De Kepa a Lunin y de Lunin a Kepa. Los dos últimos derbis, cada uno con un final distinto, dejan muy señalados a los porteros del Real Madrid. La política de alternancia en la portería de Ancelotti ha provocado que, lejos de tener a dos guardametas enchufados, los tenga nerviosos e inseguros. Frente al Almería Kepa regresará a la titularidad y esta vez puede que ya sea para quedarse.
El Real Madrid tiene un serio problema en la portería y lo ha causado su propio entrenador. Su idea de alternar a sus dos porteros, Kepa y Lunin, porque ninguno le enamora demasiado, ha resultado ser una mala idea. El internacional español perdió el sitio por una lesión y cuando se recuperó Ancelotti decidió retirarle la confianza o, mejor dicho, mantener su apuesta por Lunin, que estuvo a gran nivel en ausencia de Kepa.
Lunin hace pasillo al Atlético
— okdiario.com (@okdiario) January 18, 2024
El entorno del Real Madrid se frotaba las manos con el debate de la portería, quizá porque en el equipo blanco de cualquier cosa se hace un debate. O se inventa. Ancelotti lo quiso zanjar antes de empezar con aquella respuesta que venía a decir que cuando estuviera recuperado Kepa, volvería a jugar Kepa. Pero, como ha pasado otras veces con Carletto, una cosa es lo que dice y otra muy distinta lo que hace. En el italiano el trecho del dicho al hecho es un latifundio.
La portería se convirtió en una cuestión de estado en el Real Madrid y en la comidilla de las tertulias. Las preguntas sobre Lunin y Kepa se han sucedido desde entonces en cada rueda de prensa hasta a llegar a incomodar a Ancelotti, al que se le tuerce el rostro cada vez que le preguntan por quién será el portero el próximo partido o por cómo ha parado Lunin o Kepa.
Dos porteros muy tocados
La realidad es que si la Supercopa dejó muy tocado a Kepa, que falló ante el Atlético y fue suplente en la final frente al Barcelona, la Copa retrata a Lunin, que cantó con estrépito en el Metropolitano y volvió a recordar a aquel portero inseguro y transparente que estaba a años luz de Courtois cada vez que debía sustituir al belga.
Ancelotti confirmó hace días que Kepa volverá a ser titular en el partido de este domingo frente al Almería en Liga y está por ver si será la última rotación en la portería del Real Madrid. Ganada la Supercopa y perdida la Copa, al equipo de Ancelotti ya sólo le queda por jugar algo menos de media Liga y los partidos que siga vivo en la Champions, por lo que tendría sentido apostar ya por un portero de una vez por todas.
Hasta ahora Lunin y Kepa se han repartido los minutos. El español, que llegó cedido por el Chelsea tras la grave lesión de Courtois, ha jugado algo más que el ucraniano. Lunin ha sido titular en 17 partidos (acumula 1.560′), por los 12 que ha disputado Lunin (1.110′). Sus números no son idénticos, pero caso. Ambos promedian 2,5 paradas por encuentro, pero Lunin tiene mejor porcentaje: salva el 83% de los tiros que recibe por un 79% de Kepa. El ucraniano encaja un gol cada 101 minutos que juega (lleva 11 goles en contra), mientras que el internacional español cada 98 minutos (para un total de 16).
Pero ninguno de los dos transmite ahora la seguridad que el Real Madrid necesita para intentar ganar los dos títulos que aún tiene en juego. Tras los fallos de Lunin en el Metropolitano Kepa está ante la oportunidad de quedarse con el puesto que perdió por una lesión, pero todo dependerá de las sensaciones que deje su actuación individual frente al Almería, en un partido sobre el papel muy cómodo para el Madrid.
¿Adiós a las rotaciones?
Más allá de recuperar la jornada perdida por la Supercopa, el equipo de Ancelotti tendrá sólo un partido por semana en el próximo mes hasta que vuelva la Champions al Bernabéu. Para entonces Ancelotti deberá tener elegido ya quién es su portero: Kepa o Lunin, Lunin o Kepa. La alternancia los ha perjudicado, pero es hora de deshojar la margarita y otorgarle la confianza a uno de los dos, por mucho que a Carletto no le convenza demasiado ninguno de ellos.
Pero no le queda otra. Mientras Courtois sigue con su recuperación y sin fecha para su regreso, a Ancelotti no le queda más remedio que poner a Lunin o poner a Kepa, porque el experimento de ir alternándolos ha sido fallido. Y el Real Madrid no se puede permitir demasiados fallos y menos en una demarcación tan delicada como la portería.