Martin Odegaard ha caído de pie en San Sebastián. El noruego ha encontrado en la Bella Easo el lugar perfecto para seguir creciendo como futbolista y como persona con el objetivo final de cumplir su sueño de poder triunfar en el Real Madrid, club por el que fichó en 2015 tras ser pretendido por los equipos más grandes de Europa y decantarse por Valdebebas.
Casi un lustro después volverá al Santiago Bernabéu como rival, vestido de jugador txurdin, más maduro y como en un mejor jugador. De hecho, desde que comenzase la temporada se ha convertido en una de las grandes revelaciones de la temporada liderando a un equipo vasco que quiere hacer grandes cosas este curso. En la Real Sociedad el joven jugador -sólo tiene 20 años- está desarrollando su mejor fútbol tras hacer la mili en Holanda -estuvo cedido en el Heerenveen dos temporadas y en el Vitesse-. Anoeta está disfrutando de la explosión de un jugador llamado a marcar una época que no tiene prisa por dar pasos.
Odegaard nació en Drammen, pero se ha adaptado tan bien a San Sebastián que se ha convertido casi en un vasco más. La tranquilidad y las comodidades de una de las ciudades con mejor calidad de vida de España hacen que el futbolista esté muy cómodo. Ha adquirido una casa en la tranquila zona de Hospitales, un entorno elegido por muchos integrantes de la primera plantilla de la Real. Allí vive sólo, aunque es habitual que sus padres, su hermano y su pareja pasen temporadas con él. Aunque Martin sólo piensa en fútbol.
“Termina de entrenar, se trata y sigue trabajando”, aseguran fuentes de la Real Sociedad a OKDIARIO. Odegaard es “muy perfeccionista” y tiene claro que se quiere convertir en un jugador referente, aunque antes sabe que se tiene que formar. Desde muy joven ha escuchado que va a ser una estrella. A los 15 años se convirtió en el jugador más precoz en debutar en la Tippeligaen y en estrenarse con la selección absoluta de Noruega, a los 16 fichó por el Real Madrid y desde ese momento las expectativas eran máximas. Pero el club blanco, su familia y la cabeza perfectamente amueblada del jugador le permitieron extraerse de todo para centrarse en lo realmente importante: el fútbol.
En el Castilla aprendió, sufrió y se formó. En Holanda siguió con su formación abstrayéndose de las críticas, alguna muy injustificada. Y luego tomó él la decisión de ir a la Real Sociedad. Fue el propio Odegaard el que, tras descubrir las instalaciones de Zubieta, el estadio de Anoeta y conocer una ciudad que ya había visitado cuando era jugador del segundo equipo madridista, dijo no a cualquier otra oferta, especialmente la del Bayer Leverkusen, y se decantó por la entidad guipuzcoana, a pesar de que el Real Madrid prefería que firmase por la entidad germana, ya que la experiencia con Carvajal fue inmejorable y podía jugar Champions. Pero los madridistas respetaron su decisión y, visto lo visto hasta el momento, acertaron.
Presente y futuro
Real Sociedad y Real Madrid, que mantienen unas relaciones excelentes, no tardaron en ponerse de acuerdo acordando una cesión de un año, aunque hay un pacto no oficial de un segundo. En la caseta del equipo vasco ha sido muy bien recibido. A pesar de su timidez, hablar perfectamente español, de hecho, está estudiando un nivel avanzado del idioma para seguir perfeccionándolo, y su simpatía le permitió ser acogido muy bien por un vestuario muy unido que tiene un gran ambiente. Después, cuando empezó a jugar, se ganó a toda la afición.
Odegaard, que en unas horas jugará con su presente ante su futuro, tiene claro que quiere seguir un año más en la Real para terminar de crecer y dar el salto al Madrid. La amistad entre ambos clubes lo facilitará todo y, salvo obligación deportiva de los blancos, la última palabra la tendrá él. Por lo tanto, si Zidane no pide expresamente su presencia y Martin quiere seguir un año más en Anoeta, debería seguir siendo txurdin.