El gran ‘fiasco’ de la reina Letizia en su estreno como cooperante
Doña Letizia regresa a Honduras, donde llevó a cabo su primer viaje de cooperación un año después de que don Felipe asumiera la jefatura del Estado
La reina Letizia retoma su agenda internacional. Después de varios meses de parón a causa del coronavirus -la última vez que viajó fuera de España fue precisamente poco antes de que se decretara el estado de alarma, a París en el mes de marzo-, la esposa de Felipe VI se traslada a Honduras para un viaje de cooperación en un momento especialmente delicado para la Corona, cuando gran parte de la atención se centra en la situación del rey Juan Carlos y su posible vuelta a España por Navidad.
Doña Letizia en uno de sus últimos viajes de cooperación / Gtres
La última vez que doña Letizia hizo un viaje de cooperación fue en 2019 a Mozambique, una actividad en la que se inició precisamente con un viaje a Honduras y El Salvador en 2015, apenas un año después de que don Felipe asumiera la jefatura del Estado. Un viaje con el que doña Letizia tomaba el relevo de la reina Sofía en materia de cooperación, una de las áreas preferidas de la madre de Felipe VI, en la que desarrolló una importante labor desde su estreno en 1997.
La reina Sofía en uno de sus muchos viajes de cooperación / Gtres
Sin embargo, a pesar de que en líneas generales la Reina demostró una vez más su profesionalidad durante el viaje, tuvo un pequeño ‘traspiés’ que no ha vuelto a repetir desde entonces. Pese a que, dadas las características del viaje, la Reina apostó en casi todos los actos por outfits cómodos de estilo ‘todoterreno’, lo cierto es que en la cena que el presidente Juan Orlando Hernández para agradecer a doña Letizia, la Reina sorprendió con un estilismo un tanto exagerado dada la circunstancia.
En lugar de decantarse por un look sobrio y discreto, doña Letizia prefirió un diseño casi de alfombra roja, un vestido palabra de honor de corte midi y ceñido a su silueta, en tejido con aplicaciones de strass en color negro de Felipe Varela, que combinó con pendientes y pulsera de brillantes. Una elección poco acertada si se tiene en cuenta que se trataba de un viaje de cooperación, una visita a una comunidad en la que la pobreza es uno de los problemas más acuciantes. Fueron numerosas las críticas que doña Letizia recibió por este estilismo, no solo desde España, sino en el propio país anfitrión, donde consideraban inapropiado y fuera de lugar su look.
Doña Letizia retomaba hoy su actividad internacional tras varios meses de parón por la crisis sanitaria del coronavirus / Gtres
Dado que la reina Letizia llevó a cabo este viaje de cooperación en mayo de 2015, apenas un año después de que don Felipe se convirtiera en rey y asumiendo el testigo de doña Sofía, las comparaciones con la madre de Felipe VI fueron constantes. La reina madre había puesto punto final a su etapa como ‘reina cooperante’ en marzo de 2014 con su último viaje a Guatemala. Un viaje que prácticamente fue igual al primero de doña Letizia a Honduras en cuando a contenido -no en su forma ni en su ubicación-. Sin embargo, la experiencia es un grado y el carácter de ambas reinas es radicalmente opuesto. Cada una tiene una manera de afrontar estos compromisos. Lo que es innegable es que, mientras que la reina doña Sofía apostó por la sobriedad en la cena que ofreció el presidente de Guatemala, con un look de traje sastre en tonos oscuros y un escenario discreto, doña Letizia se convirtió en la gran protagonista gracias a un estilismo que desvió la atención de lo verdaderamente importante. Un ‘despiste’ que, hasta hoy, no ha vuelto a cometer.