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Mayo de 2021. Ese es el mes en el que comenzó una pesadilla para Charlene de Mónaco de la que por fin ha despertado. Fue cuando viajó hasta Sudáfrica para participar en la lucha contra la caza del rinoceronte furtivo, demostrando así su firme compromiso con el país que le vio nacer. Lo que no sabía cuando se montó en el avión es que terminaría por sufrir la que probablemente sea la peor etapa de su vida. Problemas de salud varios, rumores de divorcio y demás penurias que vivió en completa soledad, a miles de kilómetros de su familia. Volver a casa fue balsámico pero pagó un duro peaje, si bien actualmente se puede decir que está recuperada. Repasamos la cronología del renacer de un ave fénix llamado Charlene.
Lo que comenzó siendo una labor altruista, acabó convertido en un laberinto sin salida para la sudafricana. Tan solo tres semanas tardaron en florecer los problemas. El 21 de mayo se ausentó del GP de Fórmula 1 de Mónaco, algo que no había pasado en los últimos años y por lo que el Principado tuvo que dar explicaciones de manera oficial.
Charlene y un año maldito
Fue el inicio de los problemas de salud para Charlene de Mónaco: «De viaje por el continente africano en el marco de una misión de conservación de la fauna, S.A.S. la princesa Charlène ha sido aquejada de una infección ORL (otorrinolaringológica) que no le permite viajar. Lamentablemente, no podrá asistir al Gran Premio de Fórmula 1de Mónaco. S.A.S. la princesa Charlène desea lo mejor al Automóvil Club de Mónaco, organizador del evento, así como a los pilotos y equipos implicados en esta gran competición automovilística», rezaba el comunicado.
15 días después de esto, Charlene publicaba una imagen junto a su familia desde su marcha a Sudáfrica correspondiente a la primera visita que le hicieron. Todos celebraron el cumpleaños de su sobrina, quizá sin ser conscientes de que lo peor estaba por venir. Dos semanas más tarde de ese momento sería operada por su infección, una intervención que se repetiría semanas después.
Primer aniversario separados
El 25 de junio, Charlene rompe su silencio y emite un comunicado en el que se entristece de estar separada de su marido e hijos en momentos importantes, como su aniversario de boda el 1 de julio: «Este año será el primero que no estaré con mi marido en nuestro aniversario, lo que es difícil y me entristece. Sin embargo, Alberto y yo no teníamos otra opción que seguir las instrucciones del equipo médico, aunque es extremadamente difícil. Él ha sido el apoyo más increíble para mí». Fue el kilómetro 0 para hablar de una supuesta crisis matrimonial.
La no separación de Alberto y Charlene y su vuelta
El 15 de julio de 2021 es un día clave en la cronología del renacer de Charlene. La revista alemana Blunte lleva a su portada la separación de la princesa y Alberto de Mónaco. Estos rumores cogen fuerza con otro testimonio, el de la tía del príncipe Alberto, Christa Mayrhofer-Dukor, quien concede una entrevista a la revista italiana Oggi hablando de «divorcio inminente». No fue así puesto que poco después, Alberto apaciguó las aguas y volvió a Sudáfrica para reunirse con su mujer.
El 2 de septiembre, el hijo de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly da la buena nueva: «Charlene está lista para volver». Pocos días antes había sufrido un desmayo. No obstante, su retorno definitivo se demoraría más de dos meses. Sería el 8 de noviembre cuando una debilitada princesa aterriza en Niza y en transportada hasta Mónaco para empezar su recuperación. Había vuelto a casa.
Moldeando a la nueva Charlene
El regreso de la exnadadora no significó ni mucho menos su vuelta a la normalidad. Tuvo que pagar un duro arancel hasta recuperar la normalidad. Su salud física y mental estaban mermadas por lo que, junto a los médicos, tomó la decisión de ingresarse en un centro médico en Zúrich para sanar sus problemas. El 18 de febrero, Alberto declara en una entrevista que «la Princesa Charlene está mucho mejor y espero que regrese al Principado muy pronto».
Fue el 12 de marzo cuando trascendió que la sudafricana regresaba al Principado para continuar con sus tratamientos. Su recuperación entraba en su recta final y buena prueba de ello era que empezaba a publicar posados familiares en sus redes.
Charlene confirmó su recuperación de una manera muy metafórica, asistiendo al Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, donde empezó toda la pesadilla. Así cerró el círculo.
El verano está siendo tranquilo en la familia monegasca. Hace escasos días, Alberto viajaba hasta nuestro país para visitar Atapuerca, una cita a la que faltó Charlene.