Charlène de Mónaco cumple 47: su círculo más íntimo y el verdadero soporte de la princesa
Mónaco es uno de los reinos más fascinantes y con una historia tan marcada por el glamour como por los retos familiares que lo han acompañado
En medio de este escenario, la figura de la princesa Charlène ha sido una de las más destacadas
Este 25 de enero, Charlène celebra su 47º cumpleaños
Mónaco es, sin duda, uno de los reinos más fascinantes y con una historia tan marcada por el glamour como por los retos familiares que lo han acompañado. En medio de este escenario, la figura de la princesa Charlène ha destacado no sólo por su pasado como nadadora olímpica, sino por su entrada al mundo real, enfrentando las complejidades y tensiones de la monarquía. Este 25 de enero, Charlène celebra su 47º cumpleaños, un hito que, sea como fuere, además de marcar una nueva etapa en su vida personal, invita a la crónica social a reflexionar sobre su entorno y las relaciones cercanas que han sido fundamentales en su travesía más allá de su esposo, el príncipe Alberto II, y sus hijos en común con el soberano, Jacques y Gabriella. Entre esas relaciones, las de sus amigas más cercanas y su hermano y fiel escudero, Gareth Wittstock, se han convertido en piezas clave para su bienestar.
La princesa Charlène de Mónaco en un acto oficial. (Foto: Gtres)
Estefanía de Mónaco, la aliada clave de Charlène en su adaptación al Principado
Estefanía de Mónaco, hermana menor de Alberto II y cuñada de Charlène, ha sido una figura clave en la vida de la princesa desde que esta se unió a la familia real en 2011. A pesar de la notoria independencia y rebeldía que siempre han caracterizado a Estefanía, su conexión con Charlène ha sido una sorpresa para muchos, convirtiéndose en una de las relaciones más cercanas dentro de la familia Grimaldi. Desde el principio, Estefanía mostró una actitud protectora hacia su cuñada, ayudándola a navegar las complejidades de la vida palaciega y el protocolo que esta conlleva, algo que ella misma conoce desde pequeña.
Un ejemplo significativo de esta cercanía fue el apoyo que Estefanía brindó durante las dificultades que Charlène enfrentó en sus primeros años en Mónaco, incluidos los rumores y especulaciones que surgieron alrededor de su boda con Alberto II. En eventos privados y públicos, se las ha visto compartiendo gestos cómplices y diálogos distendidos que revelan una relación más allá de lo meramente formal. Charlène, por su parte, ha expresado en varias ocasiones su admiración por Estefanía, tanto por su carácter libre y genuino como por su dedicación a causas sociales, especialmente relacionadas con la lucha contra el VIH, un compromiso que ha servido de inspiración para muchas de las actividades de la Princesa.
Las princesas Charlène y Estefanía de Mónaco en Montecarlo. (Foto: Gtres)
Este apoyo también se manifestó durante los problemas de salud que Charlène enfrentó en 2021, cuando pasó largos períodos fuera de Mónaco debido a una complicada infección otorrinolaringológica; Estefanía fue una de las personas que se mantuvo más cerca de la familia, ocupándose incluso de algunos de los compromisos oficiales mientras Charlène se recuperaba.
El papel de Melanie-Antoinette en la red de apoyo de Charlène de Mónaco
Melanie-Antoinette Costello de Massy, sobrina de Alberto II e hija de Elisabeth-Anne de Massy, ocupa un lugar especial en el entramado social y familiar del Principado de Mónaco. Aunque su nombre no suena tanto como el de otros miembros de la familia Grimaldi, su relación con Charlène de Mónaco es un ejemplo de cómo los lazos de confianza y discreción pueden ser fundamentales en la vida de la Princesa.
La princesa Charlène de Mónaco y Melanie-Antoinette Costello. (Foto: Gtres)
Melanie es conocida por su bajo perfil público, pero su papel es clave en varias instituciones del principado. Es presidenta del prestigioso Club de Tenis de Montecarlo, cargo que heredó de su madre, Elisabeth-Anne, quien fue una figura muy cercana al príncipe Rainiero. Este vínculo con las tradiciones del principado ha permitido que Melanie actúe como una guía y aliada para Charlène en su adaptación a la vida monegasca. Ambas comparten intereses comunes, como su amor por los eventos benéficos y deportivos, algo que ha fortalecido su conexión personal. Durante los periodos más complicados para Charlène, Melanie también estuvo entre las figuras que brindaron su apoyo de forma discreta y constante. Asimismo, acompañó al príncipe Alberto siempre que este lo necesitó, como en la celebración del día de Santa Devota o en el Masters de Montecarlo.
Gareth, el ‘hermanísimo’ silencioso detrás de la princesa Charlène
Gareth Wittstock, hermano menor de la Princesa Charlène e ingeniero informático de formación, también se ha consolidado como una figura de apoyo fundamental en la vida de la ex nadadora desde su llegada al principado de Mónaco. Nacido en Zimbabue y criado en Sudáfrica, su perfil público ha crecido desde que Charlène se convirtió en princesa, si bien ha mantenido su esencia sencilla y cercana, algo que ha facilitado su integración en el entorno monegasco. Tras mudarse a Mónaco, Wittstock se involucró activamente en proyectos relacionados con la Fundación Princesa Charlène, que promueve la educación a través del deporte y fomenta la seguridad en el agua.
Este papel no solo refleja su compromiso con las causas que su hermana lidera, sino que también lo ha posicionado como una figura clave en la red de apoyo de la princesa, especialmente durante los momentos más complicados de su vida pública.
Además de su faceta filantrópica, Gareth ha construido su vida personal en el principado, donde vive junto a su esposa, Roisin Galvin, y sus hijos: Kaia-Rose y Bodhi, de nueve y cuatro años, respectivamente. Su matrimonio, celebrado en 2015, fue un evento íntimo y discreto que reflejó su carácter reservado. La pareja ha formado un hogar tranquilo, alejado de los focos mediáticos, lo que les ha permitido mantener una vida familiar estable en medio del brillo y las tensiones de Mónaco.