“El modelo del fútbol europeo necesita un nuevo impulso y nuevas evoluciones de este deporte. El fútbol debe hacer frente a este nuevo tiempo y el Real Madrid seguirá ahí. Todo el mundo aboga por la reforma del panorama competitivo actual. El calendario está saturado y esto tiene consecuencia para la salud de los jugadores. La reforma del fútbol no puede esperar y debemos afrontarla cuanto antes. Los clubes europeos tenemos la responsabilidad de luchar por este cambio. Debemos adaptarlo a la realidad para que el fútbol siga siendo el contenido más demandado”. Estas palabras fueron pronunciadas por Florentino Pérez, presidente de la entidad blanca, durante la Asamblea Ordinaria y Extraordinaria que celebró el club. Un guiño claro hacia la creación de una Superliga europea donde la posición de los madridistas es un rotundo sí.
Esto dijo el máximo mandatario del Real Madrid públicamente, pero dentro del club van más allá. “La Superliga es la salvación” aseguran de puertas para adentro fuentes de la entidad madridista. Las misma que están convencidas de que esta industria necesita un cambio y esta transformación sólo es posible con un nuevo modelo deportivo que repercuta notablemente en la economía, esa que se ha visto muy machacada entre los grandes clubes por la pandemia del coronovirus.
La salida para sobrevivir a esta crisis económica que está dejando más tocados a los equipos de unos países que de otros es un nuevo modelo de negocio que suponga un importante incremento en los derechos de televisión, el mayor sustento de los grandes clubes. La Liga de Tebas, que ya empieza a temblar tras ver como sus dos principales activos -Real Madrid y Barcelona- apuestan seriamente por la Superliga, reparte los derechos televisivos de manera centralizada.
El presidente de la patronal de clubes está convencido de que este es el reparto más justo, pero los números dicen que los dos grandes equipos de nuestro país salen seriamente perjudicados. Y es que para entender porque madrileños y catalanes apuestan por esta transformación sólo hay que ver que en la temporada 2019-2020 los blancos ingresaron 155,3 millones por derechos televisivos, lo que le sitúa al mismo nivel que un club de media tabla de la Premier League como el Wolverhampton.
El primero en dar el paso públicamente fue el ex presidente del Barcelona Josep Maria Bartomeu anunciando que había firmado el proyecto para unirse a la Superliga europea y ahora es Florentino Pérez el que da otro paso más posicionándose a favor de este proyecto. Todo ello apoyado en el presidente de la FIFA Gianni Infantino, al que el máximo mandatario del Real Madrid nombró durante la Asamblea. Y es que su figura se antoja clave para que este proyecto que tanto necesitan algunos clubes salga adelante.
Un atractivo para los aficionados
Esta idea no sólo es una nueva fuente de ingresos que salve a los clubes, también se ve como un nuevo atractivo para los aficionados. Hay estudios que aseguran que los jóvenes cada día ven menos partidos completos. En tiempos de la inmediatez sentarse delante del televisor para ver a 22 futbolistas durante 90 minutos no es nada sencillo para las nuevas generaciones.
Los campeonatos domésticos se sustentan gracias a dos o tres grandes equipos, donde se centra el foco mediático, mientras que el resto no tiene el mismo peso. Por ello, este formato, donde cada fin de semana se enfrentaría los mejores equipos del continente supondría un plus. Todas las semanas habría nueve partidazos que los amantes del fútbol no se querrían perder, aumentando las audiencias y los ingresos. Es decir, el objetivo de los grandes es claro: más partidos entre ellos, más dinero y dejar en un segundo plano una competición doméstica que salvo en Inglaterra cada temporada tiene menos valor que la Champions.
FIFA a favor, UEFA no
La FIFA está a favor de este nuevo modelo, pero la UEFA no lo ve tan claro. El organismo continental ve como se amenazaría seriamente sus competiciones, que a partir de la próxima temporada serán tres con la creación de la Continental League. La Superliga europea acabaría con la Champions y es posible que el organismo presidido por Ceferin se quedase al margen de todo esto. Algo que ya ha pasado en el baloncesto, donde la Euroliga es organizada y controlada por la compañía privada Euroleague Basketball —responsabilidad de la Euroleague Commercial Assets- y no por FIBA Europa.
La UEFA sabe que tiene que dar un paso al frente y dar un atractivo mayor a los grandes equipos de Europa. Todos los derechos están vendidos y organizadas las competiciones hasta la temporada 2023, pero el trienio que irá desde 2024 hasta 2027 es una amenaza para ellos. Ya se están planteando grandes reformas en la Champions, aunque nadie asegura que los clubes aguanten tanto tiempo.
La realidad es que Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid están a favor de este proyecto en España, mientras que en el extranjero PSG, Milán, Inter, Juventus o Bayern de Múnich también se muestran favorables. Incluso los seis grandes equipos de la Premier League como son Liverpool, Manchester United, Chelsea, Tottenham, Manchester City y Arsenal también lo ven con buenos ojos. El plan ya está en marcha y la meta es de sobra conocida: salvar una industria tremendamente machacada por la pandemia.
