El Real Madrid protestó dos penaltis clamorosos cometidos sobre Casemiro en el primer tiempo y sobre Brahim en el segundo, además de otro posible a Sergio Ramos. Ni los jugadores ni el club entienden que el árbitro no lo viera… ni el VAR tampoco.
El Real Madrid pudo haber contado con una oportunidad inmejorable de poner las tablas en el encuentro al filo del descanso cuando Casemiro cayó derribado por Baba en el área pequeña del cuadro bermellón, pero el árbitro del choque, Javier Alberola Rojas, no señaló penalti debido a que la jugada estaba invalidada por un fuera de juego… que no existía. Era el minuto 41. El VAR se hizo el ciego también.
Casemiro estaba habilitado por centímetros y por tanto, la jugada debía haber continuado y dado la oportunidad al colegiado de señalar la pena máxima, que parece clara por el derribo del defensor del Mallorca, quien llega tarde y golpea al brasileño del Madrid, que contaba con la posición ganada.
Ese penalti escamoteado al Real Madrid tuvo su continuidad en el minuto 86 cuando Salva Sevilla agarró con persistencia dentro del área a Brahim. No había dudas de la jugada, que pudo verse desde cualquier punto del campo de Son Moix. Alberola no la vio pero lo peor es que el VAR tampoco la revisó cuando nadie duda de que la jugada era penalti.
De esas dos jugadas tan clamorosas se queja el Real Madrid… y en ambas tiene razón.