El Real Madrid arrancó la defensa del título de Liga con un decepcionante partido en Son Moix que apenas le dio para empatar ante el Mallorca. Los blancos se adelantaron con un gol de Rodrygo pero perpetraron un pésimo segundo tiempo y el equipo bermellón empató con un tanto de Muriqi. Mbappé fue el mejor del equipo de un petrificado Ancelotti, pero fue insuficiente para arrancar el campeonato liguero con una victoria. Soto Grado, que expulsó a Mendy, dejó sin sancionar dos penaltis sobre Mbappé y Militao y perdonó la roja a Maffeo.
Ancelotti es como la rima de un reguetón: previsible y repetitivo. No había que ser adivino para predecir que la alineación del Real Madrid para el estreno liguero en Mallorca iba a ser la misma que jugó la Supercopa hace cuatro días. Bingo. Esta vez la coartada es la falta de rodaje de la mayoría de los jugadores y es cierta. Así que ahí estaban otra vez los Bellingham, Vinicius, Mbappé y compañía. Un equipo que es como un mensaje de Hacienda: acojona sólo con recibirlo. O con recitarlo.
«Mbappé es un avión» https://t.co/QGTnnx5Aks
— okdiario.com (@okdiario) August 17, 2024
Y lo recitaremos. El bueno (porque mira que es bueno) de Courtois en la portería. Los cuatro de atrás, los que van a jugar un porrón de partidos: Carvajal, Rüdiger, Militao y Mendy. Por delante Tchouaméni, quitanieves en agosto, junto a Fede Valverde, un maratoniano con alma de centrocampista, y Bellingham, primus inter pares en su puesto. Y arriba, más madera: Rodrygo, Vinicius y Mbappé. Mucha tela, macho.
Enfrente el Mallorca, siempre anfitrión incómodo, en el primer partido después de Javier Aguirre. Le suple en el banquillo Jagoba Arrasate, que se inventó un Osasuna que se asomó a Europa, y que tiene por delante la ímproba labor de deconstruir un equipo que lleva varios años tocando la misma canción. Los bermellones, con un Son Moix a reventar y con mucho madridista sin camuflar en la grada, partían como víctimas propiciatorias en el debut liguero del Real Madrid de Mbappé.
Fuego Real
Pero eso había que verlo. Lo que comenzamos a hacer a eso de las nueve y media. Y con la sorpresa de ver un Mallorca valiente y mandón que se apoderó de la pelota y encerró al Real Madrid en su campo. Courtois tuvo que mancharse los guantes en el primer minuto para despejar de puños un córner del equipo balear. Sufrían los de Ancelotti, huérfanos de alguien al que no le quemara la pelota en los pies.
Tuvo que lucirse otra vez Courtois en el minuto 5 para sacar a mano cambiada un disparo de Samu Costa. Del córner subsiguiente nació una contra que comandó Mbappé como una estampida de búfalos al que Maffeo agarró durante 20 metros y sostuvo el agarrón en el área. Era un penalti clamoroso pero Soto Grado, un fantasmón con cuerpo de gorila de discoteca, se hizo el ciego y el VAR más. Pues ya sabe Mbappé como se las gastan los árbitros en España.
La acción sacó de quicio a Vinicius, que se echó al Real Madrid a la espalda. La pelota ya fue visitante desde entonces. Los blancos cercaron el área del Mallorca y en el 12 llegó el 0-1. Lo marcó Rodrygo en una notable acción individual precedida de la intervención en el pico del área de Bellingham, Mbappé y Vinicius, todos apelotonados en el pico izquierdo del área. El brasileño se acomodó la pelota en la diestra y la puso lejos del alcance de Greif.
El Mallorca, tras su efervescente inicio, acusó el sopapo de un Real Madrid que se echó al monte. Hasta la BMV se animaba a presionar. Y con espacios para correr, los de Ancelotti campaban a sus anchas. Rodrygo tuvo el doblete en el 17 pero su disparo se estrelló contra las piernas de un defensor. Mbappé estaba solo en el centro pero el brasileño no le vio. O no le quiso ver.
Dominio del Madrid
Rüdiger probó suerte en el 20 con un disparo lejanísimo que lamió el palo derecho de Greif. También se le fue Mbappé su gol en el 24 tras una asistencia de Vinicius que alcanzó con la punterita en el área pequeña, pero su toque sutil se estrelló contra el lateral de la red.
El dominio del Real Madrid era absoluto. Algunas posesiones se alargaban tanto que parecía el City de Guardiola. Se relamieron los blancos en sus propios toques hasta que un despiste de Militao y otro de Courtois pudo haber costado al Madrid el 1-1. Asano le ganó la espalda al brasileño y disparó. Su tiro se le escapó a Courtois, que tuvo que reaccionar con una mano milagrosa.
Con esa acción y una coz alevosa de Maffeo a Vinicius, saldada con amarilla cuando debió ser roja como el Palacio de Marivent, abrochamos un primer tiempo en el que el Real Madrid dominó casi todo el rato, pero dejó vivo a un Mallorca que fue de más a menos.
Regresamos del intermedio con sorpresón en Son Moix. Con el Real Madrid sumido en su propia autocomplacencia y tirando taconazos y otros arabescos, empató el Mallorca. Fue a la salida de un córner que se comió Rüdiger en el salto y Bellingham en la marca y aprovechó Muriqi para rematar con una violencia a la que no pudo reaccionar a tiempo Courtois.
Iguala el Mallorca
Al campeón le tocaba levantarse de la lona. El Mallorca siguió con su plan de bloque bajo y entregó espacio y pelota al Madrid. Pero el gol les hizo sentirse como los galos de Asterix tras hartarse de poción mágica. A Ancelotti le quedaba aún el recurso de Mbappé, que se echó al equipo a la espalda. Un antebrazo milagroso de Greif evitó en el 60 el primer tanto liguero del francés tras una notable maniobra individual. Reaccionó Carletto con un cambio cantado: Modric por Tchouaméni.
Otra vez Mbappé fue protagonista en el 69 y volvió a toparse con Greif, esta vez con sus pies, para evitar el segundo del Real Madrid. Tampoco Rodrygo pudo aprovechar el rechace porque estuvo más vivo Mojica. Perdonaba el campeón, pero aún estaba tranquilo porque le quedaban 20 minutos más el alargue por delante.
Pero pasaba el tiempo y el Real Madrid no encontraba los caminos. Y estábamos ya en el 80. Todavía hubo que esperar cinco minutos más para que Ancelotti, tarde y mal, hiciera tres cambios de golpe: fuera Vinicius, Bellingham y Carvajal, dentro Lucas Vázquez, Brahim y Güler. Entre medias casi marca el Mallorca en una acción de barullo. Y luego Antonio Sánchez también perdonó en una contra en la que sólo bajó Fede Valverde.
Tocó a rebato el Madrid en los minutos finales, incluida la merecida expulsión postrera de Mendy, pero no le dio para enderezar un pésimo segundo tiempo en que el equipo de Ancelotti naufragó y no le bastó con un par de acciones aisladas de Mbappé. El campeón arrancó la defensa del título de Liga con un inesperado empate ante el Mallorca y se dejó dos puntos en un duelo que pudo haber ganado de haber tenido más puntería y mejores decisiones arbitrales. Pero esta segunda es una batalla perdida desde hace años.