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Década tras década, Isabel Preysler (72) se ha consagrado como referente indiscutible de moda en nuestro país. La reina de corazones es también la del papel cuché, las micro faldas o pantalones de tiro bajo, los tops de mariposa, las chaquetas técnicas, las blazers de cuadros y hasta el color verde. Da igual el momento, la ocasión o el dress code, a sus recién cumplidos 72 años, la hispanofilipina, fiel a su estilo a caballo entre la elegancia y el clasicismo, siempre ha sabido hacer check a las tendencias del momento y se ha convertido en el centro de atención de todas las miradas.
Ahora, con el foco puesto en cuál será su atuendo para el enlace de su hija, Tamara Falcó (41) con el empresario madrileño Íñigo Onieva (33), tras protagonizar una sonada ruptura y posterior reconciliación el pasado mes de diciembre, hacemos un repaso por el estilo y evolución de la socialité. ¿Qué no se pondría ahora la viuda blanca?
Isabel Preylser durante un evento / Gtres
Esta es sin duda una de las imágenes más icónicas de la pareja. Corría la década de los años setenta cuando Julio Iglesias (79) e Isabel Preysler se convertían en el tándem de moda y creadores de tendencia por su incipiente relación sentimental. La modelo posaba entonces con un total look setentero color azul klein conformado por un jersey de cuello vuelto y unos pantalones tipo palazzo que combinó con un pañuelo estampado atado al cuello. No obstante, su estilismo llamó profundamente la atención por el abrigo largo de pelo y el bolso clásico estampado de la marca Dior.
Julio Iglesias e Isabel Preysler / Gtres
La tendencia Argyle, derivada del famosos tartán escocés que suele hacer referencia a ese estampado de rombos a los que se superponen líneas que crean la misma figura geométrica dando sensación de cierta tridimensionalidad y textura, fue, también durante los años setenta, un hito y emblema de la moda española al que Isabel Preysler recurrió en varias ocasiones. Sobre todo, en aquellos momentos más casual, funcionales y prácticos, de la aristócrata.
Isabel Preysler a la salida de un restaurante / Gtres
El blanco es uno de los colores fetiche de Isabel Preysler que, la madre de los cantantes Enrique Iglesias y Julio Iglesias Jr., ha usado hasta como invitada de una boda pese a que las reglas de vestuario de todo invitado que pasan, en primer lugar, por tener claro que ese es el color de la novia y que, en ningún caso, se debe llevar esta tonalidad sin el permiso explícito, eso sí, de quien se casa. Ejemplo de ello es la ceremonia de Claudia Guash y Álvaro Díez de Rivera en 2008. Fiel a la moda de los tempranos dos mil, Isabel lució un vestido de corte midi y gasa blanco de Marta Rota para Tothom y sandalias de Jimmy Choo, que combinó con un foulard de tul y bolso clutch.
Isabel Preysler en la boda de Claudia Guasch y Álvaro Diaz / Gtres
Haciendo gala de su elegancia y estilo habitual, aunque alejada de su sofisticación actual, Isabel Preysler acudió (y triunfo con su presencia), a la entrega del prestigioso galardón de moda la Aguja de Oro en el año 2003 bajo el cual María Rosa Salvador premió, desde 1981 y hasta 2006, a diseñadores de todo el mundo; y que ese año distinguió al diseñador francés Christian Lacroix. Para la ocasión, Isabel optó por una falda color camel con volantes, que combinó con una camiseta básica de manga corta de color azul marino y unas botas altas de piel marrones a juego con un cinturón y un bolso estilo shopper.
Isabel Preysler en un evento / Gtres
Otro de los atuendos que más ha trascendido de Isabel Preylser fue el escogido para acudir a la boda de de María Colonques, hija del presidente de Porcelanosa, y Andrés Benet. El enlace se convirtió en el acontecimiento social de la temporada y medio Villarreal y, para la ocasión, la viuda de Miguel Boyer escogió un diseño de Óscar de la Renta, protagonizado por los lunares en su versión más clásica: el blanco y el negro que completó con unos salones joya y un bolso brillante en tono burdeos.
Igualmente de lunares fue el vestido que Isabel lució para presidir la inauguración de una tienda de Porcelanosa, la firma para la que trabaja. En esta ocasión, sin embargo, la combinación de colores era fucsia y negro.