Christopher Nkunku está en la agenda del Real Madrid. El futbolista francés de 24 años es uno de los jugadores que el vigente campeón de Europa tiene en su radar para reforzar una plantilla que ya tiene una incorporación segura como es la de Rüdiger y otra más que probable como la de Aurélien Tchouaméni. No obstante, Ancelotti y el club saben que tienen que hacer algún retoque más y, aunque no se volverán locos a la hora de pagar una millonada por cualquier futbolista, sí quieren mejorar la parcela ofensiva del equipo.
Aunque en las últimas temporadas Gareth Bale e Isco no han sido jugadores importantes, la realidad es que la salida de ambos deja el ataque con pocos efectivos. A todo esto, hay que añadirle la situación de Marco Asensio, que no tiene su continuidad garantizada. Por lo tanto, la entidad madridista está pendiente de un futbolista que puede jugar en diferentes posiciones del ataque, justo lo que necesita el Real Madrid.
Nkunku es un futbolista totalmente polivalente. Es uno de esos jugadores que acostumbra a jugar en cualquier posición del campo cumpliendo y sin rechistar. Una auténtica bendición para cualquier entrenador. Es diestro, aunque en el PSG comenzó como extremo izquierdo y en el Leipzig ha ocupado todas las posiciones de medio campo hacia adelante que uno se puede imaginar. Suele actuar como mediapunta, pero también se desenvuelve por la derecha, por la izquierda y en los extremos. Incluso, cuando Nagelsmann era su entrenador, llegó a jugar como lateral o carrilero por ambos costados. Tiene calidad, velocidad, potencia, se asocia bien con sus compañeros, posee visión de juego y hace goles. Esta temporada ha hecho 35 dianas y ha repartido 20 asistencias en 51 encuentros.
Un viejo conocido
Nkunku llamó poderosamente la atención de los técnicos del Real Madrid en la temporada 2015-2016, cuando se enfrentó al Juvenil A del equipo blanco en la UEFA Youth League. Tres veces se encontraron madridistas y parisinos en aquella edición de la ‘Champions Juvenil’ y en dos de ellas el actual jugador del Leipzig fue protagonista. Primero, en la fase de grupos, donde hizo dos goles en la goleada que endosaron los galos a los blancos en el partido de ida. En la vuelta, jugada en el Di Stéfano, el equipo de Solari venció por 2-0, aunque en las semifinales celebradas en Nyon los franceses ganaron 4-1 y el objetivo madridista repartió dos asistencias.
Los buenos informes que hicieron los ojeadores del Real Madrid en aquel momento han ido mejorando con el paso de los años hasta el punto de que actualmente los blancos valoran el ir a por un jugador que quiere dar un salto más en su carrera. La entidad madridista está muy pendiente del futbolista francés, aunque tendrá rivales. Con contrato hasta 2024 y un valor de mercado de unos 65 millones de euros, grandes equipos del continente le pretenden. Uno de ellos es el PSG, que le quiere de vuelta y podría provocar el enésimo enfrentamiento entre ambos clubes.
El Real Madrid cuenta a su favor con que su representante es Pini Zahavi, uno de los agentes más populares del panorama europeo y al que la entidad blanca conoce a la perfección de otras operaciones del pasado. El intermediario israelí ha sido clave en la llegada de David Alaba al conjunto blanco, fue el encargado de llevarse a Neymar al PSG, estuvo presente cuando los blancos trataron fichar al brasileño y también luchó para que Robert Lewandowski terminase jugando como local en el Santiago Bernabéu, aunque esta operación nunca llegó a buen puerto. La relación es excelente.