De Carmen Lomana a Ana Botella y Cari Lapique: cumbre VIP en el Teatro Real

El Teatro Real de Madrid vivió una noche memorable este miércoles, 22 de enero, con el estreno de Eugenio Oneguin, la obra maestra de Piotr Ilich Chaikovski, que prometía marcar un hito en la programación de la temporada 2025. La velada reunió a numerosos de rostros conocidos de la crónica social de nuestro país que no quisieron perderse este clásico operístico, considerado uno de los más representados en el mundo. Entre las asistentes destacaron Carmen Lomana, Ana Botella o la hija de los Condes de Villamirandala, Caritina Fernández de Liencre y Manuel Lapique Quiñones, Cari Lapique; formando una verdadera cumbre VIP en la que el glamour y la alta sociedad brillaron bajo las luces del emblemático teatro madrileño.

Carmen Lomana, siempre impecable en sus apariciones públicas, fue una de las primeras en llegar evento, deslumbrando con un abrigo largo de pelo en tono crudo que complementó con una blusa roja de lunares y pantalones negros de corte recto. La empresaria y socialité, que no dudó en posar a la entrada del Teatro Real, demostrando su inconfundible estilo clásico con un toque de modernidad; completó su estilismo con unos salones de tacón sensato y un bolso de mano de color negro. La elección del abrigo, además de ser tendencia este invierno, resultó ideal para la fría noche madrileña en la que, eso sí, la lluvia no amenazó.

Por su parte, Ana Botella, quien en esta ocasión no se dejó ver en compañía de su esposo, José María Aznar, optó por un look sobrio y elegante en tonos oscuros. La que fuera alcaldesa de Madrid entre diciembre de 2011 y junio de 2015, eligió un abrigo verde aterciopelado con detalles de piel en los puños. Una prenda de lo más sofisticada que, más allá de captar todas las miradas de los allí presentes, mostró su buen gusto habitual. Acompañada por un paraguas debido a la ligera lluvia que caía sobre Madrid, Botella apostó también por una bufanda de pelo y blusa de seda blanca.

La política se mostró relajada ante la presencia de las cámaras a su llegada al Teatro Real y, a juzgar por las imágenes de ella al término de la obra, disfrutó de la velada cultural en el centro de la capital. Botella, cabe destacar, ha mostrado un gran gusto por las artes escénicas, en particular por el teatro. A lo largo de los años, la madrileña ha destacado su afición por esta disciplina, considerando al teatro como una forma esencial de expresión cultural. Además, ha apoyado iniciativas relacionadas con las artes, promoviendo su desarrollo y la integración de la cultura en la vida cotidiana, como el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, un evento de gran relevancia en España al que ha acudido en varias ocasiones y ha mostrado su respaldo.

Quien tampoco quiso perderse la velada fue Cari Lapique. Vestida con un abrigo negro de líneas sobrias y un pañuelo fucsia que aportaba un toque de color vibrante al conjunto, Lapique ha acudido al estreno de Eugenio Oneguin del brazo de su hermana Myriam, quien no se ha separado de su lado desde que se enfrentara, el pasado verano, a la muerte de su marido y de su hija con tan solo días de diferencia. La socialité se mostró sonriente y cercana con los allí presentes, saludando a conocidos y mostrando gratitud por el apoyo recibido en los últimos meses.

La presencia de Cari Lapique en el Teatro Real fue especialmente significativa dado el contexto personal, y no pasó desapercibida para quienes se encontraban en el lugar. Y es que al margen de lo anterior, Cari y Myriam perdieron a su hermano Manuel hace apenas unas semanas, de modo que esta era su primera aparición en público tras la tragedia. Manuel Lapique falleció a los 70 años en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, tras una prolongada enfermedad. Las hermanas, según ha podido confirmar LOOK, en exclusiva, están organizando una misa funeral para el próximo 29 de enero en la parroquia de San Agustín, el mismo lugar donde se celebró la ceremonia religiosa de Carlos y Caritina Goyanes.