La boda de Almeida y Teresa Urquijo: más que un evento social, un acto protocolario en toda regla
La etiqueta marcó el enlace del alcalde de la capital: Reyes e infantas, a la izquierda; Ayuso y Aznar, a la derecha
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Hacía tiempo que no se escenificaba en Madrid una boda de esas que pasan a los anales de los ecos de sociedad. Pero, este sábado 6 de abril, casi 20 años después del enlace de los Reyes Felipe y Letizia, la capital acogió unos fastos que se han convertido en carne de hemeroteca. La boda de José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la ciudad, y Teresa Urquijo Moreno, sobrina nieta del Rey Juan Carlos, ha sido más que un evento social, un acto protocolario en toda regla. Tal y como ha podido saber LOOK, la etiqueta ha sido tan importante que hasta cambió la disposición habitual de las respectivas familias en la iglesia de San Francisco de Borja, donde se celebró la misa oficiada por el párroco Andrés Ramos, buen amigo del político.
Juan Carlos I, con las infantas Elena y Cristina. / Gtres
A la izquierda del altar, se encontraban los invitados de la novia. La primera fila estuvo estrictamente reservada para la madre de la novia, Teresa Moreno de Borbón, el Rey emérito Juan Carlos y las infantas Elena y Cristina. A la derecha, en sintonía con sus ideales políticos, estaban sentados los que asistían por parte del novio. En este caso, la primera fila no estuvo ocupada por sus hermanos y demás familiares, sino por José María Aznar, ex presidente del Gobierno, y Ana Botella, ex alcaldesa de Madrid; Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid; los expresidentes autonómicos Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, y el que fuera alcalde de la ciudad, José María Álvarez del Manzano.
Los novios, a la salida de la iglesia. / INSTAGRAM
En la segunda y tercera fila, figuraban los presidentes autonómicos. A saber: Jorge Azcón, presidente del gobierno de Aragón, junto a su mujer, Ana Blasco, Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia y uno de los últimos solteros de oro de la política española; Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, y su mujer, Fina Martín, o Alfonso Rueda, el presidente en funciones de la Xunta de Galicia, y su mujer Marta Coloret.
Ana Blasco, la mujer de Jorge Azcón. / GTRES
La iglesia de Los Jesuitas se encuentra dividida en dos partes. Pues bien, la primera fila de la segunda bancada derecha se encontraba ocupada por los concejales que forman parte de la Junta de Gobierno de Almeida. Ellos son Inmaculada Sanz, vicealcaldesa y quien sustituirá a su jefe durante su luna de miel en las Islas Maldivas y Bután; Borja Carabante; segundo teniente de alcalde, delegado de Desarrollo Urbano y Movilidad y una de las personas de mayor confianza de Almeida; Marta Rivera de la Cruz, tercera teniente de alcalde y delegada de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte; Engracia Hidalgo, concejal de Hacienda del Ayuntamiento; José Fernández, delegado de Familias e Igualdad; Paloma García Romero, delegada del Área de Gobierno de Obras y Equipamientos; Álvaro González López, delegado del Área de Gobierno de Políticas de Vivienda, y Borja Fanjul, presidente del pleno. La boda también contó con otros políticos como María Pelayo, ex jefa de Comunicación de Almeida, con un vestido rojo de Inés Martín Alcalde, o Matilde García Duarte, ex coordinadora general de Alcaldía y testigo del enlace.
Jose María Aznar y Ana Botella, llegando a la boda de José Luis Martínez-Irujo./ Gtres
Un homenaje a Madrid
Además de un acto protocolario, la boda de Almeida y Urquijo fue todo un homenaje a Madrid. Así lo demostraron los contrayentes cuando decidieron abrir el baile con el chotis ‘Madrid’, del mexicano Agustín Lara. El vídeo del momento se ha hecho viral. No perdieron ripia del espectacular instante de ver al alcalde arrodillado la reina emérita Doña Sofía o Simoneta Gómez-Acebo. Pero no terminaron ahí los guiños de la pareja a la ciudad de la que José Luis es el primer alcalde en pasar por el altar durante el ejercicio de su cargo.
Las mesas estaban identificadas con emblemáticos puntos de la capital, como La Puerta del Sol o la Plaza Mayor. Primero, Lhardy sirvió un cóctel de seis pinchos. Más tarde, el almuerzo estuvo compuesto por salpicón de bogavante de primero, solomillo de wagyu a baja temperatura de segundo y dos postres alternos. Pero para postre: el de Almeida y su flamante esposa como dos chulapos bailando un chotis. Lo dicho: una boda para no olvidar.