CASA REAL BRITÁNICA

El refugio privado de la reina Camila: la clave del éxito de su matrimonio 20 años después

La reina Camila sigue teniendo una casa que compró tras su divorcio de Andrew Parker Bowles

Visita con regularidad la propiedad, en la que pasa algunas temporadas

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La reina Camila en un acto oficial. (Foto: Gtres)
  • Andrea Mori
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Acaban de cumplirse 20 años del anuncio del compromiso matrimonial entre el rey Carlos III y Camila Parker Bowles. El 11 de febrero de 2005 el Palacio de Buckingham confirmó que el hijo mayor de la Reina Isabel se iba a casar con la que la que siempre había sido el amor de su vida. Una boda civil en el ayuntamiento de Windsor a la que siguió una bendición anglicana en la capilla de San Jorge. Fue el broche de oro a la historia de la pareja, ocho años después de la muerte de Lady Di.

La relación entre Carlos y Camila siempre ha sido muy diferente de la del monarca con su primera esposa. Lady Di acaparaba todas las miradas y no dejaba nada de protagonismo al entonces príncipe, algo que a Carlos le molestaba mucho. Con Camila eso no pasa. Además, ambos tienen gustos e intereses comunes, lo cual ha ayudado mucho a que su matrimonio sea un éxito.

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Los reyes Carlos III y Camila en su boda. (Foto: Gtres)

Pero al margen de esto, lo cierto es que hay una cuestión que ha sido clave para que su relación prospere y resista a las típicas crisis de pareja. Si hace unos días los duques de Edimburgo aseguraban que el secreto de su matrimonio es su buen humor y su sólida amistad, en el caso de Carlos y Camila el espacio es clave.

En más de una ocasión se ha comentado que los reyes tienen en su residencia oficial tres dormitorios. Uno para cada uno de ellos y otro que comparten. De esta manera pueden pasar tiempo a solas en un lugar decorado enteramente a su gusto y estar juntos cuando lo desean. Esto es fundamental para ellos, pero para Camila también es importante contar con un refugio en el disfrutar de su soledad cuando necesita un respiro. Se trata de Ray Mill House, una casa de la que nunca se ha querido desprender y que sigue siendo su refugio a día de hoy.

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Exterior de Ray Mill House. (Foto: Gtres)

Un lugar seguro

Cuando la reina Camila se separó de su primer marido, Andrew Parker Bowles, invirtió una buena suma en una propiedad en el condado de Wiltshire. Fue en el año 1995 cuando la actual esposa del monarca puso fin a su primer matrimonio, poco antes de que Carlos y Diana firmaran el divorcio.

Ray Mill House es una finca de 68.000 metros cuadrados con una preciosa mansión de estilo Regencia. Está ubicada a apenas 27 kilómetros de Highgrove, la casa de campo de Carlos III, por lo que era un lugar estratégico para los encuentros de la pareja: discreto y accesible. Además, estaba lo suficientemente alejada de la capital como para que Camila pudiera estar tranquila en medio de la tempestad por las declaraciones de Diana en la polémica entrevista en Panorama. En aquel momento la mayoría de los británicos odiaba a Camila y la consideraba causante de todas las desgracias por las que había pasado la princesa del pueblo. Sin duda una etapa muy complicada para ella.

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Interior de Ray Mill House. (Foto: Gtres)

Camila disfrutaba mucho de su tiempo en Ray Mill House. Para ella era un lugar ideal, un refugio en el que sentirse segura. Según algunas fuentes, la actual esposa del rey Carlos solía coleccionar recortes de caricaturas de Diana e incluso tenía colgado en el salón un retrato de su bisabuela, Alice Keppel, la que fue amante de Eduardo VII. Camila le dijo a Carlos III cuando se conocieron en los años 70 que Alice y el monarca habían sido amantes.

Un refugio para una reina

Cuando se anunció el compromiso, Camila pasó a ser duquesa de Cornualles y se instaló en Clarence House. La propiedad en Londres, muy cerca del palacio de Buckingham, era la residencia oficial de la pareja, que también pasaba tiempo en Highgrove y en Birkhall -Escocia-. Lo lógico habría sido que Camila se hubiera deshecho de su casa de Wiltshire, pero no lo hizo. Es más, se negó a dejar de lado Ray Mill House.

Una decisión que resultó un poco polémica por los costes de seguridad que implicaba que Camila quisiera pasar tiempo allí, pero que fue fundamental para que el matrimonio saliera adelante. La segunda esposa del rey Carlos III continuó instalándose en Ray Mill House de manera recurrente, para escapar de las rutinas y las restricciones que imperaban en las residencias oficiales.

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Interior de Ray Mill House. (Foto: Gtres)

Así lo han explicado a lo largo de los años algunos expertos. Por ejemplo, el periodista Geoffrey Levy aseguró en un artículo en el Daily Mail en 2006 que Camila necesitaba su propia casa porque ella es bastante desordenaba y necesitaba huir de vez en cuando de la obsesiva pulcritud y el orden de Carlos. De la misma manera, el experto en comportamiento Darren Stanton dijo en 2022 que Camila se había dedicado por completo a Carlos y a la vida pública, pero que ese no era su estado natural, por lo que es normal que quiera mantener algo de su vida anterior, una parcela privada solamente para ella.

En Ray Mill House Camila puede sentirse libre y alejada de las normas y los protocolos. Puede llevar allí a sus nietos y disfrutar del tiempo con ellos, como cualquier otra abuela -algo que, por cierto, le encanta- y, además, puede hacer que el rey Carlos la eche de menos y quiera volver a verla lo antes posible. La reina pasa en la casa mucho más tiempo del que la gente cree y está muy pendiente de su cuidado y de su mantenimiento. Es un refugio fundamental para ella cuando necesita tomarse un descanso para reflexionar y cuando la rigidez de la corte le pesa más de la cuenta. Sin duda, un particular paraíso terrenal en el que la reina deja de ser tal para convertirse, sencillamente en Camila.

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