El pasado domingo, cuando el Real Madrid caía por 3-1 ante el Atlético de Madrid en el derbi que se celebró en el Metropolitano, mientras el entorno del conjunto blanco lo tiraba todo por la borda, desde dentro del club, donde se trabaja y se toman decisiones, prefirieron asimilar el resultado, reposar y analizar sin tomar decisiones en caliente. «Este equipo lo había ganado todo hasta este partido», aseguraban con extrañeza al ver la crisis que se quería generar desde el seno de la entidad madridista.
El lunes por Valdebebas fue duro, pero poco más. Pronto pasaron página y comprendieron que lo que tenían que hacer era levantarse de la derrota lo antes posible. Y así lo hicieron. Ancelotti vio repetido el derbi, lo analizó y no se llevó tan mala imagen de la actuación de sus jugadores como podía parecer en un primer momento. El italiano entendió que los errores defensivos fueron los que condenaron a los blancos contra los de Simeone.
Ancelotti no quiso señalar a nadie y sí hacerles ver a todos que debían mejorar aspectos del juego. Y, sobre todo, corregir él algunas posiciones de sus jugadores. De esta forma, contra el Girona, en un partido por todo lo alto, con el liderato en juego, arropó a los laterales, que no se fueron tan alegremente al ataque, retrasó un poco la posición de Bellingham. El resultado fue el de ver al equipo más sólido de la temporada.
«Tenemos un equipazo»
En el seno del club siguen repitiendo que el Real Madrid tiene un equipazo. A pesar de las críticas que han tenido que soportar en los últimos días, especialmente por la planificación, en la entidad entienden que Ancelotti tiene una grandísima plantilla capaz de sobreponerse a absolutamente todo.
Estos jugadores están dando argumentos a la dirección deportiva para confirmar que el trabajo en verano estuvo bien hecho. Y es que, han sido capaces de superar las lesiones de larguísima duración de Courtois y Militao, además de otras como la de Vinicius, que estuvo un mes apartado de los terrenos de juego por una dolencia muscular.
Los retos del Real Madrid
El Real Madrid afronta un tramo de la temporada que no es definitivo, pero sí definitorio. Es decir, el mes de octubre los blancos afrontan dos partidos de Champions importantes, ya que de sacarlos adelante acabarán el mes con el billete para octavos de final reservado, sino sacado.
En la Liga la situación es parecida. El Real Madrid sólo jugará un partido en el estadio Santiago Bernabéu en octubre, el que le medirá a Osasuna el próximo fin de semana. Las dos visitas que tendrán que hacer serán al Ramón Sánchez Pizjuán, donde se medirá al Sevilla de Sergio Ramos, y al Barcelona en el estadio Olímpico Lluís Companys.
Cruzando los dedos
En el Real Madrid también cruzan los dedos para que las lesiones cesen. Ante Osasuna recuperarán a David Alaba, que no podrá estar ante el Nápoles. Arda Güler tendrá que esperar al mes de noviembre para debutar como madridista. No tener más lesionados será clave para que los blancos continúen compitiendo a este nivel y por ello miran con recelo al parón de selecciones de dentro de una semana.