Rodrygo Goes volvió a hacer lo que mejor sabe. El brasileño acudió al rescate del Real Madrid en un partido importante con un gol que sirvió para empatar el partido. No fue un simple gol, sino que el jugador sacó sus mejores virtudes para batir a Oblak, vistiéndose de Pelé en el Bernabéu para poner el 1-1 con el que los blancos forzaron la prórroga. Un tanto con el que volvió a cambiar el ánimo del equipo, algo que se ha convertido en habitual. Rodrygo es el mejor revulsivo del mundo y prueba de ello son la decena de goles que suma entrando desde el banquillo.
El delantero canarinho le da aporta –como bien dice Ancelotti– energía al equipo cuando ingresa en las segundas partes, pero también le da verticalidad, electricidad y, sobre todo, gol. Su gran capacidad de desborde sale a relucir mejor con los rivales más cansados, lo que le permite marcharse con facilidad y plantarse ante el portero rival. Pero también tiene ese duende que le permite mantener un idilio con la portería rival, lo que le ha convertido además en el gran protagonista de las últimas remontadas madridistas.
Cuando la cosa se tuerce, Ancelotti tiene claro qué debe hacer: llamar a Rodrygo. No es para menos. El 37% de sus goles con la elástica del Real Madrid han llegado en partidos en los que no ha sido titular. Y muchos de ellos para dar vida a un Madrid que estaba besando la lona hasta el momento de su aparición.
Ante el Atlético hizo su décimo gol –de los 27 que ha marcado en total– saliendo desde el banquillo, permitiendo a los blancos forzar una nueva prórroga en la que terminarían remontando. Algo que se convirtió en una práctica habitual el curso pasado, donde su entrada fue fundamental para rescatar al equipo ante el Manchester City, Chelsea, Sevilla o Inter.
En la pasada Champions, Rodrygo apareció en el Bernabéu para forzar la prórroga en los cuartos de final ante el Chelsea. En semifinales, su doblete en tan solo dos minutos permitió al conjunto blanco enviar también el cruce ante el City a la media hora extra, como ha sucedido en este derbi copero. En Liga frente al Sevilla su gol permitió una remontada que valió una Liga en el Sánchez Pizjuán.
Además, esta temporada, marcó al Barcelona en el Clásico disputado en el Bernabéu, en un partido que los madridistas se complicaron y, tras dominar claramente, fueron acorralados hasta que el propio brasileño forzó un penalti. Hace dos temporadas salvó a los blancos de la eliminación prematura en Champions con un gol contra el Inter en la fase de grupos. A esos se suman dos tantos ante Osasuna y Real en su primer curso como madridista.