Álvaro Carreras cayó de pie en el Real Madrid. Tras una llegada convulsa que se retrasó por la falta de palabra del Benfica, tras el Mundial de Clubes el que fuese canterano madridista regresaba a su casa para ser el dueño de la banda izquierda blanca. Desde el primer día, desde que debutó contra el Tirol, todo fue un camino de rosas, hasta que llegó el derbi contra el Atlético de Madrid en el Metropolitano.
Ese día, Carreras mostró una cara totalmente diferente a la dada hasta ese momento. De repente, ya no era ese lateral izquierdo seguro en defensa y que aportaba en ataque de manera constante. Ya nada funcionaba igual. Giuliano Simeone y Pablo Barrios le hicieron pasar una tarde muy complicada en su primer derbi, donde fue uno de los más señalados de la goleada que recibieron los madridistas.
A pesar de esto, Xabi Alonso siguió confiando en Carreras, que no ha vuelto a su mejor nivel en ningún momento. Para el donostiarra es un fijo, pero el gallego no termina de recuperar esa frescura de ideas que tenía antes de ese infausto derbi, donde se le vieron todas sus costuras. Pero, como el fútbol es amigo de dar segundas oportunidades, este domingo tendrá ante sí el escenario perfecto para resarcirse y recuperar toda la confianza perdida en estas semanas.
Álvaro Carreras será el dueño del lateral izquierdo madridista contra el Barcelona y tendrá la complicada papeleta de frenar a Lamine Yamal. Una batalla que ya conoce y de la que salió más que bien parado la temporada pasada, cuando era jugador del Benfica y se midió a los azulgranas en la Champions.
Ahora espera este duelo como la oportunidad perfecta para resarcirse. El de Ferrol no esconde ante su círculo más cercano lo mucho que le motiva enfrentarse a un Lamine Yamal que no le pondrá las cosas sencillas, pero al que ya fue capaz de pararle en el pasado.
Así frenó dos veces a Lamine
El Barcelona visitaba el estadio da Luz para enfrentarse al Benfica en la fase liga de la Champions. Fue un duelo vibrante, con multitud de goles, que acabó 4-5 a favor del conjunto catalán, pero que, pese a la derrota de los portugueses, fue toda una carta de presentación de Álvaro Carreras al mundo. El lateral se marcó una actuación sobresaliente en la que no sólo neutralizó a Lamine Yamal en defensa, sino que también se proyectó con acierto al ataque, participando activamente en varias jugadas de peligro y firmando una asistencia que puso en aprietos a los azulgranas.
Álvaro Carreras supo aprovechar aquel día los espacios que dejaba Lamine en tareas defensivas para subir con libertad por la banda izquierda, generando superioridad en su zona y castigando constantemente al conjunto dirigido por Hansi Flick cada vez que se anticipaba al extremo culé. Su combinación de intensidad, inteligencia táctica y potencia física marcó la diferencia aquella noche. Vendrán más duelos.
Aunque en aquella tarde de la fase liga la actuación de Carreras ya fue espectacular -un recopilatorio de intensidad y anticipación ante uno de los extremos más desequilibrantes del momento., en el duelo de octavos de Champions entre Benfica y Barcelona quedó claro que aquello no fue un espejismo.
En el estadio da Luz, el Benfica caía por 0-1, pero Carreras volvió a protagonizar un duelo directo contra Lamine. Esta vez, el extremo azulgrana se mostró aún más contenido, tanto que sólo completó dos regates en todo el encuentro, perdió ocho balones y fue sustituido por Flick en el minuto 56 ante la imposibilidad de superar la marca del defensa gallego.
Carreras se impuso en casi todos los duelos individuales, utilizando su envergadura y altura, así como su capacidad de anticipación, para frenar las internadas del jugador del Barcelona. Cada vez que Lamine buscaba su perfil para el uno contra uno, encontraba a un rival bien plantado, que no dejaba espacio a la improvisación ni al desborde.