Lo sucedido con Vinicius en el Clásico que el Real Madrid ganó al Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu ha estado coleando por Valdebebas durante varios días. El brasileño se mostró muy ofendido al ser sustituido por Xabi Alonso ante los azulgranas, hasta el punto de que se marchó al vestuario, aunque luego regresó. Un comportamiento muy alejado de lo que debe ser un profesional que viste la camiseta del conjunto blanco. El miércoles, ante sus compañeros, pidió perdón, pero estos también le han hecho saber que debe cambiar su comportamiento.
Vinicius estuvo especialmente torpe ante el Barcelona y han sido varios de sus compañeros y otras voces autorizadas del Real Madrid las que le han pedido que cambie su forma de ser. De hecho, le han venido a decir que lo que sucedió contra los azulgranas no se puede volver a repetir, ya que perjudica a todo el equipo y es un acto en el que muestra una falta de compañerismo alarmante.
El Real Madrid se puso en contacto con Vinicius horas después del Clásico. Las personas que mandan en el club, que toman decisiones, llamaron al brasileño para tranquilizarle y para hacerle saber que se había equivocado, ya que no podía comportarse de esa manera. En la entidad todos saben de la importancia del brasileño, pero también son conscientes de la peligrosidad de su carácter en determinadas ocasiones.
La plantilla está con Xabi
Al mismo tiempo, Xabi pudo comprobar que tiene a la gran mayoría de sus jugadores de su lado. Especialmente a dos pesos pesados como son Mbappé y Tchouaméni, que han encontrado en el donostiarra al entrenador perfecto para seguir mejorando y alcanzar su mejor nivel. El vasco tiene a la plantilla con él y esto es, sin duda, muy importante para el crecimiento de un proyecto que sigue asentando sus cimientos.
El jugador lo ha entendido, por el momento, y está decidido a mostrar una mejor actitud, mientras que Xabi Alonso tratará de tener toda la mano izquierda posible con Vinicius. Un ejemplo fue la rueda de prensa previa al encuentro contra el Valencia, donde quiso cerrar el asunto, o sus decisiones durante el partido, cuando retiró del césped al brasileño pero, esta vez, junto a Mbappé.
La llamada de Ancelotti
Tras lo sucedido, Ancelotti quiso hablar con Vinicius, que es su jugador en Brasil, y al que conoce muy bien. El italiano le hizo ver se había equivocado de manera privada y, en la conferencia de prensa, lo hizo público. «He hablado con Vinicius, del tema, de la reacción… Le he dicho lo que pensaba, que era un error», ha confesado el entrenador italiano.
La decepción del Real Madrid
En el seno del Real Madrid existe cierta decepción con el comportamiento del jugador. Consideran que se le ha ofrecido un trato diferencial, tanto en lo económico como en el plano personal. En la entidad explican que se le ha cuidado dentro y fuera del campo. Además, se destacan los numerosos gestos de apoyo, tanto públicos como privados, hacia el futbolista, especialmente en momentos complicados.
Con el contrato que el Real Madrid y Vinicius pactaron y nunca se firmó, el jugador iba a pasar a ser el mejor pagado de la plantilla en cuanto al salario se refiere, aunque no alcanzaría lo que percibe Mbappé si se le suma la prima de fichaje. Pero el francés llegó libre del PSG y el brasileño costó 45 millones de euros. El club blanco incluso estaba dispuesto a romper su propio techo salarial, algo sagrado, para satisfacer al brasileño, un movimiento que, sabían en la directiva, iba a generar debate interno y preocupación por el efecto dominó que podría provocar en otros jugadores de la plantilla.
En la cúpula blanca lo tienen claro: no habrá prima de renovación y, si llega una oferta satisfactoria, se valorará sin dramatismos. Lo que sí es innegociable para Florentino Pérez es que el jugador no se marche sin dejar beneficio económico. El caso Vinicius, más allá de lo deportivo, se ha convertido en una cuestión de negocio y de orgullo institucional. La postura del club está clara y el deseo es que continúe; para ello trabajarán, pero, si no es posible, no tendrán el más mínimo problema en escuchar ofertas, si en algún momento llega alguna, algo que todavía no ha sucedido.