Úrsula Andress, 84 años del top de las ‘chicas Bond’
La actriz marcó un hito en la historia de la saga del espía, que la convirtió en un mito erótico que ha sobrevivido al paso del tiempo
Si hablamos de las primeras películas de James Bond, además de recordar a Roger Moore o Sean Connery, todos tenemos en la retina la mítica imagen de una impresionante belleza emergiendo del mar con un bikini blanco. Esa belleza no era otra que la actriz suiza Úrsula Andress, a la que hoy felicitamos por su 84 cumpleaños. Esa escena, que años después fue emulada por Halle Berry en ‘Muere otro día’, la convertiría en el mito erótico que fue durante las más de cinco décadas que duró su carrera cinematográfica. ‘James Bond contra el doctor No’ es el título de este largometraje que supuso su saltó al estrellato, y donde compartía protagonismo con Sean Connery, el 007 de la época. Este preciado papel de Honey Ryder llegó a sus manos dos semanas antes del rodaje, ya que ella no fue la opción principal del director. Pero su figura voluptuosa y la ayuda de quien era su marido por aquel entonces, John Dereck, hicieron de Úrsula la perfecta ‘chica Bond’ del momento.
Úrsula Andress, la ‘chica Bond’ cumple 84 años / Gtres
Convertida en un icono erótico hasta finales de los 70, Andress se hizo un hueco en Hollywood donde la mayoría de sus papeles tenían un desnudo de por medio. Encantada con este rol de sex symbol, la suiza le sacó el máximo partido protagonizando numerosas portadas para la mítica revista Playboy. La primera, fotografiada por su propio marido.
La actriz Úrsula Andress en el cumpleaños de Julio Iglesias/ Gtres
Pero su estancia en la meca del cine estuvo marcada por sonados romances con compañeros de profesión de la talla de Marlon Brando, Kirk Douglas o James Dean. La relación con este último duró unos meses, y a punto estuvo de costarle también la vida a la actriz ya que por unos segundos, no subió al Porsche del actor el fatídico día en el que falleció. Puede presumir además de haber recibido uno de los regalos más preciados por los melómanos del mundo: una veintena de canciones inéditas de Elvis Presley a quien no dudó en decirle que no era precisamente una amante del rock, si no del góspel.