Lectora antes que Reina: Letizia y su palacio de papel
Este 30 de mayo, la Reina Letizia inaugura la 84ª Feria del Libro de Madrid
La Reina Letizia es una lectora voraz y coleccionista de ediciones especiales
Entre los autores favoritos de Doña Letizia destacan Annie Ernaux o Pasolini


Este 30 de mayo, Letizia Ortiz Rocasolano, la misma que durante años sostuvo con firmeza el prime time informativo de La 1, inaugurará oficialmente la 84ª Feria del Libro de Madrid. Pero no lo hará sólo como Reina: lo hará, sobre todo, como lectora voraz, coleccionista de ediciones especiales, cazadora de autores malditos y reincidente confesa en la Cuesta de Moyano. En definitiva: como una de las cabezas coronadas con más fondo de biblioteca del panorama europeo. Y aunque no es habitual que la Casa Real airee sus lecturas (Letizia lo hace con sutileza), lo cierto es que su historial lector está más documentado que el del mismísimo Cernuda.
En el ecosistema sobrio y controlado de la Casa Real, hay gestos que no se improvisan. Cuando en 2003 Letizia Ortiz regaló al entonces príncipe Felipe un ejemplar de El doncel de don Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra, no estaba sólo entregando un libro antiguo con valor sentimental. Estaba firmando, con letra manuscrita y edición de 1850, un contrato simbólico: el de una mujer culta, lectora y crítica que no estaba dispuesta a renunciar a su manera de entender el mundo. Y ese mundo, en su caso, siempre ha tenido forma de libro. Larra, el romántico lúcido, suicida brillante e intelectual desencantado, fue la elección perfecta. Letizia no apostó por un poema empalagoso ni por un bestseller de moda, sino por la melancolía lúcida del autor madrileño, y con él marcó el tono de una relación, pero también de una identidad personal que ha resistido intacta al protocolo y al boato. Desde ese gesto fundacional, los libros han acompañado a la Reina como una segunda piel.
La Reina Letizia leyendo un libro. (Foto: Gtres)
Con el paso de los años, la Reina Letizia ha mantenido, e incluso intensificado, su relación con la lectura. A menudo lo ha hecho sin alardes, sin listas públicas ni recomendaciones, pero su rastro lector es ya más reconocible que el de muchas figuras literarias de moda. Se sabe que sus preferencias lectoras oscilan entre la literatura francesa más incisiva, el ensayo político, las memorias incómoda y los clásicos con filo. Tiene predilección por Annie Ernaux, sí, pero también por Lucia Berlin, Byung-Chul Han, Lovecraft, Zweig, Chesterton y Pasolini. Y el eclecticismo no es casual: responde a una curiosidad intelectual que nunca ha dejado de alimentar, incluso en los años más mediáticos y absorbentes de su papel institucional.
Pero lo interesante no es sólo qué lee, sino cómo lo hace. Hace escasas semanas, con motivo del centenario de la Cuesta de Moyano, Letizia hizo una aparición que no fue un acto oficial, sino una visita espontánea, sin apenas protocolo, a las casetas de los libreros de viejo. Doña Letizia se dejó ver caminando entre puestos, revisando ediciones con atención y entablar conversación con los vendedores. No era la Reina en visita institucional: era la lectora Letizia, la que compra libros como otros compran café, sin hacerse notar. Y no se fue con las manos vacías. Entre sus compras de aquella jornada estaban El vendedor de libros viejos, de Stefan Zweig; Monstruos y Lógica, de Chesterton; Cartas de un poeta (1826-1849), de Edgar Allan Poe; y Fábulas fantásticas, de Ambrose Bierce. Asimismo, recibió por parte de la organización las dos primeras ediciones de Pío Baroja, Las noches del Buen Retiro y El mundo es ansí.


La Reina Letizia en la Cuesta de Moyano. (Foto: Gtres)
En las ferias del libro -y particularmente en la de Madrid, su presencia ya no sorprende, pero sigue llamando la atención. Doña Letizia no se limita a inaugurar, ni a posar para la foto entre casetas. Lo que hace, año tras año, es sumarse a la feria como lectora habitual. En 2023, por ejemplo, se la vio curiosear entre editoriales independientes y comprar El uso de la foto, de Annie Ernaux; El paseo, de Robert Walser; La ciudad de Dios, de Pasolini; Kafka en la orilla, de Murakami; o Cartas a Hawthorne, de Melville. Un año más tarde, la esposa del Rey Felipe VI compró Solo quería bailar de Greta García y En agosto nos vemos de Gabriel García Márquez. Títulos duros, exigentes, muy alejados del perfil amable o neutro que se podría esperar de una Reina.
La Feria del Libro de Madrid 2025: lo que debes saber (y lo que verá Letizia)
Este jueves 30 de mayo arranca en El Retiro la 84ª edición de la Feria del Libro de Madrid, una de las citas culturales más esperadas del año. En esta ocasión, la ciudad invitada es Nueva York, cuya energía editorial impregnará una programación con más de 2.000 actividades, más de 350 casetas y una lista de autores que combina figuras consagradas y nuevas voces. El cartel internacional contará con presencias destacadas como Eduardo Lago, Junot Díaz, Rebeca Solnit y un homenaje póstumo al gran Paul Auster, icono literario neoyorquino fallecido este mismo año. También se esperan referencias a Mario Vargas Llosa, cuyo legado sigue muy presente en el imaginario lector español.
Se espera que la Reina Letizia recorrerá la feria como parte del acto oficial de inauguración, pero también, como todos los años, es muy probable que se detenga a curiosear casetas, hablar con editores independientes o dejarse llevar por la recomendación de algún librero. No sería la primera vez que hace una parada espontánea para comprar algo de Patti Smith, Truman Capote, una rareza de Sylvia Plath o una reedición crítica de La ciudad y los perros.