Zinedine Zidane, durante estos años en el banquillo del Real Madrid, se ha enfrentado a multitud de situaciones. Son ya más de 200 partidos como entrenador blanco que han dado mucho de sí, muchos títulos y alegrías, pero también coyunturas delicadas, de máxima exigencia. Por eso sorprende más aún que queden todavía escenarios a los que no se ha enfrentado el técnico francés, que desconoce e ignora. Llega la Champions League, llega un nuevo reto.
El de este próximo 7 de julio será el cuadragésimo primer encuentro de Zidane en la Champions League con el Real Madrid. Y serán los primeros 90 minutos que afronte su equipo con la necesidad de remontar una eliminatoria a domicilio en Europa. De Bruyne y Gabriel Jesús le dieron la vuelta al gol de Isco en el Santiago Bernabéu en la ida de octavos. Han pasado algo más de cuatro meses desde aquello, el equipo de Zidane ha dado un vuelco de 180 grados y las sensaciones son muy diferentes a las que pudieron haber sido en marzo. Pero algo no cambia y es la necesidad de remontar la eliminatoria en el Etihad.
Desde que Zizou dirige al equipo solo tuvo que voltear una eliminatoria para alzarse con tres de las Orejonas que ya tiene en su vitrina. Fue en abril de 2016 poco tiempo después de arrancar su etapa en el primer equipo. Tras eliminar a la Roma en octavos se topó con el Wolfburgo en cuartos. Llegaba crecido el cuadro alemán tras un buen año, una buena temporada, y dio el primer golpe. Un mal arranque permitió a Ricardo Rodríguez y Arnold adelantar a su equipo y poner el 2-0 en el ecuador del primer tiempo. El Madrid, desconectado, no pudo marcar.
Aquella fue la única vez que el equipo de Zinedine Zidane ha tenido que afrontar un partido de vuelta con el marcador en contra. La diferencia es que aquella vez el encuentro se disputaba en casa, en el Santiago Bernabéu. Los blancos necesitaban tres goles para remontar, para darle la vuelta a la eliminatoria. Fue una noche mágica en la capital con el hattrick de Cristiano Ronaldo. A la postre, allá por mayo, el Madrid y Zizou levantaban su primera Champions.
Esta vez Zidane se enfrenta a algo que aún no ha probado, que no ha sentido ni él ni sus jugadores con el francés liderándolos. Voltear el 2-1 en el Etihad Stadium no será una tarea sencilla, aunque el hecho de disputar el encuentro sin público otorgue una pizca de neutralidad a la eliminatoria. El Manchester City pondrá a prueba a los blancos, de qué son capaces. De si ante lo desconocido, no hay miedo que los paralice.
Asignatura pendiente
Lo desconocido no es solo para Zinedine Zidane, sino también para el Real Madrid. El club sí se ha enfrentado en diversas ocasiones a una tesitura como la que vivirá en Manchester, en el Etihad ante el City. La Champions League le puso a prueba en cuatro ocasiones este siglo XXI y en todas se le apagó la luz.
Un año antes de levantar la Novena, los blancos se encontrarían con el Bayern de Múnich en las semifinales de la Copa de Europa. Vicente del Bosque estaba en el banquillo por aquel entonces. En el Bernabéu, un gol de Élber supuso el 0-1 y la vuelta en el Olympiastadion arrancó con otro tanto del brasileño, empató Figo y Jeremies puso el 2-1 con el que acabaría el partido. Aquel año se ganó la Liga.
Cinco años más tarde, el Arsenal. Los gunners se fueron victoriosos del Bernabéu con un solitario gol de Henry (0-1) en la ida de los octavos de final. Highbury sería infranqueable dos semanas después (0-0) en otro precedente para olvidar. En 2009, los octavos de final volvieron a levantar un muro. Benayoun hizo el 0-1 para el Liverpool en el templo blanco. Los reds, lideraros por Benítez, arrasarían en Anfield (4-0) en una eliminatoria que se recordará por el «chorreo» de Vicente Boluda, presidente merengue aquel curso.
El último precedente fue ante el eterno rival, el Barça. En 2011 y con José Mourinho en el banquillo blanco, el Madrid chocaría con el Barça de Pep Guardiola en las semifinales de Champions League. La recordada expulsión de Pepe a la hora de partido en el Bernabéu daría pie al doblete posterior de Leo Messi (0-2). La vuelta en el Camp Nou acabaría con empate a uno (1-1) tras los tantos de Pedro y Marcelo, en otro partido no exento de polémica.