La Complutense dio una beca de 480 € al mes a Espinar siendo su padre black un jefe de la Universidad
Ramón Espinar recibió su beca en la Complutense siendo su padre un cargo clave de la Universidad. Fue, según sus propias afirmaciones, una beca de 480 euros al mes. Una beca que él argumentó como decisiva para la compra de su polémico piso, el que adquirió a un precio rebajado por ser vivienda social y con el que logró una plusvalía de 30.000 euros sólo un año después.
Y una beca que fue concedida cuando su padre, uno de los históricos cargos del PSOE, fue designado como vicepresidente segundo del Consejo Social de la misma Universidad Complutense: un cargo decisivo en esa entidad porque era uno de los responsables de la captación de financiación exterior para la actividad académica. Es decir, un cargo con clara capacidad de influencia.
“Sin casa, sin curro, sin pensión”. Esas eran las consignas que gritaba Ramón Espinar en sus manifestaciones juveniles. Algunas de ellas, en 2011: las mismas fechas en las que vendía su piso VPP con 30.000 euros de plusvalía al que sólo se podía acceder, en teoría, por requisitos sociales. Ramón Espinar argumentó cuando saltó el escándalo del piso, que “yo no vendí para comprarme un piso mejor, lo vendía porque no tenía dinero para pagarlo porque vivía en una situación de precariedad donde cobraba 480 euros por una beca en la Universidad”. Pero resulta que esa precariedad era un tanto peculiar. Porque la beca también tiene historia.
Ramón Espinar compró en 2010 su vivienda protegida en Alcobendas por 146.224 euros sin sorteo público y argumentando que se encontraba en el paro. Pero había accedido a la beca justo cuando su padre ocupaba ya el cargo de vicepresidente segundo del Consejo Social de la misma Universidad Complutense. La beca, de hecho, le permitió aguantar el pago del piso durante un año: el tiempo necesario para vender la vivienda con una plusvalía más que notable: 30.000 euros.
Como reflejan los documentos de la Complutense a los que ha tenido acceso OKDIARIO “el Pleno del Consejo Social de la Universidad Complutense de Madrid, en su reunión del día 28 de septiembre de 2006”, acordaba por unanimidad designar a “D. Ramón Espinar Gallego vicepresidente segundo, representante del Consejo Social en el Consejo de Gobierno de esta Universidad”.
En ese mismo consejo, de hecho, “el Pleno del Consejo Social de la Universidad Complutense de Madrid” acordaba igualmente “por unanimidad aprobar el Presupuesto de dicho Consejo para el año 2007”.
Porque la importancia del Consejo Social era notable a la hora de las cuentas. Pues, entre otras cosas, se dedicaba a buscar “la participación de las instituciones sociales en la vida universitaria”, mediante “la promoción de la colaboración de entidades sociales y económicas en la financiación de la universidad” y “la supervisión de las actividades económicas de la misma y del rendimiento de sus servicios”.
La relevancia, por lo tanto, del Consejo Social era elevada en la financiación de la universidad, y más si tenemos en cuenta que, además de ese puesto, Ramón padre ejercía una notable influencia igaulmente en una de las principales entidades financiadoras de toda España en aquellos años: Caja Madrid.
Espinar explicó en su momento que las primeras aportaciones al piso se hicieron en 2007, con el inmueble sin construir, y que cuando se lo entregaron en 2010 no podía pagarlo por lo que lo vendió.
La entrada inicial para el piso, de alrededor de 50.000 euros, provino, según sus propias afirmaciones de aquella época, de un préstamo familiar que le dieron su madre, su padre y su abuela.
Espinar confirmó que la escritura de compra del piso fue de 2010, cuando se entregan los pisos. «Las primeras aportaciones las hice como estudiante y pensando que cuando terminara mi carrera estaría en condiciones de afrontar la hipoteca de ese piso, que era de unos 580 euros al mes», aclaró.
«La razón de la venta del piso no tiene nada que ver con la revalorización. Tiene que ver con que en el momento de recibir las escrituras yo tenía una beca de 480 euros al mes en la Universidad Complutense, 100 euros menos. Mi trabajo no me lo permitía pagar” subrayó.
Pero lo cierto es que no habría podido ni comprarla de no ser por la beca. Una beca concedida con su padre sentado en uno de los puestos clave de la misma Complutense que le otorgó la beca.
El padre de Ramón Espinar fue consejero del Gobierno de Madrid y, posteriormente, de Caja Madrid y Bankia. Ramón Espinar Gallego, el padre del conocido podemita, fue, de hecho uno de los nombres de la lista de condenados por el caso de las ‘tarjetas black’ en Bankia. Ramón Espinar padre fue condenado a un año de prisión y una multa de seis meses pagando una cuota diaria de 20 euros por un delito continuado de apropiación indebida.
El padre fue un importante dirigente socialista que ocupó el cargo de presidente de la Asamblea de Madrid entre 1983 y 1987. Espinar padre, juzgado y condenado por los gastos opacos realizados con la tarjeta black de Bankia, gastó a través de dicho mecanismo, 178.400 euros entre los años 1995 y 2010.
Durante el juicio Ramón Espinar Gallego reconoció que nunca guardó justificantes de los gastos realizados con su tarjeta black, unos gastos que según los datos remitidos por el banco a la Audiencia Nacional realizó en agencias de viajes y en desplazamientos a estaciones de esquí en Huesca y Lérida, además de en tiendas de lujo como en Purificación García (18.536 euros), Hermes y Loewe (1.347 euros), o diversas tiendas de alimentación gourmet. A estos gastos se añaden 2.000 euros en Ikea y Fnac y otros 1.146 en farmacias.
El nombramiento de Ramón Espinar Gallego para ser consejero de la entonces Caja Madrid en 1995 fue realizado a propuesta del Partido Socialista. En dicha caja llegaría a ser vicepresidente.
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