Un 27 de agosto del 2012 el Real Madrid iba a cambiar su historia. En ese momento no lo sabía, pero el club blanco estaba fichando a una de las mayores leyendas que han vestido la camiseta blanca. A Luka Modric. Tras unas duras negociaciones con el Tottenham, el croata pudo cumplir su deseo de recalar en el club de la capital de España. Debutó como madridista dos días después ganando la Supercopa de España frente al Barcelona en el Santiago Bernabéu. El primero de los muchos títulos que iban a llegar después.
Modric no ha dejado de ganar desde que fichó por el Real Madrid. En su palmarés figuran cinco Champions, tres Ligas, cuatro Mundiales de Clubes, cuatro Supercopas de Europa, cuatro Supercopas de España y una Copa del Rey. Además, individualmente también ha sido galardonado con el premio The Best y con el Balón de Oro. Un futbolista de leyenda que ha firmado una década prodigiosa vestido de blanco, aunque todavía tiene cuerda para rato.
El croata tiene un año de contrato por delante, aunque si su nivel sigue siendo el mismo que ha mostrado hasta la fecha, cuando acabe la temporada se reunirá con el club y podría alargarlo una temporada más. Si decide colgar las botas, el Real Madrid le ofrecerá el cargo que desee dentro de la entidad, pero lo que no quieren desde Valdebebas es dejar de contar con un símbolo como Modric.
Un joven de 36 años
Por el momento, Modric ha comenzado esta temporada en un estado de forma envidiable. Está muy fuerte y listo para seguir siendo el cerebro del Real Madrid. A pesar de que los jóvenes vienen pisando fuerte por detrás, Luka todavía sigue teniendo galones de sobra para ser el hombre llamado a marcar el ritmo del conjunto blanco. Fue clave en la conquista de la Supercopa de Europa, salió para remontar ante el Almería en el debut liguero y dio una exhibición en Vigo frente al Celta.
Mientras que con el Real Madrid tiene un año de contrato por delante que se puede ampliar, con Croacia se prepara para vivir su último baile en el Mundial que se disputará en Qatar entre noviembre y diciembre. Luka es el líder de la vigente subcampeona del mundo y tratará de guiar a su país a las rondas finales, tal y como pasó en Rusia 2018. Eso sí, cuando la participación croata finalice, el madridista dejará de jugar con una selección a la que se lo ha dado todo.