No se hablan

La tensa relación entre Mbappé y Luis Enrique que no tiene solución

Mbappé y Luis Enrique apenas se han dirigido la palabra desde que el jugador comunicara al club en febrero su marcha a final de temporada

Desde entonces Luis Enrique sólo ha permitido a Mbappé jugar completo un partido de la Liga francesa y los de Champions

Mbappé y Luis Enrique no se hablan desde hace más de dos meses. La estrella y el entrenador del PSG no se dirigen la palabra desde que el jugador comunicara al club que no se marcharía a final de temporada al Real Madrid y Luis Enrique comenzara a sustituirle y a sentarle en el banquillo. El asturiano, tras eliminar al PSG, se permitió incluso hablar con sorna del futuro del jugador: «Esperaremos a que el señor Mbappé se pronuncie, yo sólo soy un testigo».

Fue el 15 de febrero cuando Mbappé comunicó de forma oficial al PSG, en una reunión con el presidente Al-Khelaifi, que se iría a final de temporada. Dos días antes había alcanzado un acuerdo en París para convertirse en jugador del Real Madrid a partir de junio. Desde entonces estalló la guerra fría no sólo entre Mbappé y el club sino también entre el crack francés y Luis Enrique.

Jugador y técnico, que ya le apartó del equipo durante la pretemporada por orden de Qatar como medida de presión para que firmara una renovación a la que se negaba por activa y por pasiva, ya habían tenido algún roce durante la presente campaña primero por la posición de Mbappé en el campo y después por la forma de jugar del equipo, especialmente en alguno de los partidos de la fase de grupo en los que el PSG no dio la talla.

Pero Luis Enrique y Mbappé habían resuelto sus diferencias por el bien común del equipo. El rendimiento del jugador, con 39 goles en 41 partidos esta temporada, está fuera de toda duda, incluso después de que su anuncio de despedida haya cambiado para siempre su relación no sólo con el club y con los dueños qataríes sino también con Luis Enrique.

Al banquillo por orden del jeque

Antes de confirmar su marcha junio, Kylian Mbappé sólo había sido sentado en el banquillo por Luis Enrique en un partido, el que disputó el PSG ante el Olympique de Marsella. Había disputado completos 23 encuentros, 17 de Ligue One y 6 de Champions. Intocable se queda casi corto. Pero desde aquella decisión Mbappé sólo ha jugado completo un partido de la liga francesa, mientras que ha sido suplente en tres y cambiado en otros tres. Sólo en la Champions mantiene Kylian su grado de intocable para Luis Enrique.

El futbolista cree que las decisiones de Luis Enrique de irle arrebatando minutos en la liga francesa, más que encarrilada para el PSG, no responden a criterios deportivos, sino a la orden llegada desde Qatar de evitar que Mbappé pudiera ganar la Bota de Oro porque sus números iban camino de llevarle a levantar con la camiseta del Real Madrid un trofeo conquistado con sus goles en París.

Luis Enrique y Kylian Mbappé. (Europa Press)

Además de esa decisión obediente con sus jefes de Luis Enrique, a Mbappé tampoco le gusta la personalidad de su técnico y su necesidad de acaparar más fotos que nadie y vivir en una guerra sin cuartel con la prensa. Kylian ha tenido en su etapa en París entrenadores de perfiles y estilos muy distintos como Emery, Tuchel, Pochettino o Galtier y con ninguno de ellos tuvo jamás ninguna fricción.

Con Luis Enrique aceptó sin rechistar no sólo la decisión del club de bajarle del avión rumbo a Japón en la pretemporada, sino también la idea del técnico de colocarle en la posición de partida de delantero centro y no arrancando desde el costado izquierdo, que es la zona en la que se desenvuelve con mayor naturalidad.

Mbappé y sus últimos días en París

Por suerte para Mbappé, estos dos meses no de guerra fría sino de guerra abierta con su entrenador se acabarán a finales de mayo o principios de junio cuando el PSG concluya su periplo tanto en las competiciones nacionales como en la Champions, donde aspira a alcanzar la final. Curiosamente, buena parte de la culpa del desempeño del club en la competición es de Kylian.

El delantero anotó los dos goles que certificaron la eliminación del Barcelona de la competición europea y ahora espera hacer lo propio con el Borussia Dortmund. Mientras, en el Real Madrid esperan a Mbappé con los brazos abiertos, conscientes de que los caminos entre el mejor jugador y el mejor club del mundo se cruzarán por fin este verano, aunque sea con varios años de retraso.

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