El peculiar matrimonio de Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco: separados pero no divorciados
Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco contrajeron matrimonio el 23 de enero de 1999
A día de hoy, a pesar de haber anunciado públicamente su ruptura, continúan casados legalmente
No obstante, el aristócrata ha rehecho su vida sentimental al lado de Claudia Stilianopoulos


La expectación en torno a la salud de Ernesto de Hannover es máxima. El príncipe alemán se encuentra ingresado, desde el pasado 3 de abril, en el Hospital Ruber Internacional de Madrid y, aunque su diagnóstico es todavía todo un misterio, lo cierto es que las últimas informaciones que han trascendido son completamente contradictorias. Mientras que medios internacionales señalan que su estado es crítico y que está siendo atendido por la Unidad de Cuidados Intensivos, en España los datos que se han conocido son más esperanzadores. Sobre todo después de ver las recientes imágenes del chófer del aristócrata portando un andador en las inmediaciones del centro médico. Una escena que podría indicar que la evolución del mencionado estaría siguiendo su curso.
A la espera de conocerse detalles que aclaren con exactitud cómo se encuentra Ernesto de Hannover, la atención mediática se ha centrado también en repasar su agitada faceta personal y los episodios más emblemáticos que han marcado su vida. Y sin duda, entre todos ellos, el que más titulares ha acaparado, y continúa haciéndolo, es su relación con Carolina de Mónaco. Y es que, a pesar de haber tomado caminos por separado desde hace ya varias décadas, ambos siguen legalmente casados, un hecho que continúa despertando una gran curiosidad pública.
Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco. (Foto: Gtres)
La primera hija de los Raniero III y Grace de Mónaco perdió a su segundo marido, Stefano Casiragui, en un accidente náutico, en 1990. Un revés personal que le hizo olvidarse durante nueve años del amor, hasta que llegó a su vida Ernesto de Hannover. Eran amigos desde la infancia, pero no fue hasta 1996 cuando los paparazzi captaron que entre ellos estaba surgiendo algo más que una amistad. Ambos fueron pillados saliendo de un hotel de lujo en Bangkok, pero por aquel entonces, el príncipe de Hannover estaba casado con Chantal Hochuli. En 1997 se divorció de ella y tan solo unos meses después, posó por primera vez, durante el enlace matrimonial de Pierre D’Arenberg y Sylvie de Castellane, con Carolina de Mónaco, oficializando así su romance.
El 23 de enero de 1999, coincidiendo con el cumpleaños de Carolina, contrajeron matrimonio en una ceremonia civil y muy discreta celebrada en el palacio de Mónaco, concretamente en la Cámara de los Espejos. Allí reunieron a una reducida lista de selectos invitados, donde fue significativa la ausencia de Estefania de Mónaco, hermana de la novia. Por aquel entonces, aunque nadie lo conocía, Carolina estaba embarazada de Alexandra. Un motivo que explicaba la premura y el hermetismo con el que se había celebrado la boda.


Ernesto de Hanover y Carolina de Mónaco en el Baile de la Rosa. (Foto: Gtres)
En julio dieron la bienvenida a su única hija en común y, aunque todo parecía indicar que su historia era para siempre, al poco tiempo decidieron tomar caminos por separado. Aunque no lo hicieron legalmente, ya que a día de hoy, continúan casados a pesar de que cada uno ha rehecho sus respectivas vidas. Tanto es así, que Ernesto mantiene una relación sentimental desde 2021 con Claudia Stilianopoulos, la hija menor de Pitita Ridruejo, que es considerada como el otro miembro que forma parte del matrimonio que Carolina y Ernesto nunca han llegado a romper.


Ernesto de Hannover, Carolina de Mónaco y su hija Alexandra. (Foto: Gtres)
Cabe destacar que Carolina de Mónaco, al casarse con Ernesto de Hannover, pasó a formar parte de una familia con una nobleza más antigua y prestigiosa que la suya. La casa de Hannover tiene un linaje real muy antiguo y relevante en la historia europea, mientras que la familia Grimaldi de Mónaco, aunque es soberana, ha sido históricamente considerada menos importante dentro de la jerarquía aristocrática europea. Es por ello por lo que se dice que el motivo de esta no separación tendría que ver con que Carolina no perdiera su título de princesa.