En estas primeras jornadas de campeonato, se ha confirmado que Karim Benzema es la estrella de la Liga Santander. El trono dejado por Leo Messi, tras su salida del Barcelona al PSG, ya tiene dueño y no es otro que el esperado. El francés se presentaba al inicio del curso como el principal reclamo de una competición que en los últimos años ha sufrido el éxodo de sus figuras más importantes. El delantero del Real Madrid no ha dudado en asumir la responsabilidad de liderar una Liga de capa caída y lo ha hecho de la mejor de las formas.
Después de pelear el pasado curso por el Pichichi con el argentino y ser el líder absoluto de un Madrid que se quedó a dos puntos de hacerse con el título, esta temporada ha incrementado incluso el nivel al que rindió entonces. Tras las seis primeras jornadas, nadie puede dudar de su supremacía en la competición, con ocho goles y siete asistencias.
Benzema es, de largo, el mejor jugador que hay en la competición. Nadie es más determinante ni más influyente que él. El futbolista del conjunto blanco ha participado de manera directa en el 71% de los goles de su equipo (15 de 21), superando los registros de su compañero Vinicius, de Soler, Oyarzabal y Correa y, sobre todo, de otros llamados a destacar en esta Liga como son Memphis, Suárez o Griezmann. Sus números no dejan lugar a dudas. Benzema promedia más de un gol y asistencia por partido. Unos registros que se dan la mano con los mejores de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, referentes absolutos de la Liga Santander en la última década.
El sueño del Balón de Oro
La marcha de Cristiano Ronaldo del Real Madrid en 2018 dejó un vacío que entre él y Sergio Ramos trataron de llenar. Además, la llegada el verano siguiente de Eden Hazard suponía el parche definitivo para paliar la ausencia del luso, algo que no salió de la manera esperada. Ahora, con la salida del que fuera capitán del conjunto madridista, Benzema ha tomado una relevancia mayor incluso a la que tuvo la pasada campaña, en la que, si hubo algo que sostuvo a los blancos en la pelea por la Liga y la Champions hasta el final, fue su rendimiento.
El galo firmó una de las mejores temporadas de su carrera, con 23 goles en Liga y siete asistencias, a los que sumó otros siete tantos en el resto de competiciones. Fundamental para las aspiraciones de los madridistas, se ganó a pulso su regreso a la selección francesa, de la que había sido vetado por Deschamps cinco años antes. Aunque su presencia en la Eurocopa no sirvió para que Francia avanzase más allá de octavos de final, acabó siendo uno de los máximos goleadores con cuatro goles.
Es precisamente, la ausencia de éxitos a nivel grupal, lo que le supone un hándicap a la hora de pelear por el Balón de Oro. Sus registros le sitúan en la carrera por ser nombrado como el mejor futbolista del año, aunque la falta de títulos puede condenarle a quedarse a las puertas de lograr un galardón que nadie podrá discutir.
En la carrera por ese Balón de Oro y por el The Best aparecen otros jugadores como De Bruyne, Kanté, Jorginho, Lewandowski o el propio Leo Messi. A favor de todos ellos está el hecho de haber levantado algún título el pasado curso, algo que no consiguió Benzema. Sin embargo, el increíble nivel mostrado en este último año le mete de lleno en la terna de candidatos.