Primeras palabras de Carlos Falcó tras la ausencia de Tamara en su boda
Desde que celebraran su amor el pasado 22 de septiembre, sobre Carlos Falcó y Esther Doña ha planeado la sombra de una cuestión: ¿Por qué no estuvo Tamara Falcó entre los 150 invitados de su enlace? Carlos, que acaba de marcharse a Santander para inaugurar una tienda de Rosa Clará, diseñadora de vestido de novia de Esther, no tiene la respuesta pero sí una reacción evidente. Y es que ha sido el propio padre de Tamara quien, a su llegada al aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez para marchar al norte, ha querido responder a esta cuestión.
«Mi relación con Tamara no ha cambiado nada. Nos vemos mucho», contesta contundente despejando las dudas de su actual relación con su hija. Sin embargo, sobre el episodio de su boda con Doña, del cual Tamara alegó «motivos personales» para declinar la invitación, parece que no ha convencido ni sentado nada bien a su padre: «Sin comentarios, como dicen los presidentes americanos», comenta sobre a esa cuestión.
A su llegada a Santander, el marqués de Griñón se ha dejado ver con su mujer en Santander. El matrimonio llegaba en un coche al Eurostars Hotel Real de la ciudad. La primera en bajar fue Esther Doña, que subió las escaleras del establecimiento seguida de su marido, que iba cargado con una bolsa con objetos personales. Antes de subir a la habitación, la marquesa se detuvo unos minutos a fumarse un cigarrillo en la puerta y el padre de Tamara Falcó, haciendo gala de su galantería, permaneció a su lado.
La pareja, ajena a las ausencias de su boda, prosigue con su vida con la mayor normalidad / Gtres
Y es que Carlos y Esther se han vuelto inseparables y cada vez son más cosas las que les unen. A sus 80 años, el marqués de Griñón está viviendo una segunda juventud al lado de su cuarta esposa, la guapa malagueña de 40 años, que le ha devuelto la ilusión y la felicidad. El destino les unió a finales de 2015, durante la celebración de una cata de vinos y desde entonces su amor se ha ido consolidando. Aunque Esther Doña siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano, cada vez va adquiriendo un mayor protagonismo en la vida social al lado de su esposo, uno de los más exquisitos viticultores de España, que ha logrado situar su aceite de oliva en el podio de los mejores del mundo. Es un hombre muy cuidadoso, que ahora también vive volcado en su vida marital y en hacer feliz a su amada esposa. Pese a quien pese. Incluso si una de ellas es Tamara Falcó.