La versión actual de Eden Hazard no es suficiente para que el aficionado madridista vuelva a enamorarse de su fútbol. Cuando llegó, todos en el Real Madrid querían ver en acción a un futbolista constante, físicamente privilegiado –por su tren inferior– y que dotaba de determinación a sus equipos de forma notable. Quedan retales de ese Hazard pero en modo reducido y así fue su partido, un sí pero no que acabó en sustitución cuando el Madrid perdía en Mestalla. Para colmo, los blancos remontaron y ganaron tras la salida del belga y con su competidor, Vinicius, como gran protagonista.
Hazard comenzó con ganas, activo y haciendo lo que más se le pide: regatear. El belga paraba, amagaba, arrancaba y dejaba al defensa atrás. Daba igual la zona del campo, Eden estaba inspirado y dispuesto a demostrar su mejor versión en Mestalla, en un encuentro por el liderato. Un regate suyo, majestuoso, dejó aparentemente tumbado a Alderete, pero su lentitud a la hora de armar el disparo permitió al defensor paraguayo rehacerse y bloquear lo que podría haber sido un auténtico golazo.
Eden había driblado dos veces más y sus primeros toques permitían oxigenar un juego algo apretado del Madrid, debido a la férrea y atenta defensa del Valencia. Hazard lo tenía casi todo pero le faltaba la determinación, esa que se le pide cada vez que juega y que acaba en un casi, casi siempre, y casi siempre antes de una inoportuna lesión.
Pensando en su rodilla, algo maltrecha pero no lo suficiente como para impedirle partir como titular ante el Valencia, el aficionado madridista quiere ver algo tangible de Hazard y quiere verlo ya, pero el belga no es un jugador de cifras, al menos en la versión que podemos comprobar en la Liga Santander.
Tras el descanso y en un bajón que acusó todo el equipo, Hazard se cayó y su explosividad para regatear se quedó en la nada. Así, permaneció sobre el terreno de juego una suerte de Isco Alarcón que sujetaba la pelota y ayudaba desde el carril central, pero insuficiente para colaborar en la remontada.
Llegado el minuto 77 y como parte de la última ronda de cambios de Carlo Ancelotti –antes habían salido del césped Casemiro y Modric–, Hazard dijo adiós a su participación en el terreno de juego sin saber demasiado bien qué le deparará el futuro, si podrá «jugar dos partidos seguidos», algo que puso en duda Ancelotti, o si merece hacerlo como titular pese a una considerable dosis de detalles de calidad en Mestalla.