El mensaje más difícil del rey Felipe
El monarca ya ha grabado su tradicional discurso de Navidad, en un año especialmente complicado no solo para el país, sino para la Monarquía.
No ha sido un año fácil para la Familia Real Española. A la crisis sanitaria del coronavirus que ha golpeado fuertemente al país, se ha sumado la situación generada en torno a la figura del rey Juan Carlos, que lleva desde principios de agosto fuera de España y sin visos, por ahora de regresar. En este escenario, el rey Felipe pronuncia hoy su séptimo mensaje de Navidad desde que en 2014 asumiera la jefatura del Estado. Un mensaje que este año es especialmente esperado dadas las circunstancias y que no va a dejar a nadie indiferente.
El rey Felipe se enfrenta a uno de sus mensajes más difíciles / Gtres
A diferencia de otras ocasiones en las que la situación era más estable, en los últimos años, el monarca espera casi al último momento para grabar su mensaje de Navidad a la Nación. En este caso, el discurso se grabó el pasado día 22, para emitirse en Nochebuena a las 21:00 horas, como cada año. Sin embargo, la expectación ante las palabras que pueda pronunciar esta noche el monarca es máxima.
El pasado mes de marzo, con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus, el Rey se dirigía a los españoles en un mensaje especial ante la declaración del estado de alarma. Dos días antes, a través de un comunicado, había anunciado que renunciaba a la herencia de su padre por las últimas informaciones en torno a los supuestos fondos ilícitos que poseía don Juan Carlos que habían aparecido en diferentes medios. En su discurso, ni una referencia a la situación de emergencia dentro de la Institución, como quizás tampoco haga en sus palabras esta noche. Se espera alguna alusión a los últimos acontecimientos que afectan a la Corona, al igual que 2011 el rey Juan Carlos, en medio de la instrucción del caso Nóos, aseguró en su mensaje de Navidad que “la Justicia era igual para todos”, en referencia a la posibilidad de que su yerno, Iñaki Urdangarin, pudiera entrar en prisión, como así ha sido finalmente.
Se espera que el Rey Felipe haga alguna alusión a la situación de su padre /Gtres
Todas las miradas están puestas ya en el Palacio de la Zarzuela. Aunque el discurso de Navidad suele ser el más neutral de todos los que pronuncia a lo largo del año el monarca, los acontecimientos de los últimos meses le han puesto entre la espada y la pared. Hace tan solo unas semanas, el equipo de abogados de rey Juan Carlos emitía un comunicado confirmando que el exmonarca había regularizado su situación con Hacienda por el escándalo de las tarjetas black, que salpicaba incluso a algunos de sus nietos. Sin embargo, desde la Fiscalía mantenían que la cuestión no estaba cerrada y que cabía aún seguir con la investigación y posibles repercusiones legales. Una cuestión que, si bien no se ha confirmado, podría haber tenido una repercusión directa en que el rey Juan Carlos finalmente haya decidido permanecer en Abu Dabi estas fiestas, en teoría por el riesgo sanitario que implica cualquier traslado dado su estado y su edad.
Ante este escenario, don Felipe se enfrenta no solo a su mensaje más difícil, sino también a sus navidades más atípicas: sin la presencia de don Juan Carlos ni de la infanta Pilar y con la crisis sanitaria como escenario. No hay confirmación oficial pero, siguiendo el esquema de otros años, será doña Sofía la anfritriona esta noche, mientras que la reina Letizia ejercerá mañana en la Casa de Asturias. El gran misterio está en torno a la infanta Elena o la infanta Cristina, cuyos planes por el momento se desconocen.
El rey Juan Carlos y Felipe VI el día de la proclamación de don Felipe / Gtres
El mensaje de Navidad suele ser el más independiente de todos los discursos que a lo largo del año pronuncia don Felipe. Aunque siempre tiene que contar con la aprobación del Gobierno, las líneas generales parten de Zarzuela, aunque ha trascendido que este año hay cierta presión para que el Rey condene de manera explícita todo lo que tiene que ver con las actividades de su padre, lo cual se podría convertir en una fuente de críticas hacia la Institución y no a la persona.