Szymon Marciniak no quiso pitar una mano clara de Giuliano Simeone en el área, a centro de Vinicius. El colegiado polaco dejó que desde el VAR le diera instrucciones su compatriota Tomasz Kwiatkowski, uno de los referentes de la UEFA en el videoarbitraje, y éste le indicó que no había nada punible. Corría el minuto 20 cuando el astro brasileño metía un centro desde el suelo al área y el hijo del técnico rojiblanco lo cortaba con su mano, que estaba extendida y totalmente despegada del cuerpo.
El colegiado, talismán del Atlético en Europa, pasó por alto una mano que fue muy clara, puesto que cortó con su brazo, en posición antinatural y despegado del cuerpo, el balón que puso Vinicius. Todo, en el minuto 20, con el 1-0 en el marcador para los rojiblancos, que se habían adelantado a los 27 segundos de juego por medio de un gol de Gallagher. Por tanto, de señalarse la pena máxima, habría permitido al Real Madrid empatar el encuentro y volver a ponerse por delante en la eliminatoria.
El Real Madrid reclamó penalti por esta acción de Giuliano Simeone.#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/Im9NQkjweP
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) March 12, 2025
Y esa vitola de árbitro favorito del Atlético quedó demostrada a los 20 minutos de juego. El polaco Marciniak perdonó al conjunto rojiblanco un penalti clarísimo. Giuliano, en lugar de ir con sus manos atrás para evitar cualquier problema defendiendo, tiene la mano extendida y acaba golpeando el balón con ella. Pese a ello, ni el colegiado de campo ni el del VAR quisieron sancionar la acción.
Marciniak pitó uno claro a Mbappé
Sí que pitó Marciniak otro penalti claro al Real Madrid. En esta ocasión, no tuvo forma de evitar hacerlo. Mbappé se marchó solo hacia la meta de Oblak, pero tenía a los dos centrales por delante. Después de superar a Giménez, regateó a Lenglet para quedarse solo ante el meta. Pero el central francés le agarró y le derribó. Penalti claro y amarilla.
Sin embargo, Vinicius no pudo poner el tanto del empate. El brasileño mandó el lanzamiento por encima de la portería de Oblak. Intentó colocar el balón en la escuadra y lo mandó a la grada del Metropolitano.