Economía
GOBIERNO DE ESPAÑA

Yolanda Díaz presiona a Sánchez para que Escrivá sea ministro de Economía: no quiere «otra Calviño»

A pesar de sus roces en el pasado, Díaz considera que Escrivá es más sensible a los temas sociales

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, está presionando a Pedro Sánchez para que nombre ministro de EconomíaJosé Luis Escrivá en caso de que Nadia Calviño sea elegida finalmente para la presidencia del BEI, según fuentes conocedoras de la situación. La razón es que no quiere un perfil como la actual titular del departamento, con la que ha mantenido varios enfrentamientos en las últimas semanas.

Causa cierta sorpresa que la apuesta de Díaz sea Escrivá, con quien también mantuvo importantes diferencias al principio del Gobierno de Sánchez. Sin embargo, el segundo ha abandonado la ortodoxia con la que llegó al Ejecutivo procedente de la AiREF para abrazar las tesis más extremistas del Ejecutivo. Por ello, la ministra de Trabajo considera que es más «sensible» a los temas sociales que ella quiere imponer en la nueva legislatura, siempre según las fuentes.

En todo caso, Yolanda Díaz prefiere a Escrivá como mal menor porque lo que rechaza de plano es un perfil parecido al de Calviño. Aunque también se ha alejado de los principios que defendía en Bruselas, es menos proclive a apoyar las iniciativas populistas y de elevado gasto público de la líder de Sumar. Su último encontronazo se ha producido a raíz de la reforma del subsidio de desempleo planteada por Calviño.

Cuando Sánchez desgajó Transformación Digital de Economía para dárselo a Escrivá (al que quitó el Ministerio de Seguridad Social), la opinión generalizada fue que era un paso intermedio para hacerse con Economía cuando Calviño se fuera al Banco Europeo de Inversiones.

Sin embargo, en las últimas semanas ha perdido fuerza esta opción en favor de otros perfiles más técnicos y parecidos al de Calviño, como David Vegara (ex secretario de Estado con Pedro Solbes), Manuel de la Rocha (responsable de la Oficina Económica de Moncloa) o la propia Teresa Ribera. El propio Sánchez rebajó las expectativas de Escrivá en una entrevista en que dijo que «ahora está inmerso en la transformación digital de nuestro país».

Además, no está nada claro que Calviño vaya a ser elegida presidenta del BEI este viernes, a pesar de la euforia gubernamental. Tiene muy difícil aunar la mayoría cualificada necesaria para el nombramiento y Francia -que tiene la llave de la decisión- sigue sin anunciar su elección y podría inclinarse a favor de Margrethe Vestager, la rival de la española, junto a Italia. Por tanto, no es descartable en absoluto que Calviño siga en el Ministerio, al menos durante unos cuantos meses más si sigue bloqueado el relevo en el BEI. O durante toda la legislatura si sale derrotada.

Los choques de Díaz

El último choque entre las dos estalló cuando Economía anunció su intención de recortar la duración del subsidio de paro de 30 a 12 meses y de mermar su cuantía con pagos decrecientes para incentivar la búsqueda de un empleo. Díaz respondió que no aceptará recortes y de que esta reforma es competencia suya y acusó a Calviño de «defender un modelo de recortar derechos», a lo que ésta replicó que «todas las reformas estructurales, como es el caso del subsidio por desempleo, competen al conjunto del Gobierno».

Respecto a la relación entre Díaz y Escrivá, fue muy sonada su discusión en público cuando ambos dieron una rueda de prensa conjunta para presentar los primeros datos mensuales de paro tras su toma de posesión.

En 2021 volvieron a protagonizar un momento de gran tensión en una rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros, esta vez a cuenta de una propuesta de Escrivá para la sostenibilidad de las pensiones, ante la mirada atónica de la entonces portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.

Este mismo año han vuelto a mantener un enfrentamiento -si bien con mucho menos voltaje- a cuenta de la subida de la indemnización por despido que planteó Díaz. Escrivá se opuso y defendió que fue acertado no tocarlas en la contrarreforma laboral de 2021, a diferencia de otros aspectos de la reforma de Mariano Rajoy.