La vida de Iñaki Urdangarin un año después de conseguir la libertad
Se cumple un año desde que el ex duque de Palma saldó sus cuentas pendientes con la justicia
Urdangarin mantiene un perfil bajo, pero no se priva de escapadas con su pareja
No trabaja ni tiene ingresos conocidos, más allá del subsidio para presos

La vida de Iñaki Urdangarin dio un importante giro cuando se confirmó su divorcio de la infanta Cristina. Después de haber estado durante muchos años en el foco mediático por diferentes motivos -algunos bastante negativos-, el que fuera duque de Palma disfruta ahora de una vida tranquila y alejada de todo lo que tenga que ver con los medios. Urdangarin dejó de ser un personaje público cuando se firmó el divorcio y además, desde hace casi un año saldó sus cuentas pendientes con la justicia.
Sin embargo, en los últimos días ha vuelto a primera línea por unas declaraciones que ha hecho su hijo Pablo. El joven es el único de sus hijos que ha querido seguir sus pasos en el mundo del deporte y que tiene una proyección más pública debido a esto. Tanto sus dos hermanos como su hermana Irene mantienen un perfil más bajo, salvo en ocasiones puntuales en las que acaparan titulares, como por sus parejas o sus pasos profesionales.
El sobrino de Felipe VI ha concedido una entrevista en televisión en la que ha hablado de su relación con su padre. Pablo ha asegurado que se considera una versión más ágil de Iñaki Urdangarin, y ha dicho que es para él su principal apoyo, no solamente en lo deportivo. «Siempre le llamo antes de los partidos», ha confesado el joven.
Pablo Urdangarin besando en la mejilla a su padre. (Foto: Gtres)
Urdangarin, un ciudadano común
Este 9 de abril se cumple un año desde que el ex marido de la infanta Cristina volvió a ser un ciudadano normal, después de años en el punto de mira de la justicia y de pasar por prisión. Han pasado 12 meses desde que terminó de manera oficial su condena y se encuentra completamente al margen de la familia del Rey. No se conocen los detalles de su acuerdo de divorcio de la infanta Cristina, pero sí que se sabe que ha perdido los escoltas que le acompañaban siempre, lo que le permite una mayor tranquilidad para actuar como cualquier persona anónima, sin llamar la atención.
El ex marido de la infanta Cristina ha rehecho su vida en Vitoria, donde también reside su madre, a la que está muy unido. Sus fotografías paseando de la mano con Ainhoa Armentia en una playa cercana a Bidart supusieron un punto y aparte en su relación con doña Cristina, el comienzo del fin de su matrimonio y el primer paso hacia el divorcio. También hacia una nueva vida sin presión mediática. Ahora solamente es el padre de los nietos de Juan Carlos I, nada más.


Portada de Lecturas del 19 de enero de 2022
Tres años después de que viera la luz el reportaje que lo dinamitó todo para el entorno de los Urdangarin-Borbón, el ex deportista continúa su relación con Ainhoa Armentia, a la que conoció en un entorno laboral. Poco a poco se ha ido introduciendo en el círculo de Urdangarin, aunque las cosas con los hijos de la infanta Cristina han ido despacio y no han sido especialmente fáciles.
Uno de los aspectos más importantes de esta nueva vida es la situación económica en la que se encuentra Urdangarin. No se han llegado a conocer los detalles de su acuerdo de divorcio, por lo que no se sabe con certeza si la infanta Cristina le pasa una pensión. Eso sí, es la hermana de Felipe VI la que se encarga de costear todos los gastos relacionados con sus hijos.
Una vida relajada, pero sin ingresos conocidos
Algunas fuentes, no obstante, sí que han apuntado que Urdangarin recibe un subsidio de menos de 500 euros al mes como preso en libertad. Un reducido importe que no le permite grandes lujos, aunque en realidad ahora lleva una vida mucho más modesta. Este subsidio tiene una duración de seis meses que son prorrogables hasta un máximo de 18, siempre que continúen manteniéndose los requisitos. Si Urdangarin siguiera recibiéndolo, en apenas unos meses dejaría de hacerlo según la normativa.
A pesar de que ni él ni su entorno ha hecho declaraciones públicas sobre cuál es su situación, el pasado año la revista Semana publicó que había conseguido un trabajo en un a constructora. La periodista Silvia Taulés confirmó que fue Ainhoa la que había logrado el puesto y que Urdangarin seguía sin trabajar. Algo de lo que antes del divorcio se quejaba, ya que decía que lo estaba buscando y no lo encontraba. La misma periodista reveló que ya no hablaba de eso, por lo que todo apunta a que no trabaja en nada. Una situación que le permite dedicarse a practicar deporte y a atender a su madre, que vive en la misma urbanización en la que él se instaló con Ainhoa.
Eso sí, la falta de una relación laboral no ha sido óbice para que el ex deportista haya disfrutado de algunas escapadas a lo largo de los últimos años. Viajes sobre los que se ha comentado que podría haber sufragado su pareja o en los que podría haber tenido ayuda de su madre. Nunca se confirmó oficialmente.
Entre las escapadas de las que ha disfrutado se encuentran viajes a Baqueira, a Palma de Mallorca y a otros destinos de playa, de los que se han conocido detalles a pesar del deseo de Urdangarin de ser un ciudadano anónimo.