El Real Madrid no le quita ojo a Eduardo Camavinga, joven centrocampista de 17 años que milita en el Rennes. En Francia dan por hecho que el club blanco hará una ofensiva por él en verano, aunque la operación puede irse a unos 100 millones de euros, que es lo que pretende ingresar el club galo por su mayor promesa. En Concha Espina siguen tratando de reclutar a los mejores jóvenes de todo el mundo, y Camavinga es uno de esos talentos precoces marcados en rojo en la agenda blanca.
De hecho, el Real Madrid envió a dos emisarios este miércoles para que siguieran en directo desde el Estadio de la Lincorne el Amiens – Rennes, partido de la Copa de la Liga francesa que acabó 3-2 para los locales y en el que Camavinga fue titular y jugó los 90 minutos. Tal y como y como apunta As, el club merengue espió al joven centrocampista en el país vecino mientras se jugaba el Clásico en el Camp Nou.
El procedimiento es habitual, pues a los responsables blancos les gusta recabar informes in situ de los jugadores que pueden ser potencialmente objetivos para los próximos mercados. Camavinga, por juventud y condiciones, lo es sin ninguna duda. A sus 17 años, al margen de su físico, es un medio con capacidad de sacrificio, buena disposición táctica y llegada. Su margen de mejora es casi infinito teniendo en cuenta su edad, algo que gusta en los despachos del Bernabéu.
Sin embargo, su fichaje no se antoja sencillo. Al margen de que hay más grandes europeos interesados, el Rennes quiere sacar tajada por él y va a pedir mínimo 100 millones de euros para dejar escapar a su prometedora estrella, un Camavinga que en diciembre del año pasado firmó su primer contrato profesional y cuya vinculación termina en 2022, por lo que está atado a largo plazo por su actual club.