Se cumplen dos años del día en el que Vinicius se estrenó como jugador del Real Madrid en partido oficial. Fue en el Santiago Bernabéu un 29 de septiembre de 2018, con Julen Lopetegui como entrenador y en todo un derbi ante el Atlético de Madrid. Con empate a cero en el marcado el técnico vasco le dio la oportunidad de saltar al verde. El marcador no se movió, pero el brasileño puso la primera piedra de su carrera como jugador blanco. Dos temporadas después, Vini está en el mismo punto. Es un jugador mucho más maduro, más preparado, pero la montaña rusa en la que vive instalado no le ha dejado dar un paso al frente.
Sus primeros meses en el Real Madrid no fueron sencillos. El equipo no funcionaba y él jugaba más con el Castilla que con los mayores. En Segunda B brillaba y también sufría. Un mordisco en la cabeza de un jugador del Atleti B o la expulsión frente al Celta B explican a la perfección que la categoría de bronce no era la mejor para un jugador llamado a cotas mayores.
Luego, Lopetegui fue cesado y con Solari vivió su mejor etapa como jugador del Real Madrid. El argentino le dio confianza y Vini se convirtió en la mayor esperanza de un madridismo que veía como su equipo no era capaz de competir por nada. Esta maravillosa etapa puso punto final ante el Ajax tras una semana trágica donde los blancos cayeron en Copa ante el Barcelona, donde el brasileño gozó de muchas ocasiones y erró todas, perdieron el Clásico de Liga y fueron eliminados por los holandeses en los octavos de final de la Champions. Ante los de Ámsterdam sufrió una lesión que, prácticamente, echó el telón a su primer año como jugador del Madrid.
Zidane, la extraña relación
Vinicius, que se quedó sin Copa América, aunque lo peleó hasta el final, comenzó la temporada 2019 con aires renovados y el deseo de convencer a Zidane desde el principio. Ya con ficha de jugador del primer equipo, sabía que el Castilla no era una opción. Y el curso empezó bien. Titular en el primer partido de Liga ante el Celta. Pero luego llegaron sus momentos más delicados desde que está en el club. Zizou le quitó del once y Vini sufrió. Sus lágrimas tras marcar a Osasuna fueron su manera de liberar la tensión que estaba pasando. Octubre y noviembre no mejoraron la situación, donde llegó a acumular cinco ausencias en las convocatorias y tres suplencias sin un minuto jugado. Tampoco fue titular en el Clásico del Camp Nou y, ya en 2020, ante el Valladolid se quedó fuera de la convocatoria.
La dinámica parecía que cambiaba con su gran actuación en el derbi ante el Atlético, pero la eliminación copera ante la Real no le ayudó a mantener la buena senda. Zidane le dio la oportunidad de ser titular en el Clásico del Bernabéu y él lo aprovechó marcando el primero de los dos goles que el Madrid hizo al Barcelona aquella noche de marzo. Lo que vino después fue el parón y la incertidumbre.
A la vuelta se encontró con el retorno de Hazard y la apuesta de Zidane por Rodrygo, que justo antes del parón no contaba. Ambos fueron titulares ante el Eibar. Otro varapalo que aumentó al ver como Asensio también le adelantaba ante el Valencia. En el tramo final de Liga tuvo sus minutos, pero el mayor golpe lo sufrió ante el City, cuando Zizou no le mandó ni calentar a pesar de que los blancos necesitaban dos goles para pasar de eliminatoria.
Esta temporada comenzó repitiendo una película que Vini ya conoce. Titular ante la Real Sociedad y suplente frente al Betis, donde no jugó ni un minuto. Contra el Valladolid, Zidane decidirá, pero lo que está claro es que en dos años Vinicius no ha sido capaz de hacerse con un puesto.
