Así es Fernando Fitz James: el gran desconocido que está llamado a ser duque de Alba
El nieto de la duquesa de Alba fue elegido por la revista Point de Veue como unos de los 50 solteros de oro más importantes del mundo
Ya está en capilla. El próximo 6 de octubre, Fernando Fitz-James Stuart y Solís y Sofía Palazuelo se darán el “sí, quiero” en el Palacio de Liria en Madrid. Junto a ellos, los Alba al completo, así como una amplia representación de la aristocracia y la jet set española. Será, sin duda, una de las grandes bodas del año y no solo en España. Y es que, hasta anunciarse su noviazgo con la joven mallorquina, Fernando, futuro duque de Alba, estaba considerado por la revista Point de Veue, como uno de los cincuenta solteros de oro más importantes del mundo, pero, ¿quién es realmente el joven que está llamado a heredar el ducado de Alba?
Aunque es conocido desde el día en que nació, poco o nada se sabe de este joven aristócrata, tímido y reservado, que ha hecho del “perfil bajo” su seña de identidad. Look ha hablado, en exclusiva, con fuentes allegadas a la Casa de Alba para trazar un retrato íntimo del segundo heredero más importante del Reino de España, solo superado por Leonor, princesa de Asturias.
El Duque de Huéscar y futuro duque de Alba con Sofía Palazuelo durante la Feria de Abril de Sevilla./Gtres
Según revelan a este digital, Fernando es “enormemente responsable. Profundamente familiar. Está muy unido a sus padres y a sus hermanos”. Hijo de Carlos Fitz-James Stuart y Matilde Solís, sufrió en silencio la dolorosa separación de sus padres. El carácter inestable de su madre “le hizo madurar muy rápido” y su relación con ella es “excelente”. También lo es con su padre, a quien se parece mucho en el carácter. Callado, observador, “siempre da la sensación de que solo se siente seguro cuando conoce bien el suelo que pisa”.
Creció a la sombra de su padre, y principalmente a la de su abuela, Cayetana de Alba. Otra fuente ha confesado a este medio que “si Carlos y Cayetana eran muy distintos, Fernando y su abuela son la antítesis” aunque también matiza, “les unía su amor a Sevilla, el peso de la casa y la gran importancia que le dan a la familia”. Desde siempre se ha sentido marcado de manera muy natural venir y representar lo que representa. No obstante, “nunca lo ha visto como una losa”.
Discreto y detallista con sus amigos
Sus amigos son pocos y muy discretos. Mantiene un núcleo duro, forjado en sus años en el Colegio Santa María de los Rosales, donde también estudió su padre. Cuando empezó a salir por la noche no hizo falta que su padre le leyera una cartilla con normas de conducta. Él sabía perfectamente cómo actuar, tal ha sido siempre su sentido de la responsabilidad: “nunca le he visto con una copa de más. Sabe cuándo parar. No es soso, ni mucho menos, pero nunca ha querido decepcionar a su padre.” La discreción la lleva en las venas y “siempre se escaquea en las fotos. Siempre se ofrece para hacerlas con tal de no salir y evitar filtraciones de algún tipo”. Conocido es también su carácter detallista: “cuando éramos más jóvenes, si veía que alguno de sus amigos no estaba en condiciones, con tal de que no cogieran el coche, les llevaba el a casa. Y no a uno, ni a dos, a todos. Es muy generoso.”
El futuro duque de Alba junto a su padre, Carlos Fitz James Stuart, en Sotogrande. /Gtres
Amigo de sus amigos, poco o nada aficionado al postureo, buen estudiante y a día de hoy, buen “número 2” de la casa ducal más importante de España, ha encontrado en Sofía Palazuelo su media naranja. Discreta, guapa y preparada, forman un buen tándem. Él más reservado, ella más expansiva, se complementan. Dijo el actual duque de Alba al morir su madre que “pronto, la casa de Alba dejará de ser mediática”. A juzgar por el interés suscitado por la boda de su hijo, es difícil creerlo. Lo que si es cierto, es que en 28 años, el heredero no acumula ni un escándalo a sus espaldas. Nobleza obliga.