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La duquesa de Alba arrebató a Sofía Palazuelo la posibilidad de lucir la tiara que más le hubiera gustado

Se desempolva el joyero de la Casa de Alba

Sofía Palazuelo
Sofía Palazuelo, la mujer que se convertirá en la futura duquesa de Alba
  • Andrea Mori
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Han pasado casi cuatro años desde que nos dejara, pero su recuerdo estará más vivo que nunca el próximo sábado. La duquesa de Alba no habría querido perderse el enlace de uno de sus ojitos derechos, su nieto Fernando, futuro duque de Alba, a quien quiso legar su adorado Palacio de las Dueñas y que este fin de semana le dará el ‘sí, quiero’ a la joven Sofía Palazuelo. Sin embargo, la novia tendrá la oportunidad de homenajear la memoria de la que habría sido su ‘abuela política’ a través de una de las piezas del joyero de los Alba, uno de los más impresionantes del mundo, con permiso del de la Casa Windsor.

Faltan apenas cuatro días y las apuestas en torno a varios aspectos de la celebración se suceden. El lugar está fijado, el madrileño Palacio de Liria, cuartel general y buque insignia de la Casa, pero hay otras muchas cuestiones que quedan en el aire, al menos para los más curiosos. Se desconoce la lista de invitados, el vestido de la novia o los encargados de elaborar el menú. No obstante, la pregunta más relevante sigue siendo…¿Llevará Sofía alguna joya de la Casa de Alba? Si es así, ¿cuál escogerá?

Lo que el destino le arrebató

La Casa de Alba cuenta con uno de los joyeros más espectaculares del mundo, sin embargo, hay una tiara en particular que, a pesar de ser la más indicada para la ocasión, no estará disponible. Se trata de la tiara Rusa, una de las piezas preferidas de la duquesa de Alba y que lucieron tanto la madre del novio, Matilde Solís, como María de Hohenlohe en su enlace con Alfonso Martínez de Irujo.

Matilde Solís con la tiara Rusa / Gtres

Doña Cayetana heredó la impresionante pieza de su abuela materna, María del Rosario de Gurtubay, y desde muy joven se convirtió en una de sus alhajas preferidas. Tanto es así que es la joya que la corona en el mítico retrato de juventud realizado por Juan Gyenes. La Rusa era una pieza de gran valor a todos los niveles; una diadema de platino y diamantes, de tipo kokoshnik (los tocados oficiales de la corte de los Romanov) cuyo origen aún se desconoce. Hay quien cree que fue realizada por Ansorena, mientras que otros apuntan a que procede directamente de la Rusia zarista.

Aunque doña Cayetana era una mujer de carácter, si hay algo que siempre ha demostrado es un gran amor por sus hijos. Por eso, a pesar de que la pieza tenía un gran  valor para ella, no dudó en ponerla a la venta para comprar un caballo para que Cayetano compitiese en los JJOO de Barcelona. La Duquesa lo confesó en sus memorias:  «Tuve que vender la diadema rusa para que Cayetano se pudiera comprar un caballo maravilloso, Gigoló, y pudiera dedicarse a la equitación y competir».

Fue el diario ABC quien descubrió en 2015 que la diadema estaba en manos de los anticuarios Joseph Saidian and Sons, quienes, tras tenerla un tiempo a la venta  decidieron mantenerla para su colección privada. Caprichos del destino, Sofía no podrá lucir en su boda la ‘corona’ que la Historia le tenía reservada.

Las tiaras impensables

Dicen que las tradiciones y las normas están para desafiarlas, pero hay algunas tan arraigadas que resulta imposible romperlas. Es lo que ocurre en el caso de las otras dos grandes tiaras de la Casa de Alba. Si doña Cayetana le prestó a sus dos primeras nueras su tiara rusa, la tiara más especial si cabe de su joyero la reservó para su hija. Eugenia Martínez de Irujo llevó en su boda con el torero Francisco Rivera la misma diadema que en su día portara la Duquesa cuando le dio el ‘sí, quiero’ a Luis Martínez de Irujo. Una espectacular corona de perlas y diamantes del siglo XIX que perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo.

Eugenia Martínez de Irujo con la tiara de boda de su madre / Gtres

Doña Cayetana no lució en muchas ocasiones la pieza, apenas en alguna recepción a la que asistió con su marido y pasó directamente a su única hija. Es poco probable que Sofía, a pesar de casarse con el nieto predilecto de la Duquesa, lleve esta pieza, que seguramente sea la que elija la hija de Eugenia cuando contraiga matrimonio.

La otra gran pieza de la Casa es la tiara ducal. Una diadema muy similar a la que los Franco regalaron a Fabiola de los Belgas con motivo de su enlace, aunque la de la Casa de Alba es de esmeraldas en lugar de rubíes. Doña Cayetana heredó la pieza por vía materna, mientras que la de la reina Fabiola procedía originariamente a la Casa de Medinaceli. Es una diadema que solo ha utilizado ella y que no ha cedido en ninguna ocasión a nadie. Quizás ahora sería una buena ocasión para que la pieza viera de nuevo la luz.

Una opción discreta

De todos es sabido que Genoveva Casanova se convirtió en la nuera preferida de la duquesa de Alba, sin embargo, doña Cayetana no le prestó a la mexicana ninguna de las piezas icónicas de su joyero. La entonces esposa de Cayetano era una mujer discreta y no sería extraño que Sofía Palazuelo siguiera su estela. La madre de Luis y Amina recibió en préstamo en su enlace una preciosa pulsera de diamantes que Luis Martínez de Irujo había regalado a doña Cayetana y la utilizó a modo de tiara. Quizás Sofía opte por una opción similar y encuentre entre los tesoros de la Casa alguna alhaja que pueda hacer las veces de diadema sin resultar tan ostentosa. Sea como fuera, por ahora, tendremos que esperar.

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