El Real Madrid es equipo de semifinales de la Champions League. Los blancos bajaron al barro en Anfield y sacaron un 0-0 delicioso que les mete entre los cuatro mejores equipos del continente. Bjorn Kuipers, árbitro del partido, solventó el choque sin demasiadas polémicas, aunque no tuvo la valentía de actuar en el primer minuto tras una entrada criminal de James Milner a Benzema, que bien pudo ser castigada con roja directa.
Roja perdonada a Milner
El primer minuto de partido iba a acercar la primera polémica al césped de Anfield. Y de las gordas. James Milner, la principal novedad junto a Firmino en el once de Jurgen Klopp, acudía a un balón dividido con Karim Benzema y llegaba tarde, arrollando al delantero del Real Madrid. La entrada tenía todos los ingredientes que conllevan una tarjeta roja y el camino de los vestuarios. Tardía, a la altura del tobillo y con los tacos por delante. Expulsión para todos menos para Bjorn Kuipers. Se podría decir que se la perdonó por las instancias de encuentro, pero es que ni siquiera señaló falta.
Amarilla que no ve Fabinho
Los minutos transcurrieron con Benzema ya recuperado de sus molestias, ocasionadas por la entrada de Milner, y el Liverpool con once hombres sobre el terreno de juego. Una nueva entrada, en este caso de Fabinho, se quedaba también sin sanción pasados los 20 minutos de partido. La acción en este caso era de amarilla, pero Kuipers sólo señaló falta sobre Casemiro, visiblemente enfadado y que se tomaría su propia venganza.
Casemiro se venga; amarilla justa
Una incursión de Milner por la banda izquierda del Liverpool, a la altura del banquillo red, era frenada por el ’14’ del Real Madrid, de forma contundente y agresiva. Merecedora de amarilla, como así sancionó, esta vez sí, el colegiado del encuentro. Robertson también se llevaba la misma sanción, aunque en este caso por protestar la acción, que no era merecedora de más por mucho que la expedición del equipo inglés se revolviera dentro y fuera del área técnica.
No hay penalti, Mané resbala
Hubo que esperar a la prolongación para ver una nueva acción de polémica… leve. Sadio Mané resbaló dentro del área pequeña madridista y pese a que se quejó al árbitro de forma tímida, pronto reconoció que todo había sido fruto de la mala suerte. Valverde no toca al senegalés, que cayó por su propio peso. Bien Kuipers ahí, que no dudó en su decisión de dejar seguir.
Phillips placa a Casemiro
El Liverpool comenzó la segunda parte acorralando al Madrid, que se sentía cómodo en un repliegue al que ya se habían acostumbrado. Pasados los minutos, los locales se iban exponiendo más y más y necesitaban de la contundencia de sus centrales. Una buena acción de Casemiro obligó a Phillips a obstruir al jugador madridista, llevándose de forma merecida la amarilla.