el latin crooner de inmejorable look, ese Julio siempre tan elegante, con camisa blanca impoluta y trajes impecables. A solo 2 horas de avión. “Se viene un año de conciertos. Os espero en algún lugar del mundo”, escribía en su Instagram, en febrero pasado. Por ahora, ese lugar no es España.

Son ya demasiado años sin cantar por nuestras tierras, contradicción con su sentir patrio que corea en “Quijote”, una de sus canciones más conocidas, cuando al estribillo entona aquello de que presume de ser español donde va. En el videoclip aparece a bordo de un barco en el que ondea la bandera española. Y no hay duda de que Julio es uno de nuestros embajadores más importantes, pero lo cierto es que hace demasiado tiempo que no canta en nuestro país. Esta gira de 50 Años de Aniversario es una razón más que suficiente para volver y cantar aquí.

Algunas fuentes aseguran que mientras siga pendiente la resolución judicial sobre la demanda de paternidad que le interpuso Javier Sánchez, “no pisará un escenario en España”.  El caso sigue pendiente de la decisión de la Audiencia Provincial de Valencia, después del último recurso presentado por Julio este verano. Independientemente de que esté llevando la defensa en este caso de filiación como mejor le parece (que por ahora es recurrir todas las decisiones judiciales) y apoyado por un buen equipo de abogados, Julio se equivoca si esa es la razón por la que no canta aquí. No sería la primera estrella que llega, canta y se va. Elton John, sin ir más lejos, quien lamentablemente acaba de suspender gira por motivos de salud, aterrizó hace un par de veranos en Marbella con su gira “Wonderful crazy night”, cantó y según acabó, recogió los bártulos, se subió a su avión privado y puso rumbo al lugar donde le esperaban sus hijos. Fue su último concierto en España.

¿Podría hacer algo así Julio? Sé que chocaría que no atendiera a los medios, pero lo que no parece muy justificable es su prolongada ausencia y no incluir a España en esta gira conmemorativa de sus 50 años en la música. Las especulaciones sobre su salud quedaron eliminadas en el primer concierto que dio en el Istiqlol Palace de Taskent (Uzbekistan) en septiembre del año pasado. “No podéis imaginar lo que significa estar de vuelta en el escenario después de dos años; es maravilloso. Gracias a la fortaleza de mi mente y de mi corazón”, dijo emocionado en su reaparición en los escenarios tras pasar por quirófano por un problema en la zona lumbar en junio de 2015. Tras el famoso accidente de tráfico que le apartó del futbol en 1962, Julio sufrió una delicada intervención en la columna poco tiempo después. Desde entonces, lleva a rajatabla un plan riguroso de ejercicio, nada a diario y se cuida mucho. Hace cuatro años tuvo que pasar de nuevo por el quirófano.

La última vez que cantó en España fue hace 6 años en el Festival de Pedralbes, pero en Madrid no aparece desde 2002.  En sus últimas actuaciones en casa, escogió escenarios más íntimos, nada de estadios de fútbol. Siente menos presión y está más cómodo, me cuenta un colaborador suyo. Recuerdo algunos comentarios cuando el promotor del festival de Cap Roig, suplió la ausencia inesperada de Leonard Cohen con Julio. Para gustos, los colores, y Julio tiene legión de fans en España y sigue teniéndola. Es, sin duda, un número 1. Les remito a su palmarés: 300 millones de discos en 14 idiomas, el artista latino que mas ha vendido, en 2013, el artista internacional más popular en China y flamante Grammy por los logros de toda una vida.  Quizá no siempre se le ha tratado 10 en España. Él sigue cantando, acaba de cumplir 76 años, y aún le queda gira por delante. ¿Y qué si se sienta en un taburete alto cuando lleva unas cuantas canciones? La gente quiere oírle cantar, escucharle, verlo con su banda, corear cualquier de sus canciones. En España se las saben todas.