Kylian Mbappé lideró el ataque de su equipo. Fue un quebradero de cabeza para Mingueza que vio la amarilla muy pronto y estuvo a punto de ver la segunda. Su duelo con el francés le costó el cambio. Para evitar quedarse con 10 Koeman decidió quitar al canterano y sacar a Junior para intentar frenar al crack del PSG. El 7 llevaba loca a la zaga azulgrana y, de hecho, fue el autor del primer gol del partido.
El delantero galo adelantó al PSG desde el punto de penalti. No se puso nervioso ante Ter Stegen, le engañó y la mandó al fondo de la red. De nuevo aparecía Mbappé para poner al Barcelona contra las cuerdas. La peor pesadilla del conjunto azulgrana en la ida volvía para hacer su cuarto gol en la eliminatoria. De los cinco goles anotados por el cuadro de Pochettino en el global, cuatro han sido del internacional francés.
Pese a que su actuación no fue tan destacada como la de la ida en el Camp Nou fue suficiente para meter al PSG en los cuartos de final de la Champions League. Koeman tuvo que quitar a Mingueza por temor a la expulsión. Cada vez que le llegaba el balón a Mbappé se iba por velocidad del central. Era un peligro constante. Antes del gol ya había avisado con algún disparo desde fuera, y alguna que otra internada por el costado.
Cada vez que estaban en problemas el PSG metía un balón largo a la carrera de su estrella en busca de hacer daño a la contra. Lo cierto es cada vez que tocaba la pelota temblaba toda la defensa. Su marcador iba loco por intentar frenarle. Es cierto que tampoco generó tanto peligro como en el choque de ida pero el partido tampoco lo requería. El campeón de la Ligue 1 estaba tranquilo con el empate y no necesitaba forzar la máquina, de ahí que su estrella no apretara en exceso y ayudara a mantener el resultado.
Mbappé gozó de un par de ocasiones al contraataque pero esta vez su casillero se quedó en uno, de penalti. En los últimos minutos, casi sin gasolina, estuvo a punto de hacer el segundo de su cuenta particular en el duelo del Parque de los Príncipes. Eso sí, durante todo el partido mostró una personalidad digna de un grande. Kylian ha dejado de ser una promesa para ser una realidad. Esta era su eliminatoria para demostrarlo y lo ha hecho. Cuatro de los cinco goles de su equipo en los dos partidos frente al Barcelona han salido de sus botas. Responde así al partidazo de Haaland frente al Sevilla, que también cerró la elimiantoria con cuatro tantos en el global.
