Soy maquilladora y este sencillo truco te va a quitar 10 años de encima: sólo necesitas un bronceador
El maquillaje no solo embellece: puede transformar por completo la expresión del rostro
Goldsmith destaca que estos trucos no se centran en ocultar la edad
Goldsmith defiende el movimiento vertical, ya que alarga las facciones
El maquillaje no solo embellece: puede transformar por completo la expresión del rostro. En los últimos meses, un vídeo de la maquilladora profesional Stephanie Goldsmith ha acumulado miles de reproducciones en YouTube al revelar tres trucos que, según explica, ayudan a rejuvenecer el rostro con técnicas simples pero efectivas. Su propuesta se basa en aprovechar la luz, el color y las proporciones naturales de la cara, sin necesidad de recurrir a procedimientos invasivos ni grandes cantidades de producto. Este sencillo truco te va a quitar 10 años de encima.
En un mundo donde las tendencias cambian a ritmo vertiginoso, su enfoque vuelve a poner el acento en la naturalidad, la armonía y la comprensión de las facciones. Goldsmith destaca que estos trucos no se centran en ocultar la edad, sino en resaltar los rasgos más frescos y equilibrados del rostro. Para ello, propone tres pasos estratégicos: aplicar el iluminador siguiendo el llamado golden triangle, usar el bronceador como delineador y extender el rubor en tres puntos concretos. La clave está en la dirección, la proporción y la suavidad de la aplicación, tres factores que modifican visualmente la estructura facial. Sus recomendaciones no son solo una guía estética, sino un recordatorio de cómo estos pequeños gestos pueden suavizar la expresión y aportar vitalidad.
Este sencillo truco te va a quitar 10 años de encima
El primer truco de la maquilladora Stephanie Goldsmith consiste en aplicar el iluminador en sentido vertical desde la zona baja de los ojos hasta casi el mentón, siguiendo una línea que coincide con el llamado golden triangle o “triángulo dorado” del rostro.

Este concepto, inspirado en el principio matemático de la proporción áurea, se utiliza desde hace siglos en arte y arquitectura para representar la belleza y la simetría. En maquillaje, este triángulo conecta la zona de las ojeras con la parte central del rostro, aportando luz en los puntos que naturalmente captan la atención.
Mientras que la mayoría de los tutoriales recomiendan extender el iluminador en sentido horizontal —desde la nariz hacia las sienes—, Goldsmith defiende el movimiento vertical, ya que alarga las facciones, estiliza el rostro y produce un efecto visual más juvenil y femenino.
Según estudios del National Institutes of Health (NIH), el brillo y la luminosidad en la parte central del rostro pueden reducir la percepción de sombras y arrugas finas, mejorando la homogeneidad del tono de piel. Este truco se convierte así en un aliado sencillo para quienes buscan un efecto de lifting instantáneo sin necesidad de filtros.
Usar el bronceador como delineador: el truco te va a quitar 10 años de encima
El segundo consejo de Goldsmith puede parecer poco convencional: usar el bronzer como delineador. La maquilladora explica que este producto, normalmente reservado para contornear mejillas o pómulos, puede aportar una profundidad muy favorecedora en los ojos.
Se trata de colocar unos puntos del bronceador —en polvo o líquido— justo por encima de las pestañas superiores y en el párpado fijo. Después, con ayuda de un pincel fino, se difuminan los puntos sin dejar líneas marcadas.
Con lo que queda en el pincel, se puede pasar ligeramente por la línea inferior de pestañas para unificar y definir la mirada. El resultado es un efecto ahumado natural, más suave que el que se logra con lápiz o sombra oscura.




Según la British Association of Beauty Therapy & Cosmetology, los tonos cálidos, como los del bronceador, aportan calidez y suavidad al rostro, especialmente en pieles maduras, donde los delineados duros pueden endurecer la expresión. Este pequeño cambio en la rutina maquilla los ojos sin sobrecargarlos, dando un aspecto descansado y armónico.
Rubor en tres puntos: un toque de juventud instantáneo
El tercer truco se centra en uno de los productos más antiguos y versátiles del maquillaje: el rubor. Goldsmith recomienda aplicarlo en tres zonas específicas: las mejillas, los ojos y los labios. En las mejillas, se coloca en el punto más alto, donde se forma la curva al sonreír; en los ojos, se aplica una pequeña cantidad en la zona interna, cerca del lagrimal, y se difumina hacia arriba; finalmente, se deposita una ligera capa en los labios, sobre el bálsamo o el labial habitual.
Este triple uso genera una continuidad cromática que une las distintas partes del rostro y aporta cohesión visual. El color, cuando se distribuye de forma equilibrada, transmite vitalidad y suaviza los rasgos.
Los tonos rosados o melocotón reflejan mejor la luz y producen una sensación de piel saludable, lo que explica su efecto rejuvenecedor. Además, al unificar mejillas, ojos y labios bajo la misma paleta, se reduce el contraste y se obtiene un resultado más fresco y natural.
Los trucos de Stephanie Goldsmith resumen una filosofía que va más allá de la estética: rejuvenecer no es restar años, sino recuperar armonía. En tiempos donde la belleza se filtra y se retoca, estas técnicas devuelven protagonismo a lo esencial: la luz, la calidez y la expresión.