Los Middleton, víctimas de una campaña de duras críticas por las deudas de su empresa

Aunque en el ámbito personal y familia los padres de la princesa de Gales están viviendo una de las mejores etapas de su vida -con el embarazo de su nuera, Alizée Thevenet y el importante rol de Catalina Middleton-, lo cierto es que, a nivel profesional, no son buenos tiempos para ellos. La empresa que fundaron hace años para dedicarse a las fiestas infantiles lleva tiempo en el punto de mira, e incluso entró en bancarrota, hasta el punto de que tuvo que venderse a otra compañía. Sin embargo, ni siquiera así, los suegros del príncipe Guillermo han tenido un respiro.

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Los padres de la princesa de Gales vuelven a estar en una situación delicada, precisamente por las pérdidas relacionadas con la compañía, que tantas alegrías les dio en el pasado. Tal como han publicado medios británicos, Bucklebury, la localidad en la que reside en matrimonio, ha amanecido llena de carteles en los que se acusa a los Middleton de la quiebra de la empresa y se les lanzan mensajes de odio.

Según ha revelado el tabloide The Sun, los carteles se han colocado en paredes, postes de luz y árboles, y ha sido el hermano de la princesa de Gales, James, el que ha tenido que recorrer las calles para poder retirarlos. Un contratiempo que se ha producido apenas unos meses después de la venta de la empresa, a consecuencia de la bancarrota de la misma. Tal como confirmaron varias fuentes en su momento, la compañía tuvo que venderse por una deuda de cerca de tres millones de libras.

El medio británico explica que varios de los antiguos proveedores de la compañía están muy enfadados con los Middleton porque, a consecuencia de la bancarrota, se han quedado pendientes numerosos pagos y no hay visos de que esta cuestión se vaya a solventar. A pesar de que la empresa funcionaba relativamente bien, lo cierto es que la pandemia afectó mucho al día a día de la compañía y los Middleton no lograron retomar el ritmo normal de trabajo.

En los informes que se han hecho públicos se detalla que los padres de la princesa de Gales pidieron un préstamo de 200.000 euros durante la pandemia, pero no es esta la única deuda que tienen. Además, deben más de medio millón de euros a otros acreedores y 1,4 millones en otro tipo de préstamos, lo que ha hecho insostenible la situación. Una situación que ha pasado factura a la pareja, que ha tenido que decir adiós a la empresa en la que ha volcado el trabajo de toda una vida pero que, además, tiene que afrontar las críticas por no poder pagar a todos los acreedores.

Por el momento, no ha habido respuesta oficial ante la situación ni se espera que fuentes de la familia o del entorno de la princesa de Gales se pronuncien sobre esta cuestión.