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Lilibet Diana, princesa desconocida a la sombra de la verdadera favorita de Carlos

Carlos
El rey Carlos en una imagen reciente. / Gtres
  • Andrea Mori
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Primer cumpleaños de Lilibet Diana desde que Carlos III se convirtiera en monarca y ella, al igual que su hermano Archie, recibiera el título que por derecho le corresponde: el de princesa. La hija menor de los duques de Sussex acaba de cumplir dos años de vida, ajena completamente a la delicada situación que vive su familia. Nacida un 4 de junio de 2021 en Santa Bárbara, no fue hasta dos días después, que se conoció su llegada al mundo, a través de un comunicado en el portal de su proyecto Archewell.

Fue allí donde la pareja ofreció los detalles de la llegada al mundo de la pequeña, a la que decidieron llamar Lilibet Diana, en homenaje a la Reina Isabel y a la madre del príncipe Enrique, Diana de Gales. Lilibet nacía, al igual que su hermano, rodeada de un halo de misterio pero, a diferencia de Archie, lo hacía en territorio estadounidense, y in obligación alguna por parte de sus padres de posar ante los medios, dado que ya no eran miembros de la Familia Real.

El príncipe Enrique y Meghan Markle presentando a Isabel II a su hijo Archie / Gtres

El príncipe Enrique y Meghan Markle presentando a Isabel II a su hijo Archie. / Gtres

Aunque su primer cumpleaños lo celebró el Frogmore Cottage durante los festejos con motivo del Jubileo de Platino de la Reina Isabel, este año será muy diferente. Los duques de Sussex no solo no han vuelto a Londres, sino que, además, se les ha retirado el uso de la propiedad, en la que tantos recuerdos han creado como pareja y como familia. Una decisión que responde a muchos intereses cruzados, no solo al hecho de que Enrique y Meghan Markle hayan dejado ser miembros de ‘La Firma’. Pero esa es otra cuestión.

La realidad es que la nueva princesa celebrará sus dos años de vida junto a su familia materna, lejos de todo lo que tenga que ver con los Windsor, y esto marca una clara diferencia respecto a la otra nieta del nuevo monarca, la princesa Carlota.

Mientras que Lilibet Diana es princesa desde hace apenas unos meses, Carlota lleva siendo princesa desde su nacimiento y no por derecho propio, sino por un deseo explícito de la Reina Isabel. La anterior monarca, cuando tuvo constancia del primer embarazo de la entonces duquesa de Cambridge, Catalina Middleton, emitió una Carta Patente para que todos los hijos de la pareja llevaran el título de príncipes y se respetara el orden de nacimiento en la sucesión. Hasta entonces, según la anterior legislación de Jorge V, solo el hijo mayor del hijo mayor del heredero -esto es, el príncipe Jorge-, llevaría este título, mientras que los demás serían Lores o Ladies y, además, los varones irían por delante de las mujeres en la sucesión. De no ser por este cambio, al nacer Luis, se habría colocado por delante de su hermana.

Luis de Gales

La princesa Carlota con su hermano menor. / Gtres

Pero, más allá de este detalle, lo cierto es que la situación de la princesa Carlota no tiene nada que ver con la de su prima Lilibet. No solo a nivel institucional, sino también familiar. Por un lado, ella es la única hija del actual heredero, lo que significa que, probablemente, en un futuro, suceda a la princesa Ana como Princesa Real -entre otros posibles títulos-. Además, se la está educando para que apoye a su hermano mayor de la misma manera que Ana hace con Carlos, y acabe convirtiéndose en uno de los miembros más importantes de la institución.

A nivel más personal, se sabe que Carlota es el ojito derecho de su abuelo, el rey Carlos, que a pesar de lo que pueda pensarse, es muy cariñoso y atento con sus nietos. Es más, aunque le ha otorgado el título de duque de Edimburgo a su hermano, el príncipe Eduardo, los planes últimos del monarca es que este título vuelva a la Corona a la muerte del hijo menor de Isabel II, de manera que Guillermo podrá disponer de él durante su reinado y crearlo de nuevo para su hija. Este parece ser el plan último del soberano, que quiere que su nieta mayor sea la futura duquesa de Edimburgo.

Estos detalles de gran importancia evidencian el abismo entre Lilibet y su prima más cercana, que sí que tiene y ha tenido en el pasado contacto constante con la Corona y todo lo que ello conlleva, además de que se ha ganado a su corta edad el cariño de los británicos. Por desgracia y por decisión de sus padres, tanto Lilibet como su hermano, siguen siendo grandes desconocidos para la población, víctimas colaterales de una guerra en una de las instituciones más antiguas del mundo en la que solo hay vencidos porque implica una familia rota y pérdida de oportunidades para todos.

Por el momento no se sabe si, en esta ocasión, la pareja apostará por compartir alguna fotografía oficial del cumpleaños de su hija que nos permita ver cómo ha cambiado, ya que son muy pocos los testimonios gráficos de su evolución.

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