Joselu tomó Berlín con su cabeza como ariete. El delantero centro del Real Madrid firmó su primer doblete de blanco y facturó la remontada del equipo de Ancelotti, que había llegado con la maleta de octavos hecha y regresó a casa después de facturar al Unión Berlín y, de paso, 2,8 millones de euros. Los locales llegaron a empatar en los minutos finales pero el postrero gol de Ceballos selló el triunfo madridista.
Para el trámite de Berlín Ancelotti hizo un equipo como un sándwich: mixto. Repitieron la mitad de los futbolistas del Real Madrid que jugaron de inicio ante el Betis y entraron cinco nuevos: Kepa por Lunin, Nacho por Rüdiger, Fran García por Mendy, Ceballos por Kroos y Joselu por Brahim. Vamos, todos los cambios que se pueden hacer sin tirar del filial. Ya saben que Carletto es más de galones que de niños.
El Real Madrid sólo se jugaba en Berlín algo tan prosaico y hortera como un buen taco de euros. Clasificado y primero, el equipo blanco apuraba la fase de grupos con la maleta de octavos hecha y sin agobios de última hora. El morbo del partido, por buscar algo con lo que enredar, lo ponía Kepa, que recuperaba el puesto bajo los palos con la sensación de ser examinado.
💥 @eduardoinda , director de @okdiario , desveló el plan del cuadro blanco con Kepa
El Real Madrid quiere quedarse con Kepahttps://t.co/v0vZ6UtqQ6
— okdiario.com (@okdiario) November 28, 2023
Pronto se vio que los mandos del Real Madrid eran para Modric. Sin Tchouaméni, ni Camavinga, ni Kroos, el croata ocupaba el mediocentro. A su lado Valverde de Valverde. Precisamente Modric la lio en el primer minuto con un pase penoso con el exterior que habilitó a un jugador del Unión Berlín. La pelota acabó llovida en el área donde Behrens voleó a bocajarro a medio metro de Kepa. El portero del Madrid empezó a tapar bocas con un paradón imponente que habría firmado el mismísimo Courtois.
Superado el susto el Real Madrid hizo las paces con la pelota y empezó a manejar el juego. Presionaba con ánimo y vigor el Unión Berlín. Nueve minutos tardó Bellingham en asomarse al Olímpico de Berlín. Lo hizo para pinchar un pase picadito de Lucas Vázquez. La bajó, sentó a su rival y sólo la rápida salida del meta Ronnow evitó el 0-1. Del córner nació otra ocasión para Ceballos, que la pegó arriba y un nuevo remate de Bellingham en la siguiente jugada fue el tercer aviso del Madrid.
Domina al paso
El Real Madrid no necesitaba ni arriesgar para dominar. Al cuarto de hora pudo marcar Joselu, pero su cabezazo a centro medido de Fran García se estrelló contra la parte superior del travesaño. Al Unión Berlín le asomaron de golpe todos los complejos. Era como si estuvieran jugando no contra futbolistas sino contra copas de Europa con botas.
Menos mal que los blancos no querían abusar de su dominio y mascaban cada jugada como un vaquero del oeste masca tabaco. Una tángana postrera por una entrada de Nacho y otra sobre Valverde provocó que Bellingham viera una amarilla incomprensible cuando él sólo había ido a poner paz. Ancelotti empezó a recibir llamadas, mensajes y wasaps para que lo cambiara al descanso.
En el 42, superado el rifirrafe, Joselu desperdició otra ocasión clara. Estaba solo dentro del área grande y eligió la opción más difícil: marcar con el exterior. Su disparo era venenoso pero se fue algo desviado. Menos mal que un minuto después un defensor del Unión Berlín metió la mano dentro del área aun centro de Lucas Vázquez. Le pilló el colegiado, que pitó el penalti. Lo ejecutó Luka Modric, que hizo lo mismo que sus predecesores: fallarlo.
Como a Ancelotti le toman por el pito del sereno, un día tira Rodrygo (y falla), otro Joselu (y falla) y otro Modric (y falla). Menos mal que cuando esté Mbappé los va a tirar todos él como en los tiempos de Cristiano. Pero el fallo del croata no sería el único. En la jugada siguiente fallaron, uno detrás de otro, Nacho, Alaba y Lucas. Pues eso, gol del Unión Berlín y 1-0 justo antes de irse al descanso.
El Madrid se suicida
Del que regresamos con un cambio por rotación en el Real Madrid: Kroos por Fede Valverde. Los de Ancelotti, como en la primera, salieron dormidos. Pudo marcar el Unión Berlín si el cabezazo de Gosens no se hubiera ido alto por muy poco. Respondió Lucas Vázquez con una volea desde la frontal a la que respondió con una buena mano Ronnow.
En el 54 pudo y debió marcar Rodrygo después de una genial asistencia de Bellingham pero el cabezazo del brasileño se topó con una mano imposible de Ronnow más propia de un portero de balonmano. El Real Madrid seguía fallando ocasiones y lo hizo sin parar hasta que por fin Joselu encontró el gol tras un buen centro de Rodrygo desde la derecha. El delantero madridista cabeceó en una más que posible falta al defensor, pero el árbitro lo dio y el VAR se abstuvo.
Logrado el empate el Real Madrid tenía en su mano ganar un partido sencillo que él solito se había complicado. Alaba tuvo otra ocasión de esas que no se pueden fallar, pero la falló. El Unión Berlín estaba desarbolado y el gol del equipo blanco parecía sólo una cuestión de tiempo. Ancelotti, que tenía calentando a todos los canteranos, metió a Rüdiger por el amonestado Alaba.
Joselu asoma la cabeza
El segundo del Real Madrid, como les advertía, llegó en el minuto 72. Lo marcó Joselu, con un cabezazo picado en el primer palo tras una buena asistencia de Fran García. Modric, en su mejor acción del partido, condujo y aceleró la contra para que el lateral ex del Rayo dibujara un centro teledirigido a la cabeza de Joselu, que facturó su primer doblete con el Real Madrid.
Y cuando parecía que el Real Madrid iba a ganar el partido, volvió a dormirse atrás y encajó un gol en una jugada sencilla de defender y en la que Fran García no atinó a despejar. El disparo cruzado de Kral pilló mal parado a Kepa, que se tiró tarde y encajó el 2-2.
Pero Bellingham no había dicho su última palabra y no estaba dispuesto a pasar sin protagonismo. El inglés asistió a Ceballos tras una jugada genial y el utrerano batió por bajo al meta Ronnow. El Real Madrid, con remontada incluida y un poco in extremis, lograba tres puntos y pasar a octavos con un pleno de victorias.